"Hola y adiós" (IV). Trece años siguiendo a Sabina

Cultura

El director Fernando León de Aranoa le dedica el documental ‘Sintiéndolo mucho’ como broche a toda su carrera

"Hola y adiós" (III). Sabina se despide

Sabina junto al León de Aranoa y Leiva en la presentación del documental en San Sebastián
Sabina junto al León de Aranoa y Leiva en la presentación del documental en San Sebastián / D.A.

Era la mejor fórmula para retratar su fragilidad y contradicciones. “Sintiéndolo mucho” es el documental sobre la parte más íntima del aclamado cantautor nacido en Úbeda (Jaén), realizado a los largo de trece años, en viajes, conciertos, conversaciones íntimas, charlas con amigos con nocturnidad, güisqui y…

La voz cascada de Joaquín Sabina, ese ronqueo con eco que al lector se le viene a la cabeza si piensa en él. Fernando León de Aranoa se subió a una furgoneta con el cantante y el poeta Benjamín Prado, al volante, en lo que sería el primer viaje del documental. Cuando llegamos a Rota, ellos tenían su canción y León de Aranoa la primera secuencia que está en el documental, que se estrenó el viernes 18 de noviembre de 2022.

Para sumergirnos en la vida de un artista como Joaquín Sabina hace falta pillarle desprevenido, sin bombín y con toda la fragilidad que se desprende del ser humano y no del ídolo, que pasará a la historia como un cantante y compositor de letras eternas y vida al límite. Escaneó el ADN del rock and rock y la canción popular y acabó patentando su propia versión de la trova callejera. Y se irá, dice el tema, con un portazo que suene como un signo de interrogación.

Dejado atrás, con el pabellón bien alto y la frente nada marchita, el indiscutible éxito de crítica y público que supuso “El buen patrón”, el director de cine Fernando León de Aranoa presentó en 2022 esta inesperada suma de un trabajo interruptus de trece años: un documental sobre el singular Joaquín Sabina, enhebrado con vocación de intimidad y espíritu amigable pero no hagiográfico, que es también un retrato minucioso sobre la agitada vida y la extensa y rica obra de quien se considera “hombre de izquierdas, con un lado anarquistón y otro liberalón, que ama los animales y le gustan los toros”. León de Aranoa no es precisamente un desconocido para el gran público, de hecho se hizo con seis estatuillas, en los Premios Goya, cosechadas junto a Javier Bardem en “El buen patrón”, entre las que se hallan mejor película, dirección y actor. El documental “Sintiéndolo mucho” le hizo volver a las salas con un film que se estrenó como pocos documentales, en un buen puñado de cines de todo el país, por una puerta grande que solo se concede a los largometrajes de ficción. Trece años han sido necesarios para que el realizador-director lograra traernos un retrato fiel de Sabina, recorriendo sus luces pero sin miedo a identificar y darle forma a sus sombras, a las más oscuras, a aquellas que dan un soplo a la vida de Sabina cuando la salud le pasa factura y sus placeres y deseos contradicen lo que tal vez habría deseado para él mismo años atrás. Arropado tanto por sus triunfos como por sus contradicciones y paradojas, Sabina se muestra aquí cercano, lúcido y sereno, a ratos amargo como el domingo de un jubilado, en estado de reposo y reflexión tras su aparatosa caída cegado por los focos durante un concierto en la gira con Serrat, el 14 de febrero de 2020 al foso, en el WiZink Center, momento con el que, no sin ironía, el director decide arrancar esta forzosamente desigual recopilación de versos, imágenes y anécdotas que se suceden al ritmo de la lluvia sobre los techos de los coches. Joaquín Sabina tiene una mala salud de hierro. Lo repite él mismo y lo comentan sus allegados, colaboradores y sus muchos amigos de dentro y fuera de la parafernalia musiquera.

Sabina y León de Aranoa en el documental sobre el cantautor
Sabina y León de Aranoa en el documental sobre el cantautor / D.A.

La película arranca con el humo de un cigarrillo, el de Joaquín, metáfora del fugaz transcurso de una vida, y termina con un gatillazo musical. Entre ambos polos desfilan distintos actores de reparto: Úbeda, Londres, Buenos Aires, los mariachis, José Tomás, las canciones, la cocaína, el alcohol, Jimena su inseparable esposa... Y por encima de todo eso una estrella absoluta, Sabina, que desgrana su filosofía de hombre atravesado de tumultos sin sentar cátedra. Como el anciano que, en el parque, conversa con sus amigos contertulios de cada día: “La vida en los escenarios es preciosa, porque no es la vida. Es otra cosa mejor que la vida. El éxito, la gloria, la valentía, el miedo, la muerte…”. Y el vello del espectador se pone rígido como el mármol.

León de Aranoa también se funde con Sabina, el documental está construido a base de conversaciones entre el director y el cantante, viajan juntos, comparten momentos antes de cada concierto y se ven como parte del paisaje del otro gracias a la inmersión de trece años a la que les llevó el documental. Leiva ha sido otro de los maestros de ceremonia de este proyecto, no es la primera vez que une su nombre al de Sabina, además de ser uno de sus amigos más íntimos también ha sido compositor y productor de varios de sus temas. En esta ocasión Leiva y Sabina se unen para crear la canción que corona el documental,Sintiéndolo mucho”, canción que da nombre también al proyecto dando un doble sentido a esta fase vital del artista, sensible, dramática y apostando fuerte. Leiva no solo ha colaborado en la composición del tema principal del documental, sino que es el amigo íntimo del cantautor.

Portada del documental protagonizado por el cantautor jienense
Portada del documental protagonizado por el cantautor jienense / D.A.

Letra de la canción “Sintiéndolo mucho” compuesta por Joaquín Sabina para su documental con música de Leiva

Por fin ayer llegó la hora tan temida

de hacer balance de mi vida y terminar esta canción

y en vez de echar sal y vinagre en las heridas

haré otra vez de tripas corazón.

No me veréis en Benidorm con el Imserso,

nadie me tiene que explicar que dos y dos no sumamos cuatro

que la poesía es el desván de un metaverso

donde las musas se desnudan como albatros.

No tengo nada que olvidar de mi pasado,

por eso espero que el olvido no se olvide de quien fui,

he dado más de lo que algunos me han robado.

sin olvidar a la que se olvidó de mí.

Siempre he querido envejecer sin dignidad

aunque al fusil ya no le quede ni un cartucho,

si el corazón no rima con la realidad,

cambio de rumbo, sintiéndolo mucho.

Muchos creyeron que me había amortizado

cuando viajé del Wizink Center en camilla al hospital

con los dedos del Serrat entrelazados

devolviéndome las ganas de cantar.

El pan de ayer no es un buen postre para hoy

mañana lunes es momento de inventarse y apostar,

ya que Fernando me ha pintado en esta peli tal cual soy:

un tahúr que no se cansa de arriesgar.

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