Entrevista a una artista y profesora: "Los niños tienen un desparpajo pintando que me fascina"

Gente extraordinaria

La mayor satisfacción que tiene con su enseñanza es con los críos, a los cuales les da clases porque lo hacen estupendamente, asegura

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M. Sánchez, pintora almeriense
M. Sánchez, pintora almeriense / Rubén García Felices
Rubén García Felices
- Artista, fotógrafo y comisario de exposiciones

10 de agosto 2025 - 07:00

María José Martínez Sánchez, de nombre artístico M. Sánchez, es una artista nacida en Almería en 1949. Descendiente de familia de pintores almerienses es sobrina del pintor José Gómez Abad y exesposa del pintor Berbel Cao (recientemente fallecido en octubre de 2024). Fue muy amiga del polifacético Jesús de Perceval y de sus hijas en su juventud, y eso la vinculó a las Tertulias Indalianas. Ella, que aprendió de forma autodidacta y realizó su primera exposición en el año 1989, lleva dando clases de pintura desde principios de los años 80, consiguiendo, a través de sus enseñanzas, que personas que no habían cogido nunca un pincel en su vida, se conviertan, con el tiempo, en unos artistas con trayectoria propia. La prueba está, según afirma, en las exposiciones que se están llevando a cabo en los últimos tres meses en el espacio expositivo del Consultorio de Salud de Cabo de Gata, barrio donde ella imparte su taller y vive desde hace unos 20 años. En esta entrevista María José nos cuenta cómo fueron sus comienzos en la pintura y cómo a día de hoy sigue disfrutando de su pasión impartiendo clases en sus talleres de Cabo de Gata y Pujaire.

R. G. F.: María José, cuéntanos un poco sobre tus comienzos en la pintura. ¿Cómo empezaste y cuándo y dónde realizaste tus primeras exposiciones?

M. Sánchez: Mis comienzos en la pintura fueron tardíos. En el año 1971 contraje matrimonio con el gran pintor almeriense José Antonio Berbel Cao y es ahí cuando empecé a tomar mi primer contacto con el mundo de la pintura. Pero no fue hasta el año 1989 cuando realicé mi primera exposición de óleos en la sala de exposiciones de Óptica Médica Solsona de Almería. Esta exposición se compuso por varias obras mías de paisajes, bodegones de frutas y marinas. Después hice unas cuantas exposiciones en las Cajas de Ahorros de Almería y de El Ejido. Más tarde expuse también fuera, en Galicia y en la Sala Goya de Madrid. Además, en esta época comencé a vender mis primeros cuadros en Francia, Alemania, Suecia, Estados Unidos y Londres. Luego, ya como artista consolidada, fui pintora de la Galería Argar donde solía mostrar mis pinturas de forma individual y colectiva. Y a partir de ahí entré en contacto con marchantes de arte que se encargaban de vender mis obras. He pintado mucho por encargo para clientes que me pedían sobre todo bodegones, que era en lo que yo me especialicé.

R. G. F.: ¿Cómo es trabajar con marchantes de arte? ¿Y cuál ha sido el cuadro más caro que has vendido?

M. Sánchez: Todo depende del marchante. Hay algunos que son muy honrados y que te llevan bien las ventas y otros que no lo son tanto. Yo tuve la suerte de dar con buena gente. Ellos se llevaban unos cuantos cuadros míos por toda España y el extranjero y me los vendían. Así es como funciona el comercio de la pintura. El cuadro más caro que he vendido fue de trescientas veinticinco mil pesetas, un bodegón de frutas, a través de la bolsa de arte de la Galería Argar.

R. G. F.: ¿Recuerdas cómo era tu relación con Jesús de Perceval?

M. Sánchez: Yo tenía mucha amistad con él y sus hijas: Carmen, Mar y Trina. Le tenía un montón de cariño y le quería. Jesús me parecía una persona muy inteligente, ingeniosa y un excelente artista. Solíamos asistir a las Tertulias Indalianas que disfrutábamos mucho y nos parecían muy interesantes. Estas tertulias se llevaban a cabo en el Círculo Mercantil y en los aljibes árabes de Almería. Una vez diluidas éstas, se formó un pequeño grupo en un bar en la calle Trajano. El sacerdote Bartolomé Marín, que era el que dirigía el encuentro, el mismo Jesús de Perceval, su hija Mar y algunos que otros más y yo, constituíamos ese pequeño nuevo grupito. Aún hoy en día mantengo una especial amistad con una de sus hijas, Mar. Nos seguimos viendo y comemos juntas de vez en cuando.

R. G. F.: Mi también amiga Mar, que gran persona. Háblame ahora de la polémica que tuvo Berbel Cao en su momento con algunas autoridades de la ciudad.

M. Sánchez: Mi exmarido, estando aún casados, retrató a muchos políticos del momento, entre ellos al alcalde de Almería, que lo pintó con los pantalones bajados haciendo caca. (Reímos). Su propósito era protestar para que de una vez por todas pusieran fin a las revueltas de los jóvenes en las Cuatro Calles. Esta obra la expuso en una pared y este alcalde mandó su retirada inmediata. Se molestó mucho por ello. Por lo que el personal del ayuntamiento se presentó en la sala donde estaba colgada, formando parte de una exposición, y se llevó todas las obras que había allí. No dejó ni una sola. Desde aquí quiero reivindicar a este artista que está poco considerado, teniendo en cuenta que para muchos es uno de los mejores pintores que ha tenido Almería.

R. G. F.: ¿Cuándo, dónde y por qué decidiste impartir clases de pintura?

M. Sánchez: Sobre el año 78 ó 79 mi marido y yo abrimos un estudio en la calle Trajano y, unos años más tarde, en ese mismo lugar, empecé a impartir mis primeras clases de pintura a alumnos de todas las edades. Al divorciarme me instalé mi propio estudio en la calle Zaragoza, donde estuve dando clases a mayores y a niños, llegando a tener hasta unos 20 alumnos. Años más tarde finalmente me trasladé a vivir a Cabo de Gata, donde actualmente imparto el taller municipal de pintura en calle San Francisco, en un pequeño local del ayuntamiento, así como también en Pujaire, en el centro vecinal de este barrio. En Cabo de Gata doy clases a personas mayores, todos los lunes y miércoles, y en Pujaire a niños, los viernes. Decidí dedicarme a la enseñanza de la pintura y dejar, en cierto modo, de pintar, porque me satisfacía mucho sacar fuera de mí lo que yo sabía hacer, para que otras personas lo aprovecharan.

R. G. F.: ¿Y cómo son tus clases? ¿Cómo se desarrollan?

M. Sánchez: Mis clases son cercanas. En ellas existe un entorno de amistad, más que de profesora-alumnos/as. En cuanto a su duración, es de dos horas diarias. Los alumnos eligen sus temas a pintar, ya que cada uno tiene su tendencia y gustos personales. Yo les asesoro, les ayudo en lo que puedo en la técnica y en la ejecución de la obra y, en definitiva, les enseño lo básico del arte y de la pintura: los puntos de fuga, el encuadre, el volumen, la utilización del color… Al principio enseño a todos mis alumnos a que pinten en un estilo figurativo, para que después puedan ir soltándose y dominen el color, se desenvuelvan mejor con el pincel y tengan la “valentía con el brazo”, para una ejecución más suelta. Esto conlleva un aprendizaje de tiempo. Hay quien lo consigue y hay quien no. Porque no todo el mundo puede ser pintor.

R. G. F.: ¿Cuál es tu mayor satisfacción en tu trabajo?

M. Sánchez: La mayor satisfacción que tengo con mi enseñanza es con los críos, a los cuales les doy clases porque lo hacen estupendamente. Los niños y yo nos entendemos perfectamente y tenemos un vínculo muy bueno. Cada vez me gusta más la espontaneidad de la gente menuda, tienen un desparpajo pintando que a mí me fascina. Cuando estoy con ellos me vuelvo de su edad. Son futuros artistas.

R. G. F.: Desde el mes de junio y hasta mediados de agosto estamos disfrutando de las exposiciones que has realizado con tu alumnado en el Consultorio de Salud Cabo de Gata. ¿Qué podemos ver en esta última muestra?

M. Sánchez: Actualmente en Cabo de Gata tengo tres alumnas fijas desde hace veinte años: Lola Méndez, Kika Vida y María Dolores Sánchez. Y en este período de dos meses y medio estas tres estupendas artistas locales han realizado unas tres exposiciones distintas en este nuevo espacio con obras suyas. La última, la que se puede visitar ahora en el consultorio de salud, está dedicada a la trayectoria artística más reciente de Kika Vida, una de mis más aventajadas alumnas. En ella podemos encontrar óleos de flores y de paisajes de proyectos nuevos. Todas las exposiciones han girado en torno a los colores y la sanación. Es por eso sus títulos: Colores que curan, I, II y III.

R. G. F.: ¿Y tú, qué has pintado últimamente?

M. Sánchez: Últimamente he pintado unos cuantos cuadros de gran formato en abstracto, en Alemania, que allí gustan mucho. En contraposición a lo que hacía antes, que era muy figurativo casi hiperrealista.

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