Los funcionarios de prisiones alertan de un 20 % más de incidentes en la cárcel de Almería
El colectivo critica la falta de medios, el aumento de agresiones y la ausencia de reconocimiento institucional en la víspera de la Merced
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La celebración de la Merced, patrona de los Cuerpos Penitenciarios, llega de nuevo marcada por el malestar entre los trabajadores de las cárceles. En Almería, lejos de preparar una jornada festiva, los funcionarios aseguran que “no hay nada que celebrar” y que el próximo 23 de septiembre volverán a las calles de Madrid para exigir mejoras laborales y de seguridad.
El dato más preocupante lo pone sobre la mesa Antonio Pérez Martín, funcionario de prisiones y representante del sindicato Tu abandono me puede matar en la provincia: los incidentes registrados en el centro penitenciario almeriense se han incrementado en torno a un 20 % con respecto al año anterior. “Es un reflejo claro del abandono que sufrimos”, lamenta.
A este aumento se suman problemas estructurales que, según el colectivo, llevan décadas sin resolverse. Los trabajadores denuncian que siguen operando con plantillas envejecidas y medios materiales obsoletos, sin que se hayan renovado desde hace más de treinta años. El nuevo uniforme, presentado como un avance, apenas resiste unos lavados y, lo que es más grave, no permite distinguir fácilmente a los funcionarios de los internos en caso de reyerta.
El malestar también se centra en la falta de reconocimiento como agentes de la autoridad y como profesión de riesgo. Pérez recuerda que en las prisiones españolas se produce una agresión a un trabajador cada 15 horas de media. En 2024 fueron más de 500 en todo el país, y este año la previsión es superar esa cifra. “Los internos que agreden a los funcionarios saben que les sale prácticamente gratis, la mayoría de las veces solo con una sanción administrativa”, apunta.
Otro frente abierto es el de la sanidad penitenciaria, que consideran “herida de muerte”. La transferencia de competencias a las comunidades autónomas debería haberse completado en 2003, pero sigue pendiente, lo que deja a los centros con una atención muy deficitaria.
En el caso concreto de Almería, los funcionarios subrayan que, a pesar de ser uno de los centros donde más incautaciones de droga se realizan, continúan sin una unidad canina propia para la detección de estupefacientes. También denuncian que la Relación de Puestos de Trabajo permanece desfasada y que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias se niega a ampliarla.
Con todo, el colectivo mantiene una mezcla de frustración y orgullo. “Me siento orgulloso de ser funcionario de prisiones y de mis compañeros, pero no podemos seguir en este abandono”, concluye Pérez. A las puertas de la Merced, la patrona de las prisiones, lo que debería ser un día de celebración se ha convertido para muchos en un recordatorio del olvido institucional.
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