Almería

El Puche: un mercado negro de viviendas que ‘aplasta’ y arruina a las familias

Kgadija, en su casa, y sin nada a su alrededor tras la intervención que realizó la Policía Nacional desalojando todo lo que había en el interior de su vivienda.

Kgadija, en su casa, y sin nada a su alrededor tras la intervención que realizó la Policía Nacional desalojando todo lo que había en el interior de su vivienda. / Rafael González

En El Puche existe un mercado negro de viviendas que viene aprovechándose de sus vecinos desde hace años. Estos encuentran un techo a coste económico, pero, ¿de qué les sirve? La vivienda nunca será suya, les llegará una orden de desalojo, le quitarán todo lo tengan y antes o después tendrán que abandonarla. Y encima, habrán perdido una cantidad que ronda los 20.000 euros.

Es la constante historia de un engaño. El Día de la Marmota de un barrio que más que desalojos requiere de una profunda regeneración social que no puede partir de otro lugar que no sean las administraciones. Y no es que no se haya intentado, la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) ha puesto de su parte, pero hasta el momento ha sido imposible una gestión global.

La familia de Kgadija está siendo arropados por amigos y vecinos para evitar que los desalojen sin que le encuentren una alternativa. La familia de Kgadija está siendo arropados por amigos y vecinos para evitar que los desalojen sin que le encuentren una alternativa.

La familia de Kgadija está siendo arropados por amigos y vecinos para evitar que los desalojen sin que le encuentren una alternativa. / Rafael González

Y este engaño a base de estafas sucede en las viviendas sociales construidas por la Junta de Andalucía. Estas no pueden ser vendidas puesto que forman parte del parque público residencial en alquiler de la Junta.

Pero de ello no tenían conocimiento Kgadija Moslim y su marido Mohamed Fadel. Y aún menos su hija, que apenas tiene nueve años. Desde hace cinco viven en la calle Manolo Caracol. Compraron su vivienda abonando 20.000 euros, firmando unas supuestas escrituras que no tienen valor alguno, empadronándose y pagando de forma puntual el agua, la luz, la contribución o la basura. Mohamed trabaja de forma ocasional en un bazar marroquí. Y Kgadija acude a la campaña de recogida de tomate.

La pareja conoce desde hace unos meses que tiene una orden de desalojo. De hecho, poco después de recibir la notificación, la vivienda ya tenía un nuevo arrendatario, este a través de las listas de demanda de vivienda social. Llegó incluso a intentar abrir la vivienda y se encontró en su interior con Kgadija, quien le dije que esa era su casa, que había pagado por ella. Desde entonces, todo ha sido un suplicio tanto para el nuevo arrendatario como para la familia que estaba instalada.

Apoyo vecinal a Kgadija. Apoyo vecinal a Kgadija.

Apoyo vecinal a Kgadija. / Rafael González

La Policía Nacional se personó anteayer en la vivienda “sin previo aviso”. La casa había sido señalada como una de las que cultivaban marihuana tras una de las redadas que ha venido realizando la Policía en las últimas fechas. Kgadija y Mohamed aseguran que en ningún momento se ha cultivado “de nada” en la vivienda. Pero los agentes, cumpliendo órdenes, sacaron todas las pertenencias de la vivienda y trasladaron el caso nuevamente a AVRA al ver que la vivienda estaba siendo ocupada de “forma fraudulenta”.

Los padres explican que su abogado estaba trabajando y dialogando con AVRA, desde que recibieron la notificación de desalojo, para que pudieran acceder a la vivienda en forma de alquiler. Pero, al mismo tiempo, se estaba efectuando la orden de desalojo, prevista también para el pasado martes. Kgadija y Mohamed se han quedado sin nada en el interior de su vivienda. Los vecinos los están arropando para que, de momento, nadie pueda sacarlos si no es con garantías de que puedan vivir en otra vivienda. Claro está, pagando. Algo a lo que no se niegan. Así que se han pertrechado en el interior de la vivienda esperando movimientos por parte de la Junta de Andalucía.

Su caso no es el único, en El Puche existen decenas de procesos de desalojo en marcha. Familias que son engañadas para que compren una vivienda y que poco tiempo después recibirán una notificación de desalojo.

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