Los guardianes de la costa nijareña
La Policía Local de Níjar cierra su segundo verano de vigilancia con servicio marítimo de playas y calas: 22 sanciones y 3 rescates
Una embarcación de siete metros de eslora y seis agentes velan por la seguridad de los bañistas en los 63 kilómetros de litoral
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La seguridad de los bañistas y la conservación de la biodiversidad de la reserva marina es uno de los ejes prioritarios de la actividad de la Policía Local de Níjar durante los meses de verano. Conscientes del fuerte impacto del turismo de sol y playa, que duplica la población en julio y agosto, y de la necesidad de redoblar los esfuerzos en la franja litoral en la que se concentran, el consistorio nijareño ha querido ir un paso más allá por segundo año consecutivo y ha consolidado un servicio marítimo de vigilancia de sus 63 kilómetros de costa que lo sitúa a la vanguardia de la región. Cuentan con seis agentes y una nueva embarcación semirrígida, de siete metros de eslora y motor de 175 caballos de potencia, para llegar a calas y enclaves marítimos inaccesibles desde tierra y mejorar el control de los desplazamientos y fondeos de embarcaciones de recreo y motos de agua. “Dentro de nuestros recursos y competencias, queremos velar por la tranquilidad y el disfrute de los bañistas en las magníficas playas de la localidad”, asegura la concejal de Seguridad y Emergencias, Mónica Morales, en el puerto deportivo de San José en el que tienen el amarre Protección Civil y Policía Local. El despliegue específico llegará a su fin, al igual que el de rescate y socorrismo, a mediados de mes con un balance más que positivo de actuaciones.
En una veintena de jornadas en los últimos dos meses -sólo salen si las condiciones meteorológicas lo permiten- han protagonizado dos rescates de usuarios de paddle surf y kayak en las calas del Plomo y San Pedro, también auxiliaron a un senderista perdido que quedó atrapado en una zona rocosa a la que se podía acceder desde el mar y han levantado 22 infracciones por el mal uso de canales náuticos y áreas balizadas en playas para uso exclusivo de bañistas, así como por practicar buceo fuera de zonas de baño sin emplear ningún medio de visibilización o practicar pesca submarina que está totalmente prohibida al ser una reserva marina. Además, los agentes, que lucen indumentaria propia de pantalón corto y polo blanco con un franja azul, realizan todo tipo de recomendaciones para prevenir situaciones de riesgo innecesarias como no respetar la bandera roja, acceder a enclaves peligrosos por las mareas y corrientes o realizar saltos desde acantilados de vértigo sin tener en cuenta que cada año se produce alguna víctima mortal por esta práctica.
Este verano han recuperado una embarcación sustraída, con motor de 200 caballos y valor próximo a los 80.000 euros, de un barcelonés de vacaciones en Aguamarga. Y el año anterior también detuvieron a otra persona frustrando el robo de un barco. Estos agentes conocen el abrupto litoral como la palma de su mano y cada mañana realizan el chequeo de las calas y cuevas de la cuenca marítima en las que mafias y delincuentes suelen esconder las petacas de combustible, fardos de hachís e incluso embarcaciones en las que transportan a inmigrantes y drogas. A mediados de agosto se hicieron con 46 petacas de gasoil preparadas para abastecer a las planeadoras africanas. No tienen medios ni potestad para hacer frente al narcotráfico, pero su presencia permanente en el mar genera un efecto disuasorio con el que se ha reducido la presencia de narcolanchas en el parque natural. Si se las encuentran informan a la Guardia Civil, al igual que ocurre si detectan una patera.
La huella creciente de narcotráfico e inmigración
En cada trayecto de la embarcación de Policía Local por el litoral nijareño encuentran pruebas fehacientes de la triple actividad de las mafias con el tráfico de drogas, transporte de inmigrantes irregulares y petaqueo. En las calas se acumulan las petacas normalmente vacías, aunque a veces también las esconden con combustible para recogerlas en el momento del suministro a las narcolanchas y pateras taxi procedentes de Argelia y Marruecos. También han detectado pateras como ocurrió en la jornada del martes en las que entraron dos a la Isleta y Los Escullos. Las que no emprenden el camino de vuelta y quedan varadas en las playas son desvalijadas nada más llegar a tierra. Hay vecinos que aprovechan este regalo de las mafias y sacan buena tajada vendiendo los motores. Los botes de fibra apenas tienen valor, al contrario que las planeadoras, y en más de una ocasión han sido incendiados al completar el desembarco. Ocurrió hace poco, recuerda uno de los agentes, emplearon una pistola de bengalas para que ardiera. En su vigilancia también han llegado a encontrar embarcaciones, de ahí que revisen también las cavidades secretas de barrancos y acantilados como la Cuevas de las Palomas en la que se rodaron escenas de la película El Niño de Daniel Monzón.
Los seis agente del servicio, que forman parte de una plantilla de 42 funcionarios de la Policía Local de Níjar, cuentan con titulación de patrón de navegación básica para barcos de hasta 8 metros de eslora y formación en primeros auxilios. Es el requisito mínimo para entrar en esta unidad de guardianes de la costa, pero la capacitación de los profesionales actuales va mucho más allá y son expertos en buceo y mecánica. Marineros en la policía local como Roque que ya tenía su propio barco antes de enrolarse en este servicio pionero de Níjar y un compromiso inquebrantable con la defensa de la naturaleza. En sus patrullas también controlan que las embarcaciones recreativas no causen daños a los fondos marinos y posidonia o que estén realizando posibles vertidos que pongan en riesgo la salubridad de las zonas de baño. Es más, este agente participa activamente en jornadas de limpieza submarina con otros barcos de Las Negras y también en las calas en las que se acumulan las petacas vacías y otros enseres.
Durante el recorrido, a la altura de cala del Embarcadero, tuvieron que sancionar a un buceador que se había desplazado a mar abierto, fuera de la zona de año, sin boya ni ningún otro elemento que lo hiciera visible. Una amenaza grave para su integridad si es arrollado por un barco. Paco, otro de los agentes, se sitúa durante el trayecto en la parte delantera de la lancha para evitar precisamente la colisión con bañistas u obstáculos que no siempre son fáciles de divisar. De los turistas que llegan al parque natural, los británicos suelen ser los más temerarios con los barcos y motos de agua. Si hay infracción con multa se pueden inmovilizar los vehículos hasta que la paguen al no tener domicilio conocido en España. En San José sancionaron a un padre que dejó conducir una moto de agua a su hijo de 12 años y días más tarde se localizó al propietario de otra amarilla que circulaba a velocidad elevada fuera del canal náutico por zona restringida. Gracias a varios vídeos de vecinos la identificaron cuando ya iban a subirla a un yate millonario y se llevó su correspondiente multa antes de concluir su escala. Nadie pone en peligro la seguridad de los bañistas sin castigo en el término municipal de Níjar. Es la principal función de estos guardianes de la costa que se sienten privilegiados por tener su puesto de trabajo en el paraíso.
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