Un emprendedor almeriense pionero de la medicina estética en Tánger

Antonio López desembarcó hace más de una década para abrir la primera clínica de esta ciudad y dos años más tarde dobló su apuesta marroquí con otro centro en Tetuán. En plena pandemia abrió sede en Almería

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Antonio López en Clínica Goya de medicina estética situada en la calle Alcalde Muñoz de Almería
Antonio López en Clínica Goya de medicina estética situada en la calle Alcalde Muñoz de Almería / Marian León

Antonio Miguel López Cruz no tenía ni 30 años cuando decidió emprender en un sector todavía incipiente como lo era el de la medicina estética en el año 2014. Lejos de conformarse con una clínica en su ciudad o en una provincia próxima con buena expectativa de mercado optó por dar el salto a Marruecos y abrir en Tánger, una ciudad de poco más de un millón de habitantes al otro lado del estrecho de Gibraltar. Pese a su juventud, ya había trabajado en una asesoría y en una empresa de agricultura ecológica como contable y comercial, pero este veinteañero inquieto soñaba con montar su propio negocio y coger las riendas de su destino empresarial.

Nuestra idea es seguir creciendo y abrir otra clínica de medicina estética en Rabat o Casablanca en los próximos años” — Antonio López - CEO de Grupo de Clínicas Goya

Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la UAL, aplicó los conocimientos adquiridos al estudio de lo que podría conseguir con un centro médico-estético en una ciudad marroquí que conocía de viajes anteriores y, no sin obstáculos y problemas como la pandemia, el tiempo le ha dado la razón. El 31 de octubre se despidió de su trabajo anterior y al día siguiente cogió las maletas con destino a Tánger para abrir el 11 de noviembre de 2014 la primera clínica de lo que hoy es el Grupo Goya. Fue todo un visionario porque apostó por un sector que hoy multiplica la facturación, pero entonces no era ni mucho menos sólido y lo hizo en un país de costumbres, cultura y tradiciones diferentes. Dermo-Esthétique Avancée, en la Rue Canoes, fue la primera clínica de Tánger, una apuesta que funcionó y que acabaría doblando a los dos años abriendo otra a poco más de 60 kilómetros en plena avenue des F.A.R de Tetuán.

Fachada de la clínica de medicina estética de Tetúan
Fachada de la clínica de medicina estética de Tetúan

Este emprendimiento a más de 400 kilómetros de casa tuvo un alto coste al ser tecnología y maquinaria que viene de fuera, todo importado, lo que encarece la logística y dificulta el trámite aduanero. En Tánger, además, alquilar un local en un buen emplazamiento cuesta el doble o el triple que en Almería. Pero no le importó el sacrificio económico, tenía claro que su futuro empresarial pasaba por esta ciudad al norte de África en la que fue pionero. “El que pega primero, pega dos veces”. Esa primera clínica echó a andar con un par de especialistas. Hoy son casi una decena en los dos centros que tiene en Marruecos que no han dejado de crecer en facturación y clientela llegando a más de 8.000 personas en poco más de una década.

Antonio López lleva más de diez años en el sector de la medicina estética
Antonio López lleva más de diez años en el sector de la medicina estética / Marian León

“Me fui sin conocer el idioma ni a nadie allí, pero no me costó mucho integrarme. Al principio es más difícil, no sabes ni donde hacer las fotocopias, pero poco a poco vas aprendiendo todo lo necesario y haces amigos. Tuve el apoyo de las instituciones de Marruecos y del consulado y la Cámara de Comercio”, detalla el CEO de Grupo Clínicas Goya. Lo que tenía muy claro es que no iba a dirigir un negocio desde la distancia, una de las claves del éxito ha sido su presencia en la ciudad. “Me instalé en Tánger porque sabía que si no estaba allí no saldría bien, nunca iba a conocer lo que quiere el público o hacia donde debía avanzar. Al principio era consciente de que había potencial y oportunidades en Marruecos, pero a partir de ahí también sabía que tenía estar muy encima porque es un sector en evolución permanente y muy exigente”, añade Antonio López.

Con casa propia y alternando viajes a Almería cada dos o tres meses fue creciendo en Tánger y Tetuán gracias a un perfil de cliente de nivel económico medio-alto que suele fidelizar. Trabaja para ampliar la cartera de servicios y llegar también a un público más amplio, pero de momento al otro lado del Mar de Alborán no ocurre como en España en la que este tipo de tratamientos están al alcance de cualquiera y se han democratizado. “Tenemos clientes recurrentes, muy fieles, que van a la clínica al menos una vez al mes”, argumenta.

El centro de Almería fue el tercero que abrió y coincidió con la pandemia del coronavirus
El centro de Almería fue el tercero que abrió y coincidió con la pandemia del coronavirus / Marian León

En 2020, en plena pandemia, abrió su tercera clínica en el centro de Almería, donde ahora pasa más tiempo, sobre todo desde que fue padre hace cinco meses. Pero la vuelta a casa no ha cerrado el círculo y quiere dar el salto a Rabat o Casablanca que cuentan con conexión por alta velocidad con Tánger. En ninguna de sus clínicas ofrece cirugía plástica, un ámbito que pronto entrará en su catálogo, pero han contado siempre con tecnología y técnicas avanzadas en los tratamientos faciales y corporales que han disparado su demanda: bótox, rellenos dérmicos, ácido hialurónico, depilación láser, eliminación de manchas y tatuajes, cavitación, radiofrecuencia...

“Este sector ha crecido mucho en España en los últimos años, en Marruecos está siendo más paulatino, por lo que tiene más margen aún”. El empresario Antonio López explica que lo que más funciona hoy es todo lo que te hace envejecer mejor, lo que se conoce como slow aging, con más estimuladores de colágeno y neuromoduladores para que no se vean arrugas de expresión y tener la piel más hidratada y natural en detrimento de los retoques estéticos excesivos que se cometieron años atrás en labios y pómulos. Según la Sociedad Española de Medicina Estética, más del 40% de los españoles se han sometido a algún tratamiento facial o corporal para mejorar la apariencia atendiendo a los estándares actuales de belleza.

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