La Guardia Civil desarticulaba a finales de febrero un cultivo indoor de marihuana en un chalé de Almerimar en el que se incautaban de 1.200 plantas, 12 kilos de cogollos y avanzada tecnología para optimizar la producción de esta droga psicoactiva. Los agentes del puesto principal de El Ejido, que llevaban varias semanas con discretos operativos de vigilancia del domicilio, detenían a los dos moradores de la narcovivienda y neutralizaban, con la colaboración de los técnicos de Endesa, un enganche ilegal a la red eléctrica por el que habían defraudado en los últimos meses miles de euros. De las tres plantas del inmueble, dos se dedicaban a la producción de plantas de cannabis sátiva con una demanda de energía 24 horas y potencias que equivalen al consumo de 80 viviendas.

En los próximos días les tocará sentarse en el banquillo de los acusados para responder por los delitos contra la salud pública y defraudación de fluido eléctrico, pero ya eran conscientes antes de su detención de que es un negocio que genera importantes beneficios económicos y su reproche penal es mínimo. Aunque estas instalaciones suelen están controladas por mafias trasnacionales con una potente actividad policriminal, según recogen las investigaciones del Ministerio del Interior, se han convertido en un nicho de mercado cada vez más atractivo para el delincuente común. De ahí que no hayan dejado de expandirse en determinados núcleos de la provincia, pero con mayor impacto en los barrios más degradados de la capital, los perfiles delictivos que están cambiando el hurto y menudo de estupefacientes como heroína y cocaína por cultivos indoor de marihuana de los que obtienen entre cuatro y cinco cosechas al año.

Técnicos encapuchados para evitar su identificación y con acompañamiento policial

Esta actividad al alza que ha disparado el número de enganches ilícitos, además de incrementar la inseguridad ciudadana por el enfrentamiento con otras organizaciones por el mercado de la distribución, están generando serios inconvenientes para los vecinos de las zonas en las que están proliferando las plantaciones de marihuana por las incidencias de los cortes de luz y suponen un serio riesgo de incendio cuando se dispara el consumo energético y se manipula la red de fluido eléctrico. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Endesa llevan años de dura y permanente batalla contra los cultivadores y, pese al incremento de operaciones y medios, cada vez son más los fraudes detectados en puntos repartidos por toda la provincia en los que es un grave problema social para la convivencia que va mucho más allá del narcotráfico.

Un 90% más de casos por la marihuana

Según el balance anual de la compañía eléctrica, los enganches ilegales crecieron un 14%, pero los asociados a las plantaciones se incrementan en un 90%. Poco más de la mitad de los casos de fraude que han logrado ser identificados por e-distribución en Almería se corresponden con cultivos de marihuana. De 2.275 expedientes en 2022 se ha pasado a 2.600, lo que supone el desmantelamiento de 49 fraudes a la semana y nada menos que 7 cada día. La energía vinculada a estos expedientes se ha disparado un 54% hasta alcanzar los 26,5 GWh (gigavatio-hora), una cantidad de energía equivalente al consumo de 7.500 hogares, por lo que daría para abastecer a municipios como Adra o Vícar. La filial de Endesa en Almería ha detallado que la energía recuperada en cultivos indoor de narcoviviendas ha crecido casi un 200% en un año pasando de 4,5 GWh a 13,4 GWh en 2023.

A nivel nacional los expedientes por fraude a la red eléctrica vinculado a las plantaciones han aumentado cerca de un 70% en los últimos cinco años y el suministro rescatado en los expedientes creció un 83%. La compañía estima que los cultivos de marihuana defraudan en España unos 2,2 TWh, equivalente al consumo de Sevilla en un año. En algunas zonas acaparan hasta el 80% del consumo eléctrico y los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas funcionan mediante enganches ilegales que causan estragos en la red eléctrica. Generan sobrecargas que activan las protecciones en los centros de transformación provocando interrupciones del suministro que afectan a barrios al completo y llegan a originar incendios en líneas subterráneas y centros de transformación.

1,4 millones de euros en lucha contra el fraude

A través de su filial de redes e-distribución, Endesa ha llevado a cabo en el último año un importante esfuerzo inversor para paliar los efectos de las sobrecargas derivadas del fraude en las zonas más afectadas de Almería. Han sido cerca de 1,4 millones orientados hacia la digitalización de las infraestructuras eléctricas, aplicando la última tecnología y reforzando las redes de media y baja tensión. Inversión que se suma a los más de 3 millones que han destinado desde la pandemia a los puntos más conflictivos de la ciudad: Pescadería, La Chanca, El Puche, Los Almendros, Piedras Redondas y San Cristóbal.

En estas zonas se han tendido 11 kilómetros de nuevo cableado este año y se han automatizado ocho centros de transformación, lo que permite su control remoto y la obtención de datos para actuar de manera preventiva ante cualquier incidencia. Con estas medidas la potencia instalada alcanza los 28,10 MWh, lo que supone casi un 300% más de la potencia contratada. Es decir, tienen tres veces más potencia que la contratada, por lo que la capacidad de distribución debiera estar garantizada en condiciones de calidad suficientes. Endesa ha desplegado un programa piloto de instalación de telemandos que permiten el control remoto de las instalaciones para actuar de forma más rápida y preventiva. Cuando registran sobrecalentamiento hacen saltar los interruptores evitando males mayores. Entraron en funcionamiento en 12 de los 35 centros de transformación de la capital a finales de año, pero ya están dando los primeros resultados porque son menos los fusibles fundidos.