Con la música en la maleta

El guitarrista Antonio de Haro es un enamorado de la música y lo demuestra cada vez que sale a tocar con diferentes grupos de música. Ahora, tiene nuevos proyectos

Antonio de Haro durante una de sus actuaciones.
Berta F. Quintanilla / Almería

02 de agosto 2009 - 01:00

Con mis canciones pa´quí, con mis canciones pa´llá... Con las palabras de los cántabros La Fuga comienza la historia del guitarrista Antonio de Haro. Un músico itinerante, al que le apasiona tanto lo que hace, que no tiene problema para ir a cualquier parte buscando las notas y la melodía que acompañen un buen concierto. Nacido en Sorbas, conoció desde el primer día la magia de las canciones. Su padre formaba parte de la orquesta Alcazaba. Que estaba completa pero faltaba alguien. Carecían de bajista. Y él, con catorce años, se hizo responsable de las cuatro cuerdas. No era novedad. Ya tocaba el piano.

La música le ha elegido, y él es consciente de ello. Al dejar la orquesta cambió de aires. Tras un año de descanso, cogió fuerzas con algunos compañeros, junto a los que grabó una maqueta. Se hacían llamar El Flautista de Hamelin. Luego recorrió el norte de España, con la guitarra en la furgoneta y sus compañeros de Marengos. Conocieron la zona más fría del país, pero regresaron al cálido sur donde comenzaron sus nuevos reto.

Lleva ocho años estudiando piano y composición en el Conservatorio, y cuenta con grandes aspiraciones para el año que viene. "Quiero irme a Badajoz para hacer el curso de música de cine", señala. Y, a corto plazo, la creación del grupo Gargamel. Es el nombre del malo de los Pitufos. Sonríe mientras recuerda. Un nombre pensado para las canciones de rock.

Toñi Ledesma, Diego de Haro y Javi Maresca son sus compañeros de viaje. Mientras tanto, realiza sustituciones en la banda MP-IV, almeriense, y con los granadinos La Jaula. Con los primeros, toca la guitarra, el bajo y el piano de manera indistinta. "Es una experiencia muy positiva a la que ya estoy acostumbrado porque llevo más de diez años realizando giras". Los kilómetros no le dan miedo. Ya nada le cansa porque la música para él es un modo de vida. Algo que le ha enamorado. Luego apareció también La Jaula, que contó con él desde el primer momento.

Precisamente con ellos estuvo en Roquetas de Mar hace una semana. Pusieron en pie al público. Es algo que Antonio de Haro está acostumbrado a ver. La música envuelve, despierta emociones, crea un ambiente mágico. Las seis cuerdas también. Con ellos también comparte importantes experiencias. Fue en la costa granadina, en Motril. Actuaron junto a Tam Tam Go! El vocalista del grupo, José Luis Martín, un showman capaz de conseguir una entrega incondicional del público, estaba emocionado. Él también. Poco a poco va creciendo, consiguiendo sueños y aspiraciones. "Llevo diez años rulando, desde los catorce años". No hay duda de que la experiencia le puede. Habla con la serenidad de quien sabe lo que hace. De quien cuenta los conciertos, de quien ya no tiene miedo, conoce de sobra las sensaciones de permanecer sobre el escenario. Le queda mucho por hacer, giras, conciertos... y Gargamel, cómo no.

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