El próximo martes 20 de octubre se marcará un antes y un después para el gremio de las peluquerías almerienses. De forma mayoritaria y masiva, como nunca antes lo han hecho, entre las doce y la una del mediodía cerrarán los salones de toda la provincia para secundar una concentración de protesta, de convocatoria de ámbito estatal, con la que exigir al Gobierno una bajada del IVA del 21 al 10% para poder sobrevivir a la pandemia. Será una jornada de cierre y concentraciones para pedir medidas urgentes ante la delicada situación que atraviesan cientos de empresarios de un sector que genera en España más de 250.000 empleos con más de un millar de establecimientos en la geografía almeriense de los cien mil que hay en nuestro país.

La pandemia del coronavirus ha sido la gota que ha colmado el vaso porque después de extremar las medidas sanitarias, con importantes inversiones de costes añadidos, los resultados no acompañan debido a las nuevas restricciones de aforo y funcionamiento que se unen a la caída de clientes. El sector de la imagen está desesperado ante una nueva escabechina asociada a los nuevos hábitos post-COVID19 por los que se venden cada día más tintes del supermercado en casa y se promueve el autoservicio. "Con el confinamiento se han comprado muchas máquinas de pelar y son cortes de pelo que se extienden al hijo, al nieto y al primo", reconoce Luis García, con una peluquería de caballeros en la calle San Leornardo. 

El peluquero Luis García Jover desinfectando los materiales después de un corte de pelo

El gremio no entiende aún como siendo de primera necesidad en la pandemia para el Gobierno todavía no se han aplicado medidas de apoyo y reclaman de forma unánime la bajada del IVA para salvar al sector de su ruina económica. "Hay compañeros que están pensando en echar el cierre, la situación cada vez es más insostenible", argumenta Luis García Jover que en mayo reconocía que reabrir supuso una inversión de más de 400 euros en materiales sanitarios y productos desechables. Diego Pérez, propietario de peluquerías De Diego, con salones de señora y caballero en Plaza San Sebastián y calle Felipe II, asegura que adaptarse a la nueva situación le supuso un desembolso de más de mil euros con mamparas entre los puestos, supresión de sillones y zona de espera y entrega de protección a los clientes, además de mascarillas y guantes.

La subida del IVA al 21% en 2012 golpeó al sector a los salones de belleza y peluquerías que tuvieron que reinventarse para reducir los gastos y generar nuevas fórmulas de ingresos. Y hoy en tiempos de conmoción y mascarilla no salen las cuentas y la policrisis del coronavirus los aboca al cierre a pesar de que han logrado mantener a parte de su clientela adaptando sus agendas de citas (por teléfono, mensaje o internet) a los nuevos protocolos. La convocatoria ha sido propuesto por el Grupo 'Creer en Nosotros' formado por más de 2.600 profesionales en toda España y promovido a través de las redes sociales. Recuerdan que la subida de 13 puntos del tipo impositivo en 2012 supuso el cierre de 8.000 peluquerías y estiman que la pandemia podría provocar que bajen la persiana el 40% de negocios actuales.