El cierre de la estadística del último trimestre de 2023 del Balance de Criminalidad pone de manifiesto que hay dos tipos de hechos delictivos en Almería que continúan creciendo y presentan una progresión alarmante en los últimos años: delitos contra la libertad sexual y cibercriminalidad. Los indicadores de seguridad que acaba de actualizar el Ministerio del Interior también constatan que en la provincia creció la delincuencia un 11,5% en el último año en relación al anterior, pasando de 29.911 a 33.348 delitos, que es la cifra más alta de la última década. Para encontrar un ejercicio con más delincuencia habría que remontarse a 2012 y 2011 con 34.906 y 35.543 delitos respectivamente.

Los hechos conocidos aumentaron en Andalucía en el último año un 9,1%, de manera que la tasa de criminalidad de la región está tres puntos por encima de la media nacional que crece en un 5,9%.Almería supera tanto la subida media estatal como la regional y en la comunidad se coloca en segunda posición tan sólo por detrás de Córdoba y Granada con incrementos del 12%. El cómputo de 2023 de la provincia arrojaría una media de 2.779 delitos al mes y nada menos que 91 cada día de los que al menos 1 atentó contra la autodeterminación en el ámbito sexual y otros 13,6 fueron cometidos por medios informáticos.

Almería viene experimentando en los últimos años un fuerte tirón de los delitos contra la libertad e indemnidad sexual hasta el punto de duplicar los registros de hace una década. Los juicios por violaciones, agresiones sexuales, abusos, exhibicionismo y trata de seres humanos con fines de prostitución están cada día más presentes en los juzgados almerienses, previo paso por la estadística creciente de hechos conocidos. El Balance de Criminalidad de 2023 recoge 363, un 26,5% más que el año anterior cuando fueron 287. En 2013 y 2014 esta tipología penal presentaba 144 vulneraciones en la provincia, lo que supone un incremento del 152% en relación al último dato. Las agresiones con penetración del último ejercicio han sido 77, casi un 33% más que en 2022 con 58 y el incremento es mucho mayor en relación a las 29 de 2018, 31 de 2017, 2016 y 2015 o 19 de 2014.

Desde el Gobierno apuntan a la mayor concienciación de las mujeres a la hora de denunciar como principal causante del mayor número de agresiones de carácter sexual, así como la mejora de la catalogación de este tipo de hechos delictivos por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El portal del Ministerio del Interior permite conocer el desglose estadístico de los grandes municipios siendo los que experimentan un crecimiento en cuanto a los delitos contra la libertad sexual Adra y la capital almeriense con un 80% más (con 9 y 99 hechos conocidos respectivamente), Vícar un 66% (15), Huércal-Overa un 50% (9) y Roquetas un 1,6% (62). Las localidades que retroceden en esta tipología penal son Níjar y El Ejido que disminuyen los casos investigados en un 5,6% (17) y 14,6% (41).

Un 1.200% más de ciberdelitos

La cibercriminalidad ha crecido en el último año un 42,8% en la provincia, según el informe del Ministerio del Interior, pasando de los 3.483 delitos de 2022 a los 4.973 de 2023. La mayoría se corresponden con estafas informáticas que se incrementan un 44,9% desde las 3.041 a 4.407 del pasado ejercicio. Esta modalidad de delito cibernético ha crecido en la última década un 1.219%, siendo la evolución exponencial la siguiente: 334 estafas informáticas en 2013, 373 en 2014, 447 en 2015, 870 en 2016, 985 en 2017, 1.314 en 2018, 1.418 en 2019, 1.864 en 2020, 2.281 en 2021, 3.041 en 2022 y 4.407 en 2023. Adra fue el municipio de más de 50.000 habitantes de la provincia en el que más crecen los ciberdelitos con un 164% más, seguido por Níjar (123%), Roquetas (109%), Vícar (64%), Huércal-Overa (39,3%), El Ejido (22%) y la capital (4%).

El balance anual también recoge un incremento relevante en cuanto a los hurtos con 6.445 hechos conocidos en 2023 frente a los 5.525 de 2022, un 16,7% más. Sin embargo, los robos con violencia e intimidación se reducen levemente pasando de 677 a 660 (-2,5%). Los homicidios dolosos y asesinatos consumados retroceden de 9 a 8 (-11%) y también presentan un descenso importante las fechorías relacionadas con el tráfico de drogas a pesar de la actividad creciente de las mafias marítimas y la presencia cada vez más habitual de las narcolanchas en la costa almeriense. Interior contabiliza 471 hechos conocidos por narcotráfico, un 7,6% menos que en 2022 cuando se anotaron 510. En 2021 fueron 515 y 538 en 2020, cifras que suponen el doble de las que se daban hace una década con 267 en 2013 y 210 en 2014.

El incremento más importante de la estadística de criminalidad convencional lo presentan los secuestros, si bien no han dejado de ser episodios aislados y puntuales que en el último año alcanzaron los 3 casos frente a sólo uno en el anterior, proporcionalmente un 200% más. También se incrementan los delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria con 544 casos, un 5,8% más que en 2022 cuando fueron 514. Las sustracciones de vehículos aumentan un 13,1% con 353 casos frente a los 312 de 2022.

Más policías y guardias civiles que nunca

La Subdelegación del Gobierno de Almería asegura que la provincia ha aumentado las plantillas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en 280 agentes en los últimos ocho años y que en la actualidad suman 2.500 efectivos: 1.700 de Guardia Civil y 800 de Policía Nacional. Argumentan que los recursos humanos están en "máximos históricos" gracias a la inversión estatal de 19 millones para el incremento de plantillas y otros 17,5 en medios materiales.

El subdelegado del Gobierno en Almería, José María Martín, recordaba hace unos días que con el anterior Gobierno del PP se perdieron entre los años 2012 y 2018 más de 13.000 efectivos en España y que gracias al Ejecutivo de Pedro Sánchez se han lanzado ofertas de empleo con tasas de reposición del 115%, 130% y 125% en los tres últimos años a nivel nacional para incrementar el número de agentes. En la provincia de Almería había 715 policías nacionales y 1.524 guardias civiles hace cuatro años y el incremento desde 2020 está por encima del 11% y los porcentajes de ocupación de los catálogos también son muy superiores a los de entonces.