"La extrema derecha está canalizando el descontento de la ciudadanía en temas a los que Europa no ha sabido dar respuesta"

Jesús Carmona Núñez, director de Comunicación del Parlamento Europeo

Un abogado almeriense dirige la comunicación de la Eurocámara y trabaja para crear una cátedra de Estudios Europeos en la UAL

“El Parlamento no está de acuerdo con la renacionalización de políticas como la PAC del nuevo marco financiero de la Comisión"

El campo enfurece con la nueva PAC: "Han decidido sacrificarla"

Jesús Carmona Nuñez en el Parlamento Europeo / Diario de Almería

Jesús Carmona Núñez (Almería, 23 de agosto de 1967) estudiaba, y jugaba al voleibol, hace poco más de cuarenta años en La Salle y hoy está al frente del equipo de comunicación institucional más grande del continente, medio millar de profesionales que trasladan cada día la actividad y mensajes del Parlamento Europeo desde Bruselas. “Si yo he llegado aquí, cualquiera puede hacerlo”, les dice con la humildad que le caracteriza a los jóvenes estudiantes en charlas y ponencias frecuentes que realiza por todo el país. Su padre tenía un bar en la calle Altamira, hoy se llama Mesón de Nicolás en su memoria, y viene con frecuencia a su tierra a la que quiere desde la distancia y lleva siempre por bandera. De hecho, está haciendo todo lo posible para impulsar una Cátedra de Estudios Europeos en la Universidad de Almería. Casado y con dos hijos, Carmona es el segundo almeriense en la dirección de medios de la Eurocámara sucediendo a Juana Lahousse-Juárez (Cantoria, 1952).

Pregunta.–¿Cómo ha acabado un abogado almeriense dirigiendo la comunicación del Parlamento Europeo?

Respuesta.– Estudié Derecho en la Universidad de Granada y en Madrid cursé un máster de la Unión Europea. A mediados de los noventa conseguí plaza de funcionario en la Comisión Europea. Como abogado y jurista de formación estuve llevando contratos para universidades y pequeñas y medianas empresas relacionados con nuevos proyectos de investigación. Luego pasé al Consejo de la Unión Europea dentro del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros en el que están integrados los ministros de los 27 países. Allí empezó mi relación con la comunicación porque ejercía como portavoz en temas de economía del Ecofin y después ya fui tocando otras áreas como justicia, interior y lucha contra el terrorismo. Cuando se produjeron los atentados del 11-M en Madrid estaba con el coordinador antiterrorista. También estuve trabajando en relaciones exteriores y en su momento formé parte del equipo de portavoces de Javier Solana. Fui portavoz del primer presidente del Consejo Europeo (2009-2014), el belga Herman van Rompuy, y nos tocó afrontar la primera gran crisis del euro. Y después me incorporé al equipo de comunicación del Parlamento Europeo y actualmente soy el director de medios.

Jesús Carmona dirige un equipo de medio millar de profesionales de la comunicación / Diario de Almería

P.– ¿Cuáles son las funciones de un director de medios del Parlamento Europeo?

R.– Mi objetivo es informar sobre Europa y, en particular, sobre la actividad del Parlamento Europeo. ¿Cómo lo hacemos? Pues la mejor manera es hacerlo a través de los medios de comunicación. Porque tenéis ese papel de multiplicador que nos permite llegar a 450 millones de ciudadanos europeos. Informamos de todo lo que hace la UE, sobre todo lo que consideramos que afecta al ciudadano en su día a día. Porque el Parlamento es la institución, digamos, más cercana a la ciudadanía y se trata de explicar, de la manera más fácil posible, lo que se está haciendo aquí en su beneficio. Desde los erasmus, la Política Agrícola Común (PAC), los programas de investigación y desarrollo para universidades, los proyectos para empresas o fondos Next Generation hasta un tema más amplio de geopolítica como lo que está pasando ahora en Ucrania o en Gaza o nuestras relaciones con Estados Unidos.

P.–Desinformación y fake news son los grandes desafíos de la comunicación actual. ¿Cómo se combaten desde Bruselas?

R.–Mencionas un tema clave para nosotros que es el tema de la desinformación. Al que ahora mismo le estamos dedicando muchísimo, pero muchísimo esfuerzo porque Europa está sufriendo ataques por muchos lados. Una parte muy importante del trabajo del comunicador europeo es luchar contra esa desinformación que nos llega cada vez por más sitios.

Ucrania es el punto de defensa de los valores y principios que tiene la Unión Europea frente a Rusia”

P.– Una de las principales fuentes de desinformación es Rusia en base a sus intereses geopolíticos. ¿Es el principal desafío comunicativo de Europa?

R.–Pues mira, hay riesgos, lo hemos hablado, derivados de los intereses geopolíticos externos, pero también hay otros riesgos que son casi los más importantes que son los internos. Son aquellos que emanan de los que todavía creen que el proyecto europeo no tiene que seguir adelante. Y la realidad es que Europa o se une, y trabajamos todos unidos, todos los países de la Unión Europea, o perdemos fuelle y quedamos excluidos de lo que es el concierto internacional. Y ese tema de la puesta en cuestionamiento de la propia Unión Europea en clave interna, por parte de algunos países como Hungría o Eslovaquia y por algunos euroescépticos es otro también desafío muy importante al que nos encontramos.

P.–¿Hay un riesgo real de desmantelamiento del proyecto europeo?

R.–No, no, no. Eso, fíjate, hace unos años con el tema del Brexit, había muchos que decían que el euro tiene que desaparecer o que teníamos que salirnos de la Unión Europea. Ya nadie habla de eso. Ni Le Pen, ni Orban. Lo que ellos te dicen ya es queremos otro tipo de Europa. Pero el proyecto europeo, por supuesto, no tiene posibilidades de desaparecer porque no hay otra alternativa cuando vemos el mundo que nos rodea. Hay que estar juntos y trabajar juntos en la Unión Europea.

Jesús Carmona en una de sus frecuentes comparecencias en los medios / Diario de Almería

P.–Este verano parecía que la mediación de Trump iba a resolver el conflicto de Ucrania, pero ya son tres años de guerra. ¿En qué ha cambiado el mensaje y posición europea?

R.–Hemos evolucionado muchísimo, sobre todo en términos de unidad sin fisura de apoyo a Ucrania. Tenemos que pensar que Ucrania es el punto de defensa de los valores, de los principios que tiene la Unión Europea frente a Rusia. Valores democráticos, valores de libertad de prensa, de respeto al imperio de la ley. Ucrania está ahí defendiendo los valores que todos defendemos en Europa. Si ha habido alguna evolución es precisamente para confirmar ese deseo de estar unidos frente a un invasor. Y ahí sí que en términos de defensa, en términos de ayuda económica y de apoyo político cada vez yo creo que está más claro. Vamos a adoptar un nuevo paquete de sanciones contra Rusia. Entonces, bueno, pues ahí hay un apoyo inquebrantable por parte de la Unión Europea. Otro tema es el apoyo de Estados Unidos, porque sin Estados Unidos ahora mismo no podemos avanzar, como hemos visto con el tema de los drones, que ya están sobrevolando Polonia, donde ya sobrevuelan un país de la OTAN y se tienen que activar medidas de seguridad.

P.–Hablando de Estados Unidos, ¿cree que la guerra arancelaria debilita a una Europa que hace demasiadas concesiones?

R.– Es verdad que este acuerdo que consiste prácticamente en que haya un aumento del 15% de las tarifas a los productos europeos cuando se exportan a Estados Unidos nos ha pillado a todos un poco a contramarcha porque no ha habido prácticamente negociación con Estados Unidos. Sí que hubo una falta de negociación, de haber tenido unas consultas internas más importantes con el Parlamento Europeo y con los estados miembros. Pero dicho esto, cuando se ve ahora en perspectiva, también era difícil haber llegado a un acuerdo mejor teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra Europa con la guerra de Ucrania. Hay un momento en el que la negociación de estos aranceles no se puede desvincular del apoyo en seguridad que Europa necesita por parte de Estados Unidos. Y cuando tú negocias con Trump su visión de Europa atienden al conjunto, no ve solamente por una parte aranceles y por otra seguridad.

El proyecto europeo no tiene posibilidades de desaparecer porque no hay otra alternativa cuando vemos el mundo que nos rodea"

P.–El nuevo marco económico plurianual 2028-2034 que ha diseñado Bruselas no convence al sector agrario por lo que supondrá para la PAC. ¿Hay posibilidad de mejorarlo antes de que vea la luz en dos años?

R.– Estamos al comienzo de las negociaciones y es muy mejorable todavía. La Comisión ha hecho una propuesta, la hizo justo antes del verano, y ahora empezamos a ver los textos legislativos que nos están enviando y tiene que ser objeto de estudio por parte del Parlamento Europeo y del Consejo. Y al Parlamento Europeo no le hace gracia la propuesta de la Comisión precisamente porque lleva a cabo una renacionalización de ciertas políticas, entre ellas la Política Agrícola Común, pero no sólo, también de los fondos estructurales, los de cohesión, todo lo que es la política regional tradicional de la Unión Europea. Entonces, con este punto de partida negativo de la propuesta de la Comisión, el Parlamento tiene una posición firme y ahora le toca negociar con la otra parte, con el otro colegislador, que es el Consejo de Ministros. Por parte del Parlamento desde luego la idea es subir no solamente a nivel de dinero, de presupuesto de estas políticas, que sí, sino también cambiar la manera y procedimientos de desembolso de las ayudas se van a hacer, que no sean tanto a nivel nacional como propone la Comisión en un paquete único para que sea cada Estado miembro el que decida dónde atribuir los fondos, sino tener una dimensión comunitaria en la que la Comisión y el Parlamento, con su papel de escrutinio de lo que se hace, tengan una capacidad también de ver si los fondos se emplean de la manera que se acuerda a nivel europeo, no a nivel nacional.

P.– Entonces hay tiempo de reorientar el planteamiento hacia una opción de más consenso...

R.–Exactamente. Hace falta que el Parlamento Europeo dé su visto bueno a esa propuesta de la Comisión y por ahora no está por la labor, no está de acuerdo con la propuesta inicial. Y ya se lo dijo antes, antes de presentar la propuesta, el Parlamento indicó las líneas por donde quería que fuese este presupuesto plurianual y no le ha hecho caso, con lo cual ahora, hay que negociarlo con la Comisión y con los estados. Sí, van a ser negociaciones muy complejas, como siempre, porque se negocia mucho dinero para 27 estados diferentes, cada uno con su propia complejidad, pero estamos al inicio de la negociación y hay que poner las cartas encima de la mesa y al Parlamento Europeo por ahora no le gusta esta propuesta de la Comisión.

Una parte importantísima del trabajo del comunicador europeo es luchar contra esa desinformación que nos llega cada vez por más sitios"

P.–En los últimos años se está produciendo un auge de los partidos y mensajes nacionalistas y de ultraderecha que empiezan a calar en la población. ¿Qué está ocurriendo?

R.– Bueno, es un mensaje que demuestra una cierta frustración de la ciudadanía ante temas a los que por ahora Europa no ha sabido dar respuesta. Y hay que reconocerlo. El tema de la vivienda, por ejemplo, el desempleo, la pérdida de poder adquisitivo, casi siempre tiene que ver mucho con la situación económica en la que se encuentran nuestros países. Y esta frustración evidentemente la recogen estos partidos de extrema derecha que canalizan el descontento. Sin embargo, lo que hay que ver es las propuestas que hacen estos partidos para resolver este tipo de problemas que efectivamente los hay. Y ahí es donde ellos flojean. Con respuestas simplistas, demasiado fáciles, que pueden sonar en un principio muy atractivas para un determinado tipo de ciudadanos, que es verdad que están frustrados, pero que a medio o largo plazo son prácticamente imposibles de conseguir. En términos de demografía y empleo si quieren luchar contra la inmigración de la manera que proponen estas fuerzas radicales pues se equivocan porque la realidad es otra. Lo que hay que promover son medidas de integración y hablar con los países de origen. Son propuestas que cuando estos partidos han llegado al poder han demostrado que no son capaces tampoco de aplicarlas y cumplir sus promesas. Lo hemos visto ya, tenemos el ejemplo en Holanda. La extrema derecha estuvo gobernando un tiempo y en el momento que estaba en el poder, pues claro, las cosas no son tan simples como cuando estás en la oposición y protestando. Cuando hay que tomar decisiones la realidad es más compleja que las propuestas simplistas que muchas veces ellos ofrecen.

Los principales riesgos son internos y emanan de los que creen que no debe seguir el proyecto europeo”

P.– ¿Por qué cree que Europa no está siendo contundente contra el genocidio de palestinos?

R.– Bueno, yo creo que Europa está actuando ahora, te diría que demasiado tarde, pero está empezando a tomar medidas que a lo mejor tenía aplicado mucho antes. Si nos fijamos en el discurso sobre el estado de la Unión, el que Von der Leyen dio en Estrasburgo, ahí ya empezó a anunciar medidas concretas contra Israel como la suspensión parcial del acuerdo comercial y también de programas conjuntos de investigación y desarrollo y la posibilidad de empezar a examinar sanciones a determinados miembros del Gobierno. ¿Son medidas suficientes? Pues yo creo que no, que todavía tiene que haber más, pero al menos Europa está empezando ahora a responder a una situación en la no ha habido una respuesta convincente. Europa no solamente son las instituciones, son también los estados que las componen y para llevar a cabo cualquier tipo de sanción contra Israel necesitas un acuerdo unánime de los 27 estados miembros. Y como hemos visto, hay una diferencia enorme entre la posición de España o la posición de Irlanda o la de Alemania, que está totalmente en otro extremo. Se trata de encontrar un denominador común para que la posición de Europa sea un poco coherente y lo más consensuada posible. Puedes hacer, como ha hecho España, tomar medidas individuales, pero si no se toman de concierto con el resto de los socios europeos no tienen efectividad. Y es verdad que ahora sí que se está viendo que Europa se va moviendo. De nuevo digo que tarde, pero bueno, ahí están ya las medidas.

El almeriense Jesús Carmona es funcionario europeo desde mediados de los noventa / Diario de Almería

P.¿Cuántas personas trabajan en comunicación en el Parlamento Europeo?

R.En la Dirección General de Comunicación del Parlamento Europeo estaremos unas 500 personas y otras 500 en la Comisión y otras instituciones como el Comité de las Regiones o Banco Central Europeo. En total hay en torno a mil funcionarios en el mundo de la comunicación de los más de 35.000 que tienen las instituciones europeas en su conjunto.

P.Y aún así, comunicar bien Europa no es fácil…

R.Claro. Primero hay que hacerlo en cada idioma de cada Estado, porque si no, no te acercas al ciudadano y tenemos 24 lenguas oficiales. Esto por un lado. Y luego, la realidad es totalmente diferente. Yo siempre pongo el caso del cambio climático. No es lo mismo comunicar sobre cambio climático en Dinamarca o en Suecia que en Grecia o en España, con los incendios que hemos tenido. No es lo mismo hablar de inmigración en Canarias que hablar de inmigración en Estonia o en Polonia. Los problemas son también muy diferentes. Entonces, aunque haya una decisión conjunta, a nivel de la Unión Europea, comunicar esa decisión a nivel local o a nivel regional es totalmente diferente, porque hay que adaptarla a una realidad que varía muchísimo en función de quién sea tu audiencia, tu oyente. Y esto, por ejemplo, es un esfuerzo de descentralización de la comunicación muy importante.

Europa tomando medidas contra Israel, te diría que demasiado tarde, pero es que necesita un acuerdo unánime de los 27 estados miembros"

P.¿Vienes con frecuencia a Almería?

R.Bueno, todos los años voy varias veces. Estuve en agosto y a finales de octubre también volveré para abordar con la Universidad la creación de una Cátedra de Estudios Europeos. Luego, por supuesto, en Navidad. Yo cuando puedo me escapo y me tomo mis tapicas, mi Lengüetas, mi Casa Puga, todo lo que puedo.

P.¿Tu familia también ?

R.Sí, sí, claro. A ver, yo estoy casado con una madrileña, pero bueno, no es que hable almeriense, pero podríamos decir que es casi almeriense de adopción y mis hijos también. Ahora están los dos están estudiando en Madrid, pero disfrutan mucho cuando vienen a Almería. Han estado ahora en la semana de feria, les encanta Almería y seguimos manteniendo un vínculo muy especial.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último