Una peligrosa persecución en Roquetas acaba con dos detenidos y un guardia civil en el hospital
El conductor, con un largo historial delictivo, realizó maniobras de riesgo al volante e intentó agredir a los agentes cuando fue interceptado
Agentes de la autoridad y funcionarios públicos sufren cada semana seis agresiones en Almería

Poco antes de las once de la noche del miércoles se originaba en uno de los núcleos más transitados de Roquetas de Mar una peligrosa persecución que se saldaría con dos detenidos y dos agentes de la Guardia Civil heridos durante la interceptación. La patrulla estaba realizando servicio de seguridad ciudadana en la calle Cerezo de Aguadulce cuando identificó a un vehículo relacionado con el robo de sillas de los establecimientos de hostelería de la Urbanización. Un Renault Kangoo en el que viajaban dos personas, un varón de 44 años y nacionalidad española -vecino de la localidad- y una mujer de 26 años y procedencia venezolana. Los agentes le indicaron con las señales luminosas y acústicas que interrumpiera la marcha y así lo acató en primera instancia.
Pero cuando se bajaron para pedirle la documentación y comunicarle que iban a registrar el maletero, el conductor arrancaba el motor y se daba la fuga haciendo caso omiso a los repetidos gritos de ‘¡alto a la Guardia Civil!’. A gran velocidad se difuminó entre las avenidas del entorno del 501. Lejos de tirar la toalla, la patrulla inició el rastreo de la zona próxima en busca del vehículo identificado y lograron detectarlo nuevamente circulando por la avenida Carlos III. Volvieron a activar los dispositivos sonoros y luces prioritarias giratorias, pero el infractor se mantenía firme en su actitud de desobediencia, sin atender las indicaciones. En ese momento se vivieron escenas de grave riesgo para la seguridad del resto de conductores y peatones.
El conductor cuando tenía a la patrulla en paralelo hizo amagos de embestida para sacarlos de la vía llegando incluso a cruzarse en adelantamientos para bloquearles el paso. La situación era notificada al resto de dotaciones de Guardia Civil, también de la Policía Local, dada la extrema gravedad de esta conducción temeraria. Frenazos, cambios de carriles bruscos y todo tipo de adelantamientos, con un peligroso zigzag, se sucedieron en su itinerario que lo llevaría por la carretera de Alicún en dirección a Roquetas. En los accesos hacia la circunvalación de la autovía hizo un giro precipitadamente por carretera de las Losas y acabó metiéndose en un camino de invernaderos con la intención de despistar a los agentes.

No lo consiguió y el seguimiento les llevaría hacia la avenida Reino de España. En dirección nuevamente hacia Aguadulce llegó a circular en sentido contrario a la altura del parque acuático y en el cruce de la rambla de calle Abla se topó con un vehículo de Policía Local contra el que se dirigió de frente como si fuera a chocar hasta que cambió la dirección en el último momento evitando una probable tragedia. El refuerzo de unidades jugaba en su contra y trató de avanzar por terrenos rurales hasta el polígono la Algaida, pero le cortaron la fuga por el camino de Las Salinas en la calle Gijón. Fue un vehículo de la Policía Local el que protagonizó la interceptación cuando se colocó en paralelo en el lateral de derecho y el conductor colisionó quedando inmovilizado.
Lejos de entregarse al ver finiquitadas sus opciones de huida, el conductor bajó del coche en actitud chulesca e intentó agredir a un policía local, pero no lo logró al mediar su compañero y otros dos guardias civiles que llegaron de inmediato para repeler el ataque. Con extrema virulencia se revolvió propinando patadas y un fuerte empujón que propició la caída de espaldas de un agente que se retorcía con gritos de dolor desde el suelo, según consta en las diligencias policiales a las que ha tenido acceso este periódico. Fue trasladado al hospital HLA Mediterráneo por una posible fractura de rodilla y desplazamiento de ligamentos que implicarán intervención quirúrgica y un largo periodo de baja en el servicio.
Seis agresiones a los agentes cada semana en Almería
Las agresiones físicas y verbales a los policías nacionales y locales y guardias civiles, así como al resto de funcionarios públicos, no han dejado de crecer y en los últimos dos años han superado la barrera de los 300 hechos conocidos. Esto supone un incremento de un 85% en una década al pasar de 171 en el año 2014 a 317 y 304 en 2024 y 2023. Si se retrocede a principios de siglo, la diferencia es todavía más significativa y las denuncias se incrementan un 150% desde las 125 que se contabilizaron en 2004. Los datos del último ejercicio se traducen en una media de 6 infracciones penales cada semana y en torno a 25 cada mes en Almería por atentado contra la autoridad, agentes o funcionarios públicos. Entre los años 2004 y 2024 se han registrado 4.519 incidentes en la provincia relacionados con este delito tipificado como agresión o grave oposición de resistencia (con intimidación grave o violencia) a la autoridad, a sus agentes o funcionarios públicos.
Otro guardia civil tuvo que ir a urgencias del centro de salud con mareos y aturdimientos al sufrir un cabezazo del detenido al que le constan antecedentes penales por delitos contra la personas, allanamiento de morada, hurto en vehículos, violencia de género, tenencia de armas, atentado a la autoridad y desobediencia y resistencia, entre otros, un largo historial delictivo que será aún mayor al enjuiciarse los hechos cometidos en la noche del miércoles contra los funcionarios públicos y los de conducción temeraria y contra la seguridad vial. A la mujer, de origen venezolano y sin domicilio conocido, también le figuran hurtos y delitos contra las personas con amenaza de arma blanca. Casi dos horas después de iniciarse la persecución, eran conducidos a las dependencias oficiales de la Guardia Civil de Roquetas y hoy serán puestos a disposición judicial.
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