Un carro de mulas eleva a la Virgen de la Cabeza al cerro

La iglesia de la Virgen de Las Angustias de Benizalón -levantada sobre la antigua mezquita-, data del siglo XVI e impresiona la cubierta de la nave con un hermoso artesonado mudéjar que casi se puede tocar con la mano desde el coro donde los integrantes del Coro San Blas, de Líjar, acompañan la misa con sus cantos.

Las campanas repican a gloria en el momento que la Virgen de la Cabeza asoma por la puerta a hombros de los costaleros. Frente a las puertas del templo muchas personas se unen a las que han seguido desde dentro la ceremonia religiosa. Comienza la procesión con una vuelta a la plaza de la Constitución a escasos metros de la iglesia para, a continuación encaminarse hasta lo más abajo del pueblo. Allí espera el carro, la jardinera en este caso, tirada por las mulas que el sábado hicieron camino desde Huércal de Almería. Con este, ya son dos años seguidos que la Virgen sube al Santuario en carro tirado por mulas gracias a Ramón Golbano y a Pepe.

Si no en lo más alto, casi, de la Sierra de los Filabres tiene la Virgen de la Cabeza su Santuario. El último domingo de abril se baja la imagen a Benizalón para las flores de mayo. En Benizalón permanece todo junio justo hasta el último domingo del mes, tal día como ayer, fecha en la que se sube de nuevo al Santuario donde permanece para recibir culto por todos los que lo deseen, hasta que en el nuevo año la vuelvan a bajar.

La imagen de la Virgen de la Cabeza se fija a conciencia en la peana que transporta el carro. Además, para evitar riesgo de daños se le quita de entre los brazos al Niño que queda al cuidado de la Camarera Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza, Patricia Cid Sánchez, quien acompañada de Raquel cuenta que "aprovechamos para que las personas que están enfermas puedan acercarse y besar al Niño". Los fieles, también la Asociación Musical de Líjar que acompañaba la romería con sus marchas, emprendieron el camino que tras dos horas aproximadamente de caminata los llevaría al cerro de Monteagud. La Virgen de la Cabeza lucía espléndida con su manto azul durante todo el trayecto.

Benizalón se quedaba vacío ayer. La mayor parte de sus vecinos y muchas personas venidas de fuera siguieron, unos en vehículos y otros a pie, el carro que portaba a la Virgen de la Cabeza hacia su Santuario, una atalaya majestuosadesde la que se contempla la belleza de la Vega Baja del Segura, cuyos catorce pueblos se hallan bajo su advocación.