A la pequeña Miriam le dieron "repetidos golpes en la cabeza" porque lloraba

Los forenses concluyen que murió por un traumatismo craneoencefálico asociado a la asfixia por plástico en el que la envolvieron

Balsa donde fue hallado el cuerpo de Miriam, envuelto en papel film.
Balsa donde fue hallado el cuerpo de Miriam, envuelto en papel film.
Europa Press

16 de mayo 2014 - 01:00

El informe definitivo de autopsia descarta el "origen accidental" del traumatismo craneoencefálico que sufrió la bebé de 16 meses de Palma del Condado Miriam y lo achaca al "choque repetido de la cabeza de la niña" sobre una "superficie plana" en una "actitud violenta" cuyo "desencadenante pudo ser la frustración que el agresor pudiera experimentar mientras lloraba el bebé".

La pericial, dada a conocer a las partes este miércoles en la comparecencia de la Ley del Jurado, concluye que la "asfixia mecánica" se produjo "por oclusión" de las fosas nasales y de la boca "mediante el film de plástico que le rodeaba completamente la cabeza y el cuerpo" cuando fue encontrada el 27 de diciembre de 2012, tras siete días en paradero desconocido, en el interior de un "bolso" en una balsa de riego próxima al Cortijo Torre de Marfil, en Fiñana.

El Instituto de Medicina Legal data la muerte de la pequeña, por la que está imputado Jonathan Moya, entre el 24 y el 25 de diciembre de 2012. Su presunto secuestro fue denunciado el día 20 por la madre Gema Cuerda, quien relató a los agentes del puesto de la Guardia Civil de Gérgal que Moya González, con mantenía entonces una relación, se había llevado "a su hija y todas sus pertenencias" tras una "fuerte discusión".

Cabe recordar que Moya González, de 26 años, acusó este miércoles en su tercera declaración ante el juez Jesús Miguel Hernández, a otra persona no investigada en la causa y vecino de la comarca donde ocurrió el crimen, como la autora material de la muerte y relató que se "cayó con ella corriendo por un monte". El informe determina que la bebé palmerina falleció de forma "violenta" y describe como causa principal el "traumatismo craneoencefálico que le produjo en última instancia un estado comatoso, que se vio agravado por la asfixia mecánica". Descarta el "origen accidental" de este debido "los múltiples focos de contusión" en la cabeza y "las improntas de dedos" en el rostro y en el tórax, lo que, según remarca, sugiere "un choque repetido de la cabeza de la niña sobre una superficie plana, posiblemente asociado a caídas y/o sacudidas violentas sujetándole por el tórax". Los forenses apunta a que "probablemente" el "desencadenante" de esa "actitud violenta" fuera la "frustración" en el agresor porque lloraba el bebé, "con lo que en principio esta lloraría aún más, hasta que deja de llorar a causa de la lesión cerebral". Argumentan que la hipótesis "viene avalada" por lesiones en la "cavidad oral, sugerentes de tapar bruscamente la boca cuando estuviera llorando". El informe rechaza que la asfixia se produjera por "estrangulamiento o sumersión" y señala la "oclusión de fosas nasales y boca" mediante el film de plástico que la envolvía. Las submuestras tomadas de ahí permitieron la obtención de perfiles en el que estaban presentes "la mayoría de los alelos que caracterizan el perfil genético que define a Jonathan Moya" aunque en la ropa que vestía la menor "se hallaron alelos extras de procedencia desconocida". Cabe recordar que el fiscal solicitó durante la comparecencia de Ley del Jurado que se celebró el miércoles el sobreseimiento de la causa para Raúl R.F., a quien se le imputaba un presunto delito de encubrimiento, al considerar que no hay indicios de su participación en los hechos.

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