Condenado a cuatro años por lanzar droga y móviles al interior de la cárcel de Almería
Sucesos
Hasta en dos ocasiones lanzó paquetes desde el exterior del recinto de El Acebuche con sustancias estupefacientes y teléfonos móviles
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La Sección Tercera de la Audiencia de Almería ha condenado a penas que suman cuatro años de prisión a un hombre por introducir sustancias estupefacientes y teléfonos móviles en el Centro Penitenciario de El Acebuche mediante el lanzamiento de paquetes desde el exterior del recinto en dos ocasiones diferentes.
La sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, impone al procesado una pena de cuatro años de privación de libertad y el pago de una multa de 800 euros como autor criminalmente responsable de un delito contra la salud pública en la modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud.
El fallo judicial considera probado que el acusado ejecutó estas acciones con el objetivo de destinar los narcóticos a la venta a terceras personas dentro de la prisión.
Los hechos tuvieron lugar en dos fechas distintas del año 2021. El primer incidente se registró sobre las 00:03 horas del 30 de agosto, cuando el ahora condenado se aproximó al perímetro de la cárcel y arrojó dos paquetes envueltos en plástico que cayeron en el foso que rodea las instalaciones penitenciarias.
Estos envoltorios contenían un total de 151 comprimidos del fármaco Rivotril y tres bolsas pequeñas con cocaína, la cual arrojó un peso neto de 1,22 gramos con una pureza del 62,25 %.
Además de las drogas, en el interior de los paquetes se hallaron tres teléfonos móviles, tres cables con conector USB, un enchufe y un auricular.
Apenas una semana después, sobre las 19:24 horas del 5 de septiembre, el acusado repitió la operación con un modus operandi idéntico.
En esta segunda ocasión, según los hechos considerados probados por el tribunal, lanzó nuevamente dos paquetes al foso que contenían un trozo de resina de hachís con un peso de 17,95 gramos y cinco papelinas de cocaína con un peso de 2,02 gramos y una riqueza del 62,03 %.
Junto a las sustancias ilícitas, los funcionarios de prisiones recuperaron otros cuatro teléfonos móviles que habían sido introducidos de manera irregular.
Durante el juicio oral, la defensa solicitó la libre absolución alegando que, aunque las huellas del acusado se encontraban en los paquetes, esto se debía a que él había facilitado el plástico de envolver y los teléfonos a una tercera persona, a quien culpó del lanzamiento.
Sin embargo, el tribunal ha desestimado esta versión exculpatoria al carecer de cualquier respaldo probatorio, subrayando que el procesado no mencionó esta coartada en su primera declaración durante la instrucción y solo la ofreció durante la vista oral.
La sentencia destaca la fiabilidad de la prueba dactiloscópica por su "singularidad e invariabilidad", recordando que "el ser humano lleva en sus manos el sello indeleble e irrepetible de su identidad". Los análisis confirmaron la coincidencia de las huellas encontradas en los envoltorios con las del acusado en hasta doce puntos característicos.
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