Toca el piano en el quirófano mientras le extirpan un tumor cerebral
El paciente, pianista profesional, permanece despierto durante hora y media y toca el piano junto a la mesa de operaciones
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El sonido de un piano inunda el quirófano en el momento decisivo: un músico profesional toca su instrumento mientras un equipo de neurocirujanos le extirpa un tumor cerebral, blindando sus capacidades motoras y artísticas. El Hospital Cruz Roja de Córdoba realiza con éxito la primera cirugía cerebral con paciente despierto en un centro privado de la ciudad, un procedimiento que evita secuelas irreversibles al permitir que el paciente colabore activamente con los especialistas durante la hora y media crítica de la operación. Esta compleja intervención supone un hito médico para la sanidad andaluza y demuestra que la tecnología de vanguardia es la única herramienta posible para preservar el lenguaje, el movimiento y el talento de los pacientes con lesiones cercanas a estas estructuras vitales.
El paciente, llamado Miguel, acude a la consulta médica presentando un trastorno del lenguaje y una notable alteración en el movimiento de su mano derecha. Tras realizar las pruebas complementarias, los neurocirujanos observan una lesión cerebral localizada en una zona extremadamente cercana a las áreas críticas que controlan tanto el lenguaje como la motricidad fina.
Ante el riesgo de causar secuelas neurológicas irreversibles, el equipo médico decide abordar la patología mediante la cirugía despierta (awake surgery), la única forma existente hoy en día de monitorizar y garantizar la preservación de estas funciones esenciales durante toda la intervención.
Este procedimiento de alta complejidad es el primero de su tipo que se realiza con éxito en un hospital privado de Córdoba, marcando un punto de inflexión en la atención neuroquirúrgica de la capital califal. El Hospital Cruz Roja de Córdoba se sitúa así a la vanguardia, ofreciendo a más pacientes la posibilidad de beneficiarse de esta técnica especializada.
El neurocirujano Cristóbal Blanco, quien dirige la operación, explica la razón de esta técnica de monitorización. "No existe otra manera de poder preservar el lenguaje y el movimiento si el paciente tiene una lesión muy cercana a estas estructuras", asegura. El éxito es posible gracias a un equipo multidisciplinario y a la tecnología avanzada con la que cuenta el centro hospitalario.
El paciente y su piano, un monitor infalible
El proceso se inicia con la sedación del paciente a cargo de un anestesiólogo altamente cualificado que lo duerme temporalmente para realizar el abordaje quirúrgico al cerebro. En el momento clave de la resección del tumor, Miguel es despertado para que pueda colaborar activamente con todos los especialistas.
La base de esta técnica reside en la propiedad única del cerebro de no sentir dolor mientras está despierto. Sin embargo, requiere una situación "muy ajustada para que su zona de confort y su estado de alerta nos permita avanzar hacia la cirugía sin producir ningún tipo de déficit", señala el doctor Blanco.
Durante una hora y media, el paciente permanece en el quirófano tocando un pequeño piano electrónico y colaborando con los especialistas. El equipo monitoriza en tiempo real funciones como el habla, la coordinación y el movimiento fino de su mano al ejecutar las melodías.
La neurofisióloga desempeña un rol esencial al monitorizar las señales que el cerebro envía de forma continua. El hecho de que Miguel sea músico profesional facilita aún más el control quirúrgico, ya que al ver que podía "hacer música sin fallos", les aportó una información crucial al equipo.
La música como guía para el conectoma cerebral
El doctor Blanco afirma que la música les dio "una ventaja enorme, era como jugar con doce jugadores en un equipo de fútbol". Esto permitió al equipo afinar al máximo para no comprometer las conexiones neuronales que sostienen las habilidades artísticas.
La cirugía despierta no solo extirpa la lesión, sino que pone en práctica el concepto del conectoma cerebral: la preservación de todas las conexiones neuronales que sostienen funciones vitales como el habla, la capacidad motriz y las complejas habilidades cognitivas.
Tras la exitosa intervención, el paciente ingresa en la Unidad de Cuidados Intensivos para su monitorización, y posteriormente permanece ingresado durante varios días hasta que recibe el alta hospitalaria sin presentar secuelas neurológicas.
Este procedimiento pionero en la sanidad privada cordobesa no solo se orienta a la curación de la patología. Su objetivo fundamental es proteger lo más humano de los pacientes: la capacidad intrínseca de pensar, de crear y de expresarse plenamente a través de su arte.
El Hospital Cruz Roja de Córdoba celebra este avance que abre una nueva era en la atención neuroquirúrgica de la provincia, garantizando que más ciudadanos puedan acceder en el futuro a las técnicas de más alta complejidad con las máximas garantías.
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