Existe en el Obispado de Almería un documento del año 2007, que es un contrato firmado por Alfonso Serrano Marín, como Presidente-Representante de la Hermandad de Ánimas de Topares, a través del cual alquila en régimen de “arrendamiento de local de negocio” (sic) el salón que es utilizado como bar, llamado “El Corralillo”, a otro señor. En dicho contrato se afirma en el punto tercero del mismo que “el arrendatario declara conocer y someterse a las Normas y Estatuto de esta Hermandad de Ánimas, así como que ésta no es la propietaria del local, sino una mera administradora, correspondiéndole la propiedad del mismo al Obispado de Almería” (sic).

Este documento que a buen seguro será una de las pruebas que el abogado del Obispado de Almería aporte ante el juez si finalmente hubiera que celebrar un juicio para que sea la autoridad judicial quien ponga orden en este conflicto. Por el momento, como avanzó a primera hora de ayer Diario de Almería, el Obispado ha retirado la denuncia que mantenía contra el presidente de la Hermandad y contra la inquilina del bar, A. E. Ruiz. La decisión de retirar la denuncia se ha adoptado tras una reunión de los miembros de gobierno del Obispado y con el objetivo de, según el vicario general Ignacio López, "que nos sentemos este viernes todos a hablar y podamos llegar a un entendimiento en este conflicto por la propiedad de los locales parroquiales". "Queremos tener este gesto de buena voluntad y evitar ir a juicio si podemos hablar y entendernos, porque la idea no es vencer sino convencer", asegura.

A la reunión asistirán los abogados de las partes, así como el vicario general y el ecónomo del Obispado, además del presidente de la Hermandad de Ánimas de Topares, el alcalde pedáneo y la teniente alcalde del Ayuntamiento de Vélez Blanco. La cita está fijada para este viernes, día 28 de enero, a las 12:00 horas en Almería. Durante el encuentro, las defenderán sus posturas y el vicario general propondrá que la Hermandad de Ánimas se constituya en una hermandad formalmente, con entidad canónica y jurídica para así poder regularizar la situación y que siga gestionando y usando como hasta ahora las propiedades de la discordia.

Los vecinos, dispuestos a llegar hasta donde haga falta

Mientras tanto, en Topares, la gran mayoría de los vecinos, unas 30 o 40 familias, están dispuestos a llegar "hasta donde haga falta" para que la Iglesia les devuelva lo que es suyo. Consideran que han sido víctimas de algo semejante a un "robo". Explican que esos inmuebles fueron construidos por el pueblo, con dinero del pueblo y con mucho esfuerzo. Indican que son muchos años los que llevan dándole uso sin contar con el Obispado para nada, por lo que no entienden que sea ahora precisamente cuando se le quieran quitar las llaves. Cabe recordar que fue precisamente la petición de las llaves del salón social el hecho que desencadenó todo este conflicto. A raíz de ahí,este verano, el presidente de la Hermandad sacó una nota simple y comprobó que en el año 1998 el Obispado se escrituró los locales. Desde el Obispado mantienen que los inmuebles aparecen en el Catastro a nombre suyo al menos desde 1993.

Los vecinos relatan que el pueblo, la Hermandad de Ánimas, se ha encargado siempre de arreglar la iglesia y limpiarla, al igual que del mantenimiento de los locales y del cementerio. Y señalan que el Obispado nunca se ha hecho cargo de nada de esto, algo que le correspondería si verdaderamente son propiedades suyas.

Desde Navidad, la limpieza del templo no se lleva a cabo. Y desde hace unos días, el bar del salón social está cerrado y sin fecha de apertura. La Hermandad, como han indicado a este periódico, ya está buscando a otra familia que quiera hacerse cargo del bar y pueda volver a abrir las puertas y darle vida al centro de la pedanía.