De desaparecido a fallecido 54 años después: la Justicia resuelve en Almería el caso del ‘Bárbara y Jaime’

Un juzgado declara oficialmente fallecido a uno de los tripulantes del pesquero naufragado en 1971, más de medio siglo después de la tragedia que marcó a Almería

La Chanca recuerda a los fallecidos en el naufragio del Bárbara y Jaime

Familiares de los fallecidos en el mar dejan flores en el monumento instalado junto al Muelle de Poniente. / Rafael Espino

Cincuenta y cuatro años después del naufragio del pesquero Bárbara y Jaime, la Justicia ha dado en Almería un paso decisivo para cerrar uno de los episodios más dolorosos de la memoria marítima de la ciudad. Un juzgado ha declarado oficialmente fallecido a uno de los tripulantes desaparecidos en el siniestro ocurrido en febrero de 1971, José R. R., poniendo fin a una situación de ausencia legal que se ha prolongado durante más de medio siglo.

La resolución ha sido dictada por el Juzgado de Primera Instancia nº 3 de Almería, que fija como fecha oficial del fallecimiento el 15 de febrero de 1971, el mismo día en que el barco se perdió en el mar durante un fuerte temporal frente a la costa almeriense.

Familiares de José R. R., fallecido en el naugrafio del Bárbara y Jaime. / DDA

El procedimiento se inició a instancias de uno de los hijos del marinero desaparecido, ante la imposibilidad de obtener un certificado de defunción por otras vías administrativas. Durante décadas, el tripulante figuró oficialmente como desaparecido, pese a que nunca volvieron a tenerse noticias suyas tras el naufragio.

Notoriedad pública del siniestro

El decreto judicial reconoce expresamente la notoriedad pública del siniestro, la existencia de homenajes anuales, la presencia de un monumento conmemorativo y la amplia cobertura histórica en medios de comunicación como elementos que avalan la declaración de fallecimiento.

El Bárbara y Jaime era un pesquero tripulado por marineros del barrio de Pescadería-La Chanca. Aquella noche de febrero de 1971 quedó atrapado en un violento temporal, con olas que superaban varios metros de altura. La última comunicación por radio alertó de la gravedad de la situación antes de perderse definitivamente el contacto.

Desde entonces, el naufragio se convirtió en una de las mayores tragedias del mar en Almería. Los familiares, vecinos y colectivos del barrio han mantenido viva su memoria durante décadas mediante actos de recuerdo que se celebran cada año.

Ausencia de restos, informes oficiales concluyentes y certificaciones administrativas

Sin embargo, esa memoria colectiva no tuvo durante mucho tiempo reflejo jurídico. La ausencia de restos, informes oficiales concluyentes y certificaciones administrativas mantuvo a algunos de los tripulantes en un limbo legal que impedía cerrar trámites básicos.

En este caso concreto, el juzgado ha considerado acreditado que concurren los supuestos previstos en el Código Civil para declarar el fallecimiento, aun cuando Capitanía Marítima de Almería no dispone de documentación archivada sobre el naufragio.

La resolución judicial no se pronuncia sobre la situación legal del resto de tripulantes del Bárbara y Jaime, cuya circunstancia administrativa puede ser distinta en cada caso. El decreto se limita a resolver este expediente individual.

Con esta decisión, la Justicia reconoce ahora, más de cinco décadas después, una realidad que Almería lleva asumiendo desde hace generaciones: que aquel naufragio de 1971 dejó una herida profunda que todavía hoy sigue cerrándose, caso a caso.

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