Almería

La desaladora de Almería se somete a un metódico examen con el que medir su impacto

  • Contratan una empresa externa para testar durante nueve meses si las extracciones de agua afectan al acuífero del Bajo Andarax ante el temor de que perjudique al tomate de Almería

La desaladora  de Almería.

La desaladora de Almería. / Rafael González

La desaladora de la capital se va a someter a una somero estudio durante nueve meses que evaluará las posibles afecciones que las extracciones de agua pueden tener en el acuífero del Bajo Andarax. El Ayuntamiento ha contratado para ello a una empresa especializada en la materia, de carácter independiente, con la que pretende despejar dudas entre los regantes, quienes temen que el incremento de la producción de la planta pueda incluso poner en jaque el cultivo del tomate de Almería.

La desaladora y sus posibles afecciones ha sido motivo de estudios en estos dos últimos años, obteniendo el Ayuntamiento informes que no han venido a mitigar el recelo del sector sobre si el aumento de extracciones de la planta provoca una disminución de la cantidad de agua del acuífero y aumenta su salinidad, lo que afectaría a la plantación agrícola.

El Consistorio dispone de estudios positivos redactados por la Universidad y el Servicio Geológico de Israel, así como el favorable de la Junta de Andalucía, que respalda la puesta en marcha de nuevos bastidores de la desaladora para seguir avanzando en la estrategia de incorporación del agua desalada a la ciudad y aliviar de esta manera los pozos de Bernal.

El aumento de la producción se realizará de forma monitorizada de manera que conforme se vayan levantando bastidores de la desaladora, se irán analizando las consecuencias. De ello se encargará el equipo de la empresa contratada, WTECH, que cumple con los requisitos exigidos por el Consistorio en cuanto a experiencia e independencia, y examinará las posibles afecciones a derechos de terceros, siguiendo un plan de control y monitorización que se prolongará durante nueve meses.

En total serán 8 puntos de control, de los cuales tres piezómetros estarán situados en las cercanías de la zona de captación de la desaladora, dos piezómetros sobre la red de control y tres sondeos de propiedad privada. Se harán mediciones y registros mensuales para un seguimiento detallado de la evolución del agua dulce, agua salada y del agua de mezcla, tanto en condiciones naturales como influenciadas por los bombeos de la desaladora. También se tomarán muestras y se harán análisis físico-químico de las aguas en dichos puntos de control a diferente profundidad, a fin de establecer la evolución de la zona de contacto de agua dulce y agua de mar.

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