El peligro viral de las 'dietas de las princesas Disney' que derivan en trastornos alimentarios

Con la llegada del verano, la presión por perder peso de forma rápida se intensifica, especialmente entre adolescentes y mujeres jóvenes. Las redes sociales, los cánones estéticos y la búsqueda de aceptación alimentan un entorno ideal para la proliferación de retos virales peligrosos. Uno de los más alarmantes es la llamada “dieta de las princesas”, una pauta alimentaria extrema que se ha viralizado en TikTok e Instagram y que preocupa a especialistas por su potencial de derivar en trastornos graves de conducta alimentaria.

Bajo una apariencia de autocuidado y “elegancia femenina”, esta dieta propone un plan de apenas 300 a 600 calorías diarias, inspirado en supuestas rutinas de personajes de Disney. Cada jornada se asocia a una princesa y dicta qué comer en función de ella: solo manzanas como Blancanieves, solo líquidos como Ariel, o castigos si no se cumple la dieta, como haría Cenicienta. Todo con un mismo fin: adelgazar hasta encajar en un molde estético irreal.

“Es una dieta milagrosa disfrazada de juego”, alerta el nutricionista del Hospital Vithas Almería, José Luis Esteller. “Promete perder hasta 10 kilos en 15 días, con restricciones calóricas extremas, y lo más preocupante es el público al que va dirigido: adolescentes e incluso menores”.

Aunque el reto ha cobrado notoriedad en 2024, Esteller señala que su origen se remonta a varios años atrás, vinculado a creadores de contenido asiáticos, y considera que el auge actual responde más a la visibilidad que a su novedad real. “Por desgracia, vuelve en oleadas, camuflado bajo términos como estilo de vida o autocontrol. Pero es puro culto a la delgadez extrema”, sostiene.

Efectos devastadores para cuerpo y mente

Las consecuencias de seguir esta pauta pueden aparecer en poco tiempo: pérdida de masa muscular, desnutrición, alteraciones hormonales, caída del cabello, fatiga, problemas digestivos y riesgo de desmayos.

Pero, como subraya Esteller, el mayor peligro está en lo psicológico. “La mayoría de quienes siguen este reto lo hacen por insatisfacción corporal. Ahí se inicia la espiral. Si no se corta a tiempo, puede derivar en anorexia, bulimia o un trastorno alimentario duradero. Y esos no se revierten simplemente volviendo a comer”.

El especialista apunta también que los efectos mentales se enquistan con más facilidad. “Lo físico puede recuperarse con una nutrición adecuada. Lo emocional requiere trabajo terapéutico, y no siempre hay conciencia del problema”, añade Esteller.

Más allá del reto viral, las consecuencias para la salud pueden ser muy preocupantes. “A corto plazo los efectos pueden ser trastornos metabólicos, como cetosis o acidosis láctica; alteraciones cardiocirculatorias; alteraciones gastrointestinales, como náuseas, vómitos, estreñimiento o diarreas… Incluso también puede provocar sequedad en el pelo, fragilidad de las uñas o trastornos neuropsíquicos, como intolerancia al frío, insomnio o distorsión de la imagen corporal”, afirma Carmen Martín Salinas presidenta de la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (AdENyD).

Prevención desde la educación y el entorno

El Hospital Vithas Almería cuenta con una unidad de nutrición y endocrinología que trabaja de forma coordinada con psicólogos, psiquiatras y medicina interna. A través del programa Aula de Salud, también se han desarrollado talleres de prevención dirigidos a familias y centros educativos.

“En muchos casos son los padres o amigos quienes detectan el problema. A veces llega ya cronificado, por eso insistimos en la prevención desde edades tempranas. Es esencial crear hábitos saludables y desmontar los mitos sobre el cuerpo perfecto”. Esteller también subraya el papel que juega la familia en el consumo digital de los menores. “Tenemos que estar pendientes de lo que ven nuestros hijos en redes sociales. Muchos acceden a estos contenidos sin filtros, desde muy pequeños. La sobreexposición a ideales irreales y retos virales es un factor de riesgo enorme”.

En el abordaje de esta problemática, las enfermeras tienen un papel fundamental. Así, desde la educación y la prevención combaten los bulos en redes sociales con evidencia científica. “Un buen plan de adelgazamiento debe ser personalizado, proporcionar como mínimo 1.200 kcal por día, asegurar la ingesta de vitaminas y minerales y evitar la prohibición de alimentos”, señalan desde AdENyD.

“El cuidado de la salud no es un juego. Como profesionales tenemos la responsabilidad de alertar, educar y acompañar, combatir la desinformación con evidencia científica y herramientas sólidas para evitar que las nuevas generaciones se dejen llevar por modas altamente peligrosas y dañinas para su salud. Nuestro objetivo es acercarnos a la sociedad y ofrecer información útil a adolescentes y familias para lograr un desarrollo saludable”, concluye Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.

Comer bien en verano, sin castigos

Como alternativa saludable, el nutricionista recomienda apostar por una alimentación veraniega equilibrada: frutas frescas, gazpacho, ensaladas de legumbres, pescado a la plancha o helados puntuales “sin culpa”. “No se trata de eliminar alimentos, sino de buscar el equilibrio y no caer en la trampa de asociar salud con delgadez extrema”, resume Esteller.

“Cuidarse no es dejar de comer. Es alimentarse con conciencia, respetar el cuerpo y disfrutar también del verano sin presiones absurdas. Nadie debería poner en riesgo su salud por parecerse a una princesa de Disney”, concluye el nutricionista almeriense.

El auge de retos como la “Dieta de las princesas Disney” muestra la necesidad urgente de concienciar sobre temas tan fundamentales como la salud, autoestima o el mundo digital. No solo se trata de desmontar mitos, si no también de proteger el bienestar emocional de quienes más expuestos están: los adolescentes..