El derribo del antiguo Santuario de Monteagud cuenta con todos los permisos de Cultura

Una nota de prensa de la Plataforma Cerro de la Virgen de Uleila del Campo ha despertado la polémica respecto a la construcción del nuevo santuario de Monteagud que lleva tres años ejecutándose en el término municipal de Benizalón (pues dicho Ayuntamiento es el que concedió la licencia de obras, a pesar de las disputas históricas existentes con Uleila del Campo sobre la ubicación de dicho santuario).

En el citado texto, la asociación denuncia que el Santuario de la Virgen de la Cabeza "ha sido inexplicable e irracionalmente destruido y arrasado". Añade Juana Antolín, presidenta de la plataforma, que "estamos hablando de un Bien Inmueble inscrito en la Base de Datos del Patrimonio Histórico Andaluz con caracterización Arquitectónica".

Afirma esta asociación que en días pasados saltó la alarma de que el Santuario había sido destruido. "El descontento era generalizado pues aunque nos constaba que se iba a construir otro santuario pensábamos no se destruiría el existente, esto era algo impensable porque además de su valor arquitectónico que siendo una construcción sobria y sencilla era majestuosa e inigualable con más valor aún porque en la construcción participaron la gente de esta comarca muchos de ellos de forma desinteresada".

Sin embargo, el excapellán del santuario y jefe de obras, Francisco Martínez Botella, ha afirmado a Diario de Almería que el proyecto estuvo expuesto de forma pública "sin presentarse ni una sola alegación". Así mismo, ha informado de que dicho proyecto, visado por el Colegio de Arquitectos de Almería, cuenta con el visto bueno de todas las administraciones, desde la Consejería de Cultura, Medio Ambiente, hasta los técnicos de la Diputación de Almería.

Según Martínez, el habitáculo en el que se cobijaba actualmente la virgen "no tenía valor monumental alguno, pues fue construido en los años 60 para ser algo provisional". Según la información de excapellán, los restos del santuario original del siglo XVI fueron demolidos a finales de los años 50 del pasado siglo.

Cabe destacar que el nuevo santuario, al que le quedan tres años para concluirlo, está basado en el original y construido con técnicas antiguas, con grandes sillares y pizarras de la zona, y enfoscado en blanco al estilo de la sierra. Para Martínez Botella, la polémica es "por animadversión hacia él", así como una forma de captar atención mediática "por parte de un pequeño grupo".