Ramón Herrera abandona la Junta de Andalucía para retomar su carrera docente e investigadora en Almería

El panorama académico y político de Andalucía vive hoy un relevo significativo. Ramón Herrera, quien ha desempeñado las funciones de secretario general de Universidades durante los últimos siete años, ha comunicado oficialmente su renuncia al cargo. Esta decisión responde a una voluntad personal y profesional de retornar a sus raíces académicas en la Universidad de Almería (UAL), donde retomará su labor como profesor de Derecho Civil con el firme objetivo de optar a una plaza de catedrático.

A través de un comunicado difundido en su perfil de la red social X, Herrera ha expresado que ha llegado el instante de concluir este ciclo institucional. En sus palabras, se siente profundamente agradecido por la trayectoria recorrida, señalando que es el momento preciso para «decir adiós y dar las gracias». Su salida marca el fin de una etapa de gran intensidad legislativa y de gestión en el ámbito de la educación superior en la comunidad autónoma.

En su despedida, ha tenido palabras de especial reconocimiento para el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. Herrera ha subrayado la generosidad del presidente, calificándola como una «lección que no se olvida» y agradeciéndole la oportunidad de haber formado parte de su equipo de Gobierno. Según su valoración, durante este periodo se ha consolidado la reforma más ambiciosa del sistema universitario andaluz de las últimas décadas.

Un adiós marcado por el reconocimiento al equipo

El hasta ahora secretario general no ha querido marcharse sin ensalzar la figura del consejero de Universidad, Investigación e Innovación, José Carlos Gómez Villamandos. Herrera lo ha definido como el «capitán perfecto» para el departamento, elogiando su capacidad de escucha y su cercanía. Para Herrera, Villamandos posee un conocimiento del sistema universitario inigualable, destacando además su perfil afable y su disposición constante a considerar opiniones externas en la toma de decisiones.

Ramón Herrera no es un desconocido en las aulas de la Universidad de Almería. Doctor en Derecho y profesor titular de Derecho Civil, ya cuenta con una dilatada experiencia en la gestión universitaria interna, habiendo dirigido los secretariados de Internacionalización y de Estudiantes. Su vinculación con la UAL ha sido el eje vertebrador de su carrera, incluso durante sus etapas de servicio público en otras instituciones de relevancia regional y europea.

Además de su faceta docente, su perfil destaca por una sólida trayectoria jurídica. Es experto en Derecho y Nuevas Tecnologías, así como en Responsabilidad Civil y Derecho de Familia. Su labor investigadora ha sido igualmente prolífica, siendo el responsable del proyecto de excelencia centrado en la protección de los menores en el ámbito audiovisual, una cuestión de máxima actualidad en el marco legislativo contemporáneo.

Trayectoria de servicio público y académico

Más allá de sus funciones en la secretaría general, Herrera ha tenido un papel activo como parlamentario andaluz y mantiene su presencia en la lista de expertos en Derecho Civil del Parlamento Europeo. Esta experiencia internacional se complementa con su paso por la dirección de la Oficina de Asuntos Europeos de la provincia de Almería, lo que le ha otorgado una visión transversal de la administración y el derecho.

Su regreso a la Universidad de Almería supone la vuelta de un perfil técnico y político de alto nivel al claustro de profesores. La comunidad universitaria almeriense recibe de nuevo a un jurista que ha participado activamente en el diseño de las políticas que hoy rigen los campus andaluces. Con este movimiento, Herrera prioriza su vocación investigadora y el ascenso en el escalafón académico mediante la cátedra.

Finalmente, el ya exsecretario general inicia ahora una etapa de estudio y preparación para las pruebas de acceso a la máxima categoría docente. Su paso por la administración pública deja un legado de reformas estructurales y una relación de cordialidad con los distintos agentes del sector educativo, cerrando así uno de los capítulos más estables en la gestión de las universidades andaluzas de los últimos años.