Personas con discapacidad y sus familias exigen estar en la reconstrucción social y económica postpandemia

Son uno de los grupos sociales más castigados, en medida desorbitada, por esta pandemia ocasionada por la COVID 19, y no solo por condiciones objetivas (estados de salud preexistente, etc.), sino sobre todo por factores sociales, políticos, económicos y legales “que nos colocan en posición de fragilidad extrema ante una emergencia sanitaria de estas proporciones”. Así lo denuncian con motivo del Día Internacional y Europeo de las Personas con Discapacidad, todas las organizaciones miembro del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), entidad de la que es miembro la Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad (FAAM).

El colectivo incide en su manifiesto en que “ las personas con discapacidad sentimos que rige una ley inexorable y fatal que lleva consigo irremediablemente que cuando a la sociedad, al país le va mal, a lo social, a la discapacidad, le va mucho peor; y cuando a la sociedad, al país, le va bien, ese bienestar no llega, o solo fragmentos mínimos, a las personas con discapacidad y a sus familias. Nos rebelamos contra esa norma no escrita, ausente de toda ética, tan obscena e hiriente como plena de vigencia y eficacia”. En la provincia de Almería, y según los datos de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, son un total de 44.119 las personas con un grado de discapacidad igual o superior al 33%.

Todas ellas y sus familias exigen “estar presentes en la reconstrucción social y económica postpandemia”.

Consideran que “la devastación está siendo intensa y extensa en nuestro grupo de población, y en sus estructuras y redes de apoyo, siempre precarias, ahora ya casi exhaustas”. “La agenda propositiva que traslada el movimiento CERMI con vistas a esta reconstrucción está atravesada por el enfoque de derechos humanos, irrenunciable y único aceptable cuando se trata de discapacidad, y por el de género, mujeres y niñas con discapacidad, madres cuidadoras y mujeres con discapacidad mayores, que deben constituir el grupo preferencial de actuación de las políticas públicas de igualdad y de las de inclusión”.

Que las personas con discapacidad y sus familias, y sus estructuras cívicas de bienestar, estén en la reconstrucción social y económica del país, pasa necesariamente por un programa de acción que las distintas administraciones deben de tener presente.

“Me preocupa especialmente el retroceso”

Valentín Sola es presidente de la Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad (FAAM), de la que forman parte un total de 17 asociaciones que representan a más de 12.000 personas con discapacidad en la provincia.

–¿Qué es lo que más le preocupa en este momento?

–Me preocupa, en esta reconstrucción, el retroceso que se pueda dar en derechos que ya habíamos conquistado, especialmente en materia de empleo, de Dependencia, que es muy importante que se siga desarrollando la atención a la dependencia. Estas políticas sociales conducen a la inclusión de las personas con discapacidad. Nosotros vamos a pedir a todas las administraciones que cuenten con nosotros para evitar ese retroceso.

–¿Qué le transmiten desde las asociaciones miembro?

–En el contexto de la pandemia las asociaciones miembro de FAAM están muy pendientes de las medidas que se van adoptando y se muestran muy preocupadas de cómo está afectando a las personas con discapacidad la actual situación, teniendo en cuenta que junto con los mayores somos unos de los grupos más vulnerables. Las asociaciones están en una situación de incertidumbre, de preocupación por sus socios y socias. Por la salud, por el empleo y un tema que preocupa bastante como es el acceso a las nuevas tecnologías.

–La digitalización no está siendo equitativa...

–Según un estudio de la Fundación Adecco un 15,9% de personas con discapacidad no tiene recursos económicos para comprar nuevas tecnologías y un 32% tiene problemas de accesibilidad a los dispositivos. Esto genera aislamiento social y por lo tanto un retroceso.

–Han sido meses difíciles para todos y especialmente para colectivos como FAAM donde la gran mayoría de usuarios son personas vulnerables a la covid 19. ¿Cómo se gestiona esto?

–Desde FAAM hemos intentado llegar al mayor número de personas posibles, teniendo encuentra la soledad de personas con discapacidad, a través de nuestros distintos servicios y centros. A diario atendemos a más de 1.000 almerienses. Hemos intentado que el impacto fuese el menor posible principalmente a través de visitas a domicilio, siempre que haya sido posible, y del uso de las nuevas tecnologías. Esto se gestiona gracias a la trayectoria más que solvente en la gestión de servicios de FAAM y de su equipo humano que trabaja con total implicación. Si todo esto sale es gracias a los profesionales de FAAM.