La rotación forzada acaba con la incertidumbre del 'poder aparcar'

En fase de contratación se encuentra el primer Plan de Movilidad de Almería. Será el que aporte un diagnóstico completo sobre el tráfico en la capital y el efecto dominó de unos factores sobre otros, como puede ser la zona azul, la fluidez vial o el servicio de autobuses. Hasta que no disponga de esta herramienta, el Ayuntamiento prefiere hablar de "percepciones" más que de conclusiones certeras a falta de este estudio. Pero lo que tiene claro el equipo de gobierno es que el sistema de regulación del aparcamiento está funcionando. Dejando al margen si hay fines o no recaudatorios, lo cierto es que la actual ordenanza le ha dado un puntapié a la incertidumbre del conductor de si encontrará o no un sitio en las calles del centro donde poder estacionar.

Según los datos facilitados por la concejal María Muñiz, la zona regulada se encontraba antes de hace dos años saturada, registrando una ocupación media muy cercana al 100%. El índice de rotación era de apenas dos vehículos por plaza, siendo habituales los denominados coches ventosa, que podían permanecer días enteros ocupando ese codiciado hueco.

El panorama ha cambiado. La ocupación en estos dos años ha oscilado entre el 26,42% de mínimo al 48,9% de máximo. Con rotación forzada una misma plaza de aparcamiento está siendo utilizada entre 5 y 6 vehículos de media diarios. Estos datos se traducen en un aparcamiento fácil en las calles reguladas y una zona centro que ha aliviado su densidad de tráfico al reducirse de forma considerable el número de vehículos que circulaban dando vueltas para encontrar un sitio en el que poder aparcar.

El Ayuntamiento tiene datos y también comentarios. "Hemos pasado de un primer periodo en el que casi todo eran quejas por la zona azul a recibir felicitaciones porque ahora es posible estacionar sin tener que perder tiempo en buscar una plaza."

No hay que obviar que esta frase tiene por raíz el objetivo del servicio que es la redistribución del aparcamiento en áreas comerciales, despachos profesionales u oficinas administrativas. Otro cantar es el de aquellos cuyo lugar de trabajo se encuentra rodeado de las marcas azules y verdes. Tras el grito en el cielo, muchos se han visto empujados a dejar el coche en casa o lo más cerca posible e ir andando o en bus. Otros, a pagar un garaje.