Casi todo un país en media hora

El primer vuelo Sevilla-Almería que puso en marcha ayer la compañía Air Nostrum duró 36 minutos, un viaje transversal por Andalucía entre valles y cresterías nevadas, ayudado por el viento de cola

El consejero de Turismo conversa en el avión con el presidente Griñán.
Juan M. Marqués Perales / Sevilla

16 de enero 2010 - 01:00

"El centralismo nos hizo ver una Andalucía de norte a sur, que comenzaba en Despeñaperros; pero Andalucía es trasversal, desde Ayamonte hasta Pulpí, es la que sigue el río Guadalquivir, en dirección a Cazorla, pero también hacia Sierra Nevada". El argumento es del presidente de la Junta José Antonio Griñán, que fue uno de los pasajeros del CRJ-350 de la compañía Air Nostrum que realizó ayer el primer vuelo entre Sevilla y Almería. A partir de ahora, la compañía realizará cuatro vuelos diarios entre ambas ciudades en una hora, aunque ayer, gracias al viento de cola y de poniente, la aeronave apenas tardó 36 minutos en unir los dos aeropuertos, el Atlántico y el Mediterráneo, las gambas de Sanlúcar que se degustan en Sevilla y las quisquillas de Roquetas.

Andalucía tiene las dimensiones de muchos países europeos, más de ocho millones de habitantes, 600 kilómetros de su punta más occidental a la oriental, aunque también algunas capitales que aún permanecen descolgadas, a pesar de su pujanza económica. De Sevilla a Almería se tardan cinco horas y media en tren, contadas oficialmente. En realidad, son seis. Y en automóvil, y por la primera autovía trasversal que se construyó en Andalucía a raíz de la Exposición del 92, son cuatro horas y media. Air Nostrum nos deja en 40 minutos, a un precio ida y vuelta de 124,44 euros, aunque la compañía colocará al año 18.000 plazas por 36 euros.

El vuelo inaugural despegó del aeropuerto de San Pablo de Sevilla poco después de las 11 de la mañana. Al poco de tomar los primeros 100 metros de altura, a un lado y otro del avión ya se aprende otra geografía andaluza, la que discurre entre el ámbito atlántico y el mediterráneo. Desde la cabina que comanda Federico Lavernia se observan a la derecha las estribaciones de la serranía de Grazalema, de Ronda, y cuando el avión toma el rumbo hacia las costa de Málaga, se aprecia Gibraltar, el Estrecho y, al fondo, las cumbres del Rif marroquí. Al otro lado, está primero la Sierra Morena, después las Subbéticas, Jaén... En frente se alza Sierra Nevada, que no es la única crestería con nieve que ayer había en Andalucía. Montes salteados con un bonete blanco se suceden durante el vuelo, hasta que se llega al mar de plástico del Ejido, y de allí, en un salto, el aeropuerto de Almería. Eso: más de 400 kilómetros, casi un país y en menos de media hora.

Esta ruta aérea es la primera de España que ha alcanzado la categoría de servicio público, lo que le permite estar subvencionada. En su caso, 12 millones de euros en cuatro años que financia la Consejería de Obras Públicas y Transportes. Su consejera, Rosa Aguilar, fue una de las pasajeras de ayer, pero también Concha Gutiérrez, hoy secretaria de Estado de Infraestructuras, y antes titular andaluza de Obras Públicas. Fue Concha Gutiérrez quien, siendo consejera andaluza, solicitó el tratamiento de servicio público de este vuelo, y ha sido ella, como responsable en el Ministerio de Fomento, la que ha autorizado el tratamiento de la concesión. Griñán subrayó que países más liberales en lo económico, como el Reino Unido, cuentan con más de 40 rutas de este tipo de servicio. "El mercado, de por sí, no resuelve todas las comunicaciones y transportes", reivindicó el presidente con su consabida ideología socialdemócrata.

El caso es que este vuelo Sevilla-Almería, o viceversa, claro, es el primero peninsular que alcanza esta categoría en España. En la Unión Europea hay 287. Junto a Griñán y Rosa Aguilar, viajaban el consejero de Turismo, Luciano Alonso, y el consejero delegado de Air Nostrum, Carlos Bertomeu. No faltaba el parlamentario popular Jaime Raynaud ni el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, que fue recibido en Almería por su homólogo, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, del otro partido, del PP. Su partido criticó ayer que este vuelo haya tardado tanto en implantarse, cuando ellos lo pidieron hace 10 años en el Parlamento andaluz.

¿Y los políticos almerienses, que al fin y al cabo, serán los que más utilizarán el vuelo? ¿Dónde estaban? En Almería. El consejero de Innovación, Martín Soler, esperaba la llegada de la aeronave en la pista. Y la presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, que volvió en el vuelo de vuelta. Otros parlamentarios almerienses esperaban allí, caso de la socialista Pilar Navarro, que ya tenía los billetes del próximo lunes comprados para viajar a Sevilla. La de kilómetros por carretera que se va a ahorrar. Faltó, el número uno del PP por la lista autonómica, Javier Arenas, que a buen seguro será uno de los que más utilice el avión. Según el alcalde, Arenas había pasado por el aeropuerto hacía una media hora.

Almería espera otras infraestructuras; en especial, la línea férrea de Alta Velocidad. La Junta construye el tramo hasta Antequera, pero el más atrasado, el que unirá Granada con Almería, que es de Fomento, sólo está en estudio y con apenas 300.000 euros en el Presupuesto de 2009. No llegará la Alta Velocidad a la ciudad hasta el año 2020, pero no será por Andalucía, sino por el ramal que viene desde Murcia como parte del eje mediterráneo, que es otro modo de entender que no todos los caminos de España conducen a Madrid. Un vuelo para la cohesión territorial, para los intercambios económicos y para el turismo en las dos direcciones, que a nadie le amarga un fin de semana en San José o en Sevilla. Un vuelo inaugural cargado de políticos, buen trato, copas y canapés, como ya no se ven. Por eso, a la llegada al aeropuerto almeriense, un controlador preguntó:

-"¿Viaja algún ministro?", se oyó desde la torre.

¿A quién se referiría?

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