La empresa recupera y mantiene el patrimonio de los almerienses

Michelin inauguraba este año el Cortijo Rincón de Martos tras su rehabilitación, que también ha llevado en otras estructuras de la finca como el Pozo Molina de Polo y un molino

El Cortijo Rincón de Martos fue inaugurado en abril de este año tras su restauración.
Carmen Fenoy

15 de noviembre 2013 - 01:00

La finca del Centro de Experiencias Michelin de Almería (CEMA) ocupa una superficie de unas 4.500 hectáreas en pleno Parque Natural Cabo de Gata, y en ella existen estructuras arquitectónicas tradicionales de esta tierra que han sido recuperadas por la empresa, sin cuya existencia probablemente se hubieran perdido como tantas otras.

Dentro de las acciones del 40 aniversario de la firma en la provincia, una ha sido la inauguración, el pasado mes de abril, del Cortijo Rincón de Martos tras su rehabilitación. Este inmueble fue construido por el entonces propietario de los terrenos para los mineros a principios del siglo XX, tras la marcha de estos, fue ocupado por el guarda del terrateniente que se dedicó en el entorno a labores ganaderas y agrícolas. Después de venderlo a Michelin, durante los primeros años del CEMA, que se puso en marcha el 2 de enero de 1973, el cortijo era para el disfrute de los trabajadores de esta empresa que aquí realizaban meriendas y pasaban días de campo. Ahora, en el interior de este edificio, que será utilizado para actos en el centro y cuyos elementos ornamentales han sido cedidos por los propios empleados, cuelga una colección de láminas antiguas que muestran diversas imágenes de la vida de los habitantes de la zona en los comienzos del siglo XX, así como de lugares históricos de la capital como el Cargadero del Mineral. En este sentido, indirectamente, el CEMA promociona la provincia, puesto que el centro recibe continuas visitas de miembros de la empresa en otros lugares del mundo así como de fabricantes de coches que llegan a pernoctar hasta un mes en Almería.

Tal y como detallaba el director del centro, Javier Deleyto, y de acuerdo a la responsabilidad social de esta empresa, además de este histórico enclave se ha rehabilitado un molino, "esto ha sido iniciativa de los empleados del centro y han sido ellos quienes lo han adecuado", apuntaba el director del CEMA destacando el compromiso de los trabajadores, y el Pozo Molina de Polo, además de otras infraestructuras como corrales y aljibes.

La elección de este enclave por parte de Michelin en los años 70 no fue al azar, sino porque se trata del lugar de menor pluviometría de Europa; pero no sólo la firma conserva el entorno natural, si no que su ejercicio de compromiso y responsabilidad va más allá, llevando a la práctica el valor integral de la palabra sostenibilidad: medio ambiente, economía y sociedad. El alcalde de Níjar, Antonio Jesús Rodríguez, destacaba, en la inauguración del cortijo, la importante repercusión de la compañía para el municipio, del cual ocupa entre un 7% y un 8%, ya que Níjar quiere fortalecer su tejido industrial, "es digno de considerar el trabajo del CEMA, que genera tanto empleo", en esta línea, en el centro de experiencias trabajan más de 200 personas. Rodríguez enfatizó también la actividad de la empresa en un terreno protegido: "Michelin es el ejemplo de que en un entorno protegido es posible desarrollar actividades industriales a la vez que se protege el medio ambiente y el patrimonio". El alcalde nijareño insistió en que en la zona hay muchos cortijos derruidos y apuntó a que seguramente si los que están dentro del CEMA estuvieran fuera de su recinto también estarían en malas condiciones. "Gracias a la responsabilidad social corporativa de Michelin se ha reconstruido este cortijo típico nijareño, esto muestra que hay soluciones compatibles".

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