Almería

La desaladora de Almería tomará agua directa del mar

  • La ampliación de la planta contempla el cambio del sistema de extracción, lo que acabará definitivamente con el temor de los regantes. Mientras, garantizan el control.

Particulares han podido visitar las instalaciones de la planta desaladora de la capital

Particulares han podido visitar las instalaciones de la planta desaladora de la capital

Desde que fuera proyectada en 1998, la desaladora de la capital almeriense ha sido motivo de preocupación para los agricultores de la zona de la Vega, que aún hoy y ante los planes del aumento de la producción de la planta, temen por el cultivo de los tomates de Almería. Pero los miedos tienen el tiempo contado, ya que el método actual de extracción del agua del mar, a través de pozos, va a ser sustituido por la toma directa.

Forma parte del plan sobre el que lleva trabajando meses atrás la Junta de Andalucía, que se dispone a licitar en breve la redacción del proyecto para la ampliación de estas instalaciones, su modernización al haber quedado su tecnología atrasada y, ya de paso, dar un cambio sustancial al proceso de desalinización, según ha avanzado la concejal de Sostenibilidad Ambiental del Ayuntamiento de Almería, Margarita Cobos, en una de las primeras visitas al público en general a esta planta de Almería, pionera en su momento. Fue la segunda en España en proyectarse y la única del país propiedad 100% de un ayuntamiento, si bien su sistema de captación de agua no es excepcional en el mapa hidrológico del país.

Puesta en funcionamiento en el año 2004 tras unas obras de construcción que se prolongaron en exceso y las reticencias políticas a la subida tarifaría que lleva implícita el consumo de agua desalinizada –de mayor calidad y también más costosa–, la desaladora de Almería, a diferencia por ejemplo de la de Carboneras, extrae el agua del mar a través de 15 pozos que fueron perforados en el entorno de la planta, situada en El Bobar, una vez atravesado el puente del edificio de Tráfico. En sus proximidades, se encuentra el acuífero que aporta agua para el riego del campo de la Vega, donde el principal producto es el tomate. Previa a su construcción, la realización de los sondeos para los pozos de la desaladora despertaron ya las alarmas de los agricultores que fueron, en su momento, apagadas con la realización de estudios técnicos.

“A seis metros de profundidad ya hay agua del mar y las perforaciones de los 15 pozos se encuentran entre 90 y 100 metros”, comenta una de las responsables de la planta, en esta ocasión, guía también del grupo de visitantes. La lejanía de estos pozos con el acuífero del Andarax es otro factor que hace descartar posibles afecciones de la desaladora al campo agrícola (Vega de Acá y de Allá, La Cañada, la zona del Mamí, Viator, Huércal y Pechina).

Este temor, sin embargo, volvió a resurgir en el año 2020 cuando el Ayuntamiento, siguiendo las instrucciones de la Junta, decidía ampliar la producción de la planta, poniendo en marcha más bastidores de los siete disponibles y poder, de esta manera, aliviar la presión sobre los pozos de Bernal (en el poniente), ya que el agua que consumen los hogares en Almería capital procede en buena parte de esta fuente natural, que se agota.

Aunque la desaladora se proyectó pensando en cubrir todos los barrios del término municipal, lo cierto es que ese momento todavía no ha llegado. Las obras, que recibieron una cuantiosa inyección de la Unión Europea, no cubrían la creación de la infraestructura necesaria para conducir el agua desalada a todo el parque de viviendas, por lo que solo la recibe la mitad del término municipal, desde la Rambla hacia el levante hasta llegar a La Fabriquilla de Cabo de Gata. Y esa agua que sale de los grifos está, además, mezclada con la de los pozos de Bernal, precisamente para mitigar la subida de los recibos.

El pasado año se activó un bastidor más, siendo tres lo que ya producen una media de 21.000 metros cúbicos cada día con una mezcla que ha llegado alcanzar este 2022 el 48%, si bien a finales de año la planta se ponía a prueba suministrando agua desalada al 100%.

Margarita Cobos, junto a uno de los bastidores Margarita Cobos, junto a uno de los bastidores

Margarita Cobos, junto a uno de los bastidores

Las obras de conducción, la ‘tubería’ como la llaman, están muy avanzadas por lo que antes de verano se espera que la producción de la planta alcance a la totalidad de la población. Será entonces cuando se activen, de forma gradual, otros dos bastidores más. Es decir, 8.000 metros cúbicos diarios más de agua, reduciendo de igual manera el aporte de los pozos Bernal, aunque no en su totalidad.

Esto será así mientras la Junta, que cuenta con un presupuesto de 850.000 euros con el que licitar “en un mes” la redacción del proyecto, acometa la ampliación de la desaladora de Almería, una de las grandes obras hidráulicas programadas para los próximos años en Andalucía, que la preparará para aportar agua también a la Comarca del Bajo Andarax.

Las instalaciones renovarán las tecnologías en un campo que ha dado pasos de gigante desde aquel 1998 y que preparará los sistemas para disponer de un agua de calidad variando la captación, puesto que el actual, a través de pozos, facilita la pureza del elemento líquido gracias la filtración natural de la propia tierra. La toma abierta –directa al mar– tiene la ventaja de permitir la captación de un gran caudal al objeto de que de esta planta pueda beneficiarse el Bajo Andarax. Además, las inversiones contemplan la dotación de placas fotovoltaicas que reduzcan los costes de producción. “Los regantes tienen que estar tranquilos porque, de una manera u otra, van a acabar con lo que ellos querían”, indica Cobos.

Hasta que estas novedades sean una realidad, la desaladora estará muy vigilada. Ya el pasado año fue monitorizada por la Universidad, que descarta en un informa afecciones al acuífero, incluso el tope de producción probado a finales de año–, y el Ayuntamiento acaba de contratar a una empresa externa y especializada que llevará a cabo durante nueve meses este control con tres piezómetros situados en las cercanías de la zona de captación de la desaladora, dos piezómetros sobre la red de control y tres sondeos en propiedad privada, aguas arriba. “El aumento de producción lo haremos de forma gradual y si en cualquier momento vemos que hay afecciones sobre el acuífero, pararemos”, garantiza la concejal.

El grupo de visitantes a la desaladora El grupo de visitantes a la desaladora

El grupo de visitantes a la desaladora

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