Plan de estrategias frente al "escaso atractivo" del comercio local de Almería

La remodelación de los mercados, como la que se está llevando a cabo en Los Ángeles, es una de las actuaciones propuestas por los consultores. / Marian León

Hay ciudades que respiran por sus calles comerciales, por esas fachadas que se iluminan al caer la tarde y por las voces que se cruzan entre mostradores y aceras. Almería quiere recuperar ese pulso, y lo hace con un Plan Estratégico del Comercio Municipal que, más que un documento técnico, se presenta como una invitación a recomponer la vida cotidiana del comercio de proximidad mediante el desarrollo de una veintena de acciones frente a sus “escasos atractivos” actuales.

Lamentablemente es lo que ha detectado Auren, la consultora especializada en comercio a la que de nuevo el Ayuntamiento de la capital ha recurrido para la confección del Plan Estratégico del Comercio de Almería, una hoja de ruta que, aun caduca en su fecha de ejecución –este 2025–, le sirve de guía al Consistorio a la hora de enfocar sus políticas municipales de apoyo al sector y en las que están implicadas, de una u otra manera, las diferentes concejalías. Desde la propia de Comercio hasta Turismo, Cultura o Urbanismo.

Y es que el plan marca como meta que Almería se convierta en un referente andaluz del comercio local, con espacios confortables, accesibles y modernos y valora la oportunidad de vincular el comercio urbano a sectores estratégicos como el turismo, la gastronomía y el producto local agrícola y pesquero, signos distintivos de la provincia.

Las líneas del plan se apoyan en cuatro pilares:organización, dinamización, adecuación urbana y apoyo directo a las pequeñas empresas. Dicho así, suena técnico. En la práctica, significa algo más simple: que los comercios no se sientan solos y que las tiendas de siempre sigan siendo lugares donde se compra, sí, pero también donde se conversa. Es la marcada diferencia con las grande superficies comerciales, cuya irrupción ha ido dinamitando al pequeño comerciante. La consultora ha detectado una situación de “declive del comercio tradicional”: numerosos locales están cerrando o permanecen vacíos, lo que debilita la oferta comercial de proximidad. Este descenso no solo reduce la diversidad de comercios, sino que pone en jaque la supervivencia de las tiendas tradicionales.

Los técnicos de Auren dejan en su informe una clara referencia a las dificultades encontradas a la hora de disponer de datos relativos a los locales y su actividad por lo que una de las primeras recomendaciones del Plan de Actuación propuesto es la contratación de un estudio riguroso con información detallada. Dicho esto, los expertos que, tiempos atrás recomendaban la reforma del Mercado Central y la creación de una asociación, lanzan cuatro líneas estratégicas que despliegan a su vez las citadas 20 actuaciones con las que alcanzar el pretendido objetivo de consolidar el comercio como un pilar fundamental de su tejido urbano, social y económico, adaptado a los nuevos tiempos.

Organización y gobernanza es la primera línea estratégica, dirigida a fortalecer la colaboración público-privada, reforzar el asociacionismo comercial y facilitar la operativa de las pequeñas empresas. La segunda estrategia está enfocada a la dinamización comercial, mediante campañas de promoción y modernizaciónl que estimulen el consumo para atraer tanto a los propios residentes de los barrios comerciales como a visitantes.

Al Ayuntamiento le compete de forma directa la adecuación urbanístico-comercial, que centra la tercera línea, a la hora de mejorar la accesibilidad, el confort urbano y la experiencia de compra en las áreas comerciales del centro y los barrios. De igual modo, en sus recursos económicos está el ofrecer apoyo y ayudas a las pymes, en esta cuarta línea de estrategias, que impulsen la profesionalización, digitalización e innovación de los pequeños comercios para garantizar su viabilidad.

Suena a priori a generalidades, si bien estas cuatro estrategias son concretadas en la veintena de acciones sugeridas por los expertos conforme a los puntos críticos y necesidades de mejora del sector comercial de la ciudad detectados a lo largo del diagnóstico.

Una de las cuestiones sobre las que más hincapié se hace es retomar el Consejo Sectorial del Comercio, dotándolo además de comisiones técnicas especializadas, como órgano motor desde el cual coordinar la decena de asociaciones existentes, para las cuales se ha detectado la necesidad de un asociacionismo más profesionalizado (se recomienda la creación de una Federación del Comercio de Almería), y la integración de un mayor número de comerciantes. En su seno, se abordaría la aconsejada por Auren ordenanza para el apoyo a los comercios centenarios y emblemáticos, anunciada recientemente por la alcaldesa. Junto esta iniciativa para la consolidación de la oferta comercial, también se propone el impulso de medidas fiscales de apoyo para los nuevos negocios que se implanten en el centro, campañas de ayuda y dinamización del consumo en las tiendas de proximidad –a semejanza de los bonos de las obras del Paseo– e intermediación con los propietarios de los locales vacíos para el fomento del alquiler y activar el programa Escapar-ARTE.

Otra cuestión planteada es la carencia de una marca común representativa de todo el sector comercial municipal, la cual tendría la bonanza de desarrollar una identidad común para todo el comercio urbano que potencie su imagen frente a grandes cadenas o centros comerciales. Formaría parte del diseño del plan de marketing del comercio local, de igual modo aconsejado, con acciones de comunicación, promoción y posicionamiento del comercio local en el que –otra de las acciones–, tendría protagonismo a los productos locales de Km0 al que Almería capital no le ha sacado aún el máximo partido, reforzando su vínculo con lo autóctono y creando circuitos turísticos como propuesta añadida más allá del centro.

En cuanto a las mejoras físicas urbanas, destaca entre las sugerencias el fomento de la movilidad, aparcamientos y facilidades para clientes que se desplacen al comercio.

Las sombras que lastran al sector

Aunque el plan aspira a devolverle brillo al comercio almeriense, su diagnóstico no esconde los problemas. El tejido comercial de la ciudad arrastra debilidades que demandan soluciones urgentes ante una situación de “declive” que, según analiza los consultores de Auren, viene desde hace años provocando una sostenida pérdida de actividad.

Entre las debilidades, el informe expone las deficiencias urbanísticas y de accesibilidad en zonas comerciales. La ciudad presenta graves carencias: mala accesibilidad, deficiente confort ambiental, falta de aparcamiento y entornos poco adaptados para el peatón. Ese déficit urbanístico desanima al cliente y dificulta la movilidad hacia las zonas comerciales. Un freno claro para la actividad de los negocios que el Ayuntamiento trata de revertir con las actuales obras de remodelación del Paseo de Almería –aconsejadas en el estudio–, la reforma del Mercado de Los Ángeles o también las mejoras en proceso de implementación en el remozado Mercado de Cabo de Gata dirigidas a fomentar el pescado como producto de Km 0.

Uno de los puntos más críticos que centra buena parte del informe es la fragmentación de las asociaciones y la escasa operatividad institucional en cuanto a los órganos que deberían encaminar a los pequeños comerciantes hacia su despegue definitivo. En opinión de los expertos, en Almería capital hay múltiples asociaciones zonales, lo que genera una gran fragmentación del tejido asociativo. Esa dispersión impide actuaciones coordinadas, diluye la representatividad del comercio local y limita su capacidad de incidencia conjunta. Además, el órgano consultivo, el Consejo Sectorial del Comercio, se evalúa como poco operativo, lo que reduce la eficacia de las políticas municipales. Su creación, en 2019, se demoró diez años y desde su constitución solo, al menos que haya trascendido, se ha reunido una única vez en 2020. Además, el diagnóstico alerta de la ausencia de un sistema eficaz de información sobre la realidad comercial de la ciudad: no hay datos actualizados sobre número de locales activos, su tipología, tasa de desocupación, alquileres, etc. Esa falta de información impide planificar con rigor, hacer estrategias adaptadas por zona o anticiparse a problemas estructurales.

Tampoco existe una marca común que aglutine al comercio de Almería. Las asociaciones actúan de forma dispersa, con imagen propia y alcance local, lo que dificulta proyectar un comercio urbano como referente, reconocible por ciudadanos y visitantes.

La falta de recursos para modernizarse, digitalizarse o adaptarse a nuevos modelos de consumo está poniendo en riesgo a muchas pequeñas y medianas empresas, cuya debilidad estructural reduce su competitividad frente a grandes superficies, comercio digital y las nuevas tendencias de consumo.

Estas sombras dibujan un retrato complejo ante un comercio local inmerso en una encrucijada. Pero el mismo plan reconoce esos retos y plantea medidas para afrontarlos, incidiendo en que su éxito dependerá de la coordinación real entre administración, comerciantes y ciudadanía, y de la capacidad de implicación del sector.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último