Cada día se cometen 17 ciberdelitos en Almería: crecen un 700% en la última década
La tercera edad no es el colectivo más castigado, la mayoría de las víctimas se concentran en la franja de edad de 26 a 40 años
Los diez ciberataques más frecuentes en Almería
En un mundo cada día más globalizado en el que casi todos están conectados digitalmente, los delitos cibernéticos se han convertido ya en la gran maldición de internet y los diferentes soportes telemáticos. En consonancia con la transformación en línea de la sociedad han ido prosperando las actividades ilícitas de los ciberdelincuentes que, mediante el uso de las nuevas tecnologías y a través de sus puntos débiles, atacan las redes, infraestructuras y sistemas informáticos de particulares, empresas e instituciones públicas. El pishing, el ransomware, las suplantaciones de identidad y las violaciones de la seguridad de los datos son las principales amenazas de un tipo de criminalidad online en continúo crecimiento y mutación que no conoce fronteras, lo que dificulta las investigaciones policiales y la posibilidad de emprender acciones judiciales.
Víctimas falsas de fraudes online
La expansión de la ciberdelincuencia ha llegado a tal punto que ya se están registrando infracciones penales por la simulación de delitos y estafas informáticas, como ocurrió el pasado mes con dos vecinos de Huércal-Overa y Vélez-Rubio, un hombre y una mujer, que denunciaron a la Guardia Civil cargos fraudulentos en sus tarjetas bancarias que habían realizado pero no querían abonar. Lo hicieron, después de disfrutar de los productos y servicios, para reclamar esas cantidades a través de los seguros de sus tarjetas bancarias, una jugada maestra que los ha acabado sentando ante un juez porque simular ser víctima para obtener un beneficio económico constituye un hecho delictivo.
Los hechos conocidos en la provincia no llegaban al millar en el balance de 2014 y una década después se han situado en 5.915 infracciones penales (2024), lo que se traduce un crecimiento del 700%. Los ciberdelitos contabilizados en la estadística del Ministerio del Interior en los municipios almerienses no han dejado de crecer año tras año y no hay perspectiva de que esa tendencia al alza de este tipo de modalidad delictiva se frene en algún momento: 740 infracciones penales por ciberdelitos en 2014, 823 en 2015, 1.249 en 2016, 1.316 en 2017, 1.638 en 2018, 1.769 en 2019, 2.230 en 2020, 2.659 en 2021, 3.483 en 2022, 4.977 en 2023 y 5.915 en 2024. Tan sólo durante el último ejercicio ese incremento ha sido del 18,8%, siendo la capital una de la localidades del país con mayor expansión de la ciberdelincuencia.
En los tres primeros meses del año, según el portal de la criminalidad del Ministerio del Interior, se han contabilizado 1.495 infracciones penales en la provincia, un 4,6% más que en el mismo periodo del año anterior (1.429). Esto se traduce en una media de casi 17 ciberdelitos diarios y antes de la pandemia -en 2020- eran 7 por jornada. La mayoría están englobados en el grupo penal de fraude informático y se corresponden con todo tipo de estafas relacionadas con tarjetas de crédito, débito y pagos bancarios. Este tipo de delitos han pasado de 373 en 2014 a 5.222 en el último ejercicio, lo que quiere decir que se han incrementado un 1.300% en una década. La evolución de ese periodo ha sido la siguiente: 373 estafas informáticas 2014, 447 en 2015, 870 en 2016, 985 en 2017, 1.314 en 2018, 1.418 en 2019, 1.864 en 2020, 2.281 en 2021, 3.041 en 2022, 4.414 en 2023 y 5.222 en 2024.
Más vale prevenir...
Entre los consejos del Instituto Nacional de Ciberseguridad destaca la protección con antivirus, realizar copias de seguridad, no introducir el número de tarjeta en páginas de contenido pornográfico ni abrir archivos de chats, utilizar contraseñas de calidad (con letras, números y caracteres), mantener el perfil privado en las redes sociales, nunca ofrecer datos personales por internet salvo en sitios que sean de confianza (comprobar los certificados) y no facilitar números de teléfono a desconocidos o en webs.
Tan solo en los tres primeros meses de 2025 se han contabilizado 1.329 hechos conocidos. Todo apunta a que cada año irá marcando un nuevo techo en la estadística delictiva a pesar de los esfuerzos destinados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que sufren un colapso en los requerimientos ciudadanos y una falta de medios humanos y materiales por la complejidad que conlleva poder identificar y desmantelar estas organizaciones internacionales que operan detrás de las pantallas y que cada día son más peligrosas por la proliferación y profesionalización de los hackers. Las ciberamenazas de internet crecen y nadie está a salvo. Phising, smishing, vishig, pharming, sexting, carding, spoofing, falsas ofertas de empleo, bitcoins fraudulentos, bizum inverso… Y, lejos de lo que pueda parecer, las víctimas no son personas mayores a las que engañan con facilidad por su desconocimiento de los métodos y plataformas digitales.
El análisis de victimizaciones de la estadística policial pone de manifiesto que el principal grupo de afectados en la provincia se encuentra en la franja de edad de 26 a 40 años. En su último análisis de los perfiles -el del año 2023- se contabilizan 837 denunciantes en ese segmento, seguidos por 664 personas de 41 a 50 años, 563 de 51 a 65 años, 340 de 18 a 25 años, 207 mayores de 65 años y 87 en menores de edad. El principal delito son las estafas informáticas y en menor medida por usurpaciones de estado civil y amenazas. Los delitos telemáticos están cada vez más presente en la vida de los ciudadanos y los agentes que se enfrentan a su persecución requieren de una formación y actualización permanente, además de un progresivo refuerzo de las unidades específicas. Ataques cibernéticos, estafas, acoso, odio, terrorismo, violencia de género… la ciberseguridad es posiblemente el principal reto de presente y futuro.
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