"Soy inocente, no dimito"
Juan Enciso se muestra firme y afirma, escasos minutos después de pisar su hogar tras casi 8 meses en prisión, que no va a dejar su cargo y va a demostrar que no es culpable
El alcalde de El Ejido, Juan Enciso, llegaba a su domicilio en el 305 del Bulevard pocos minutos después de las nueve y media de la noche del martes, a bordo de una furgoneta azul. Aproximadamente un centenar de personas le esperaban en la puerta de su casa. Enciso se bajó del vehículo y sus familiares, amigos y compañeros se lanzaron literalmente sobre él dándole la más calurosa bienvenida y mostrándole su cariño. Fue recibido con cohetes y con gritos de ¡Viva el alcalde!, en olor de multitud.
Entre sus primeras palabras un aviso de lo que serán los próximos meses, al dar las "gracias al pueblo de El Ejido por respetar mi inocencia, y por eso ni he dimitido ni voy a dimitir porque soy inocente y voy a demostrarlo". Un atronador aplauso resonó cuando pronunció estas palabras, poco antes de subir a casa para abrazar a su mujer y toda la familia, y conocer a una nieta que nació mientras él estaba en prisión. Se mostraba entero aunque cansado, pero sobre todo muy emocionado, y además todo lo contrario a derrotado. Ante las continuas preguntas sobre su estado, el presidente de la corporación repetía que "estoy muy bien, muy bien. Perdonadme pero debéis de comprender la alegría que tengo al ver a la familia. Estoy perfectamente. Primero estaré con ellos dos o tres días y os pido que me respetéis".
No le dejaban terminar las palabras, porque la gente le gritaba "el pueblo está contigo para toda la vida". Muchas bocinas de los automovilistas sonaron como si España hubiera ganado el Mundial mostrando su alegría por su llegada.
Enciso vive en una casa situada prácticamente junto a la sede del PAL y el Ayuntamiento, en el centro del municipio. Entre quienes fueron a recibirle tras salir de la cárcel se encontraban el concejal de Agricultura, Jorge Viseras, el diputado Ángel Díaz, y el alcalde de Dalías, Jerónimo Robles, quien manifestaba que " para mí lo fundamental es que hoy él está aquí con su familia, está en la calle, y por lo menos tiene la posibilidad de defenderse, dar su rueda de prensa correspondiente, y explicar todo a este pueblo, que con tanto cariño, con tanto mimo nos ha tratado hasta el día de hoy dando ejemplo de saber estar. Sobre todo lo que la gente quiere es que descanse, que esté con su familia y que les cuenten qué pasa. Él acaba de decir que es inocente, yo también lo creo así, nosotros estamos con él y espero que se demuestre muy pronto. Ahora lo que estamos haciendo es disfrutar del reencuentro con su familia, de la forma tan cariñosa que le han recibido los vecinos al llegar, es un día de satisfacción", respondía emocionado a la puerta de la casa de Enciso el alcalde de Dalías, uno de los que le siguió desde el principio cuando se abandonó la disciplina del Partido Popular y se creó el Partido de Almería.
Por su parte el diputado Ángel Díaz, a quien la Operación Poniente dejó sin tareas de gobierno en el pacto PSOE-PAL de la Diputación, consideraba que lo peor había pasado, "porque estando encarcelado no podía hablar. Ahora en la calle podrá al menos defenderse". El alcalde se mostraba muy entero, aunque cansado, pero los ocho meses menos cinco días de prisión no eran suficientes para quitarle el buen humor al Chato (cariñoso mote que ya llevaba su padre), porque entre las escasas palabras a los medios de comunicación que se agolpaban a la puerta de su casa dijo sonriendo que "nunca antes había tenido vacaciones". Preguntado por una hinchazón que presentaba un ojo respondía que había sido un mosquito durante el viaje desde Granada.
Robles afirmaba, respecto al futuro, que "el municipio de El Ejido recupera a su alcalde, que quizá ningún día tuvo que haberlo perdido. Lo que quiere la gente es que Enciso les explique qué ha pasado, porque no sabemos nada, sólo lo que nos han transmitido los medios de comunicación, pero creo que todo lo que puede pasar a partir de ahora va a ser en positivo para todos los que formamos esta familia."
Mientras unos emocionados sin poder reprimir las lágrimas, recibían a Enciso, otros, incrédulos, contemplaban la escena desde la otra acera, afirmando de forma anónima que "estoy indignado. Hace cuatro días decían que no tenían ni para comer y en un momento han recaudado la fianza de 300.000 euros. Lo de este pueblo no tiene nombre, y ahí está el problema de El Ejido, que ya no somos un pueblo, sino que somos gente que ha llegado de muchos sitios diferentes. Me da vergüenza decir que soy de El Ejido y que le reciban así. Si ha estado ocho meses en la cárcel algo habrá hecho, pero estoy seguro que vuelve a salir como alcalde y con mayoría absoluta, aquí somos así", repetía un vecino que se presentaba como trabajador municipal y sindicalista. Ayer el alcalde ya fue al ayuntamiento y fue recibido en olor de multitudes. Ahora le toca el turno a Enciso, a quien ni la cárcel ha podido arrebatar la alcaldía, de explicar en público su versión de los hechos.
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