El coronavirus ha llegado para alterar a vivos y a muertos. Las funerarias y tanatorios han jugado y juegan un papel de vital importancia en esta situación de crisis sanitaria por la pandemia. Son, como asegura María José Valdivia, gerente de Tanatorio del Sur, “el último eslabón de la cadena sanitaria”.
Pero lejos de haber tenido un reconocimiento como sí lo han tenido otros profesionales que han estado en primera línea de la batalla, el sector se queja de que no se le ha dado el valor suficiente a la labor que realizan en esta compleja situación, con extremas medidas de seguridad, muy semejantes a las que han adoptado los sanitarios, y férreos protocolos de higiene y limpieza en las instalaciones.
Sin ir más lejos, asegura la gerente de Tanatorio del Sur, ni las autoridades han contado con nosotros cuando se han adoptado medidas y protocolos e incluso se nos ha complicado el acceso a materiales básicos para nuestro trabajo como es el abastecimiento de mascarillas, guantes o geles hidroalcohólicos cuando todo el mundo los demandaba. “Los trabajadores de un tanatorio ante una situación semejante deben ir equipados con monos, delantales, mascarillas con filtros especiales y EPI a los que ha sido complicado en algún momento acceder”, explica Valdivia, quien reconoce que “en Almería no se ha dado el caso extremo puesto que estábamos bien aprovisionados y la mortalidad no ha sido mucho más alta que años anteriores en la misma época del año”.
Almería registra desde marzo 52 fallecidos por COVID-19
Aunque en Almería el número de fallecimientos por la COVID-19 no ha sido muy elevado (52 según el último parte emitido por el gobierno de la Junta de Andalucía) si comparamos la provincia con otras de España, los tanatorios sí han estado preparados para lo que pudiera llegar y, sobre todo, han estado en contacto con otras empresas del sector, como es el caso de Madrid, a las que han ofrecido sus instalaciones y servicios para aliviar la presión asistencial que han tenido estos meses atrás. Concretamente, Tanatorios y Funerarias del Sur, ha acogido cremaciones de difuntos procedentes de la Comunidad de Madrid en los días de mayor volumen de fallecimientos.
María José Valdivia explica que en estos meses han tenido que poner en marcha “protocolos muy estrictos, no solo de higiene y seguridad, extremando al máximo las medidas para evitar contagios entre el personal de la plantilla y las familias, sino también, y lo más doloroso de todo, la prohibición de realizar velatorios atendiendo a la normativa dictada por el Gobierno de España”. “Hemos vividos momentos muy duros con las familias, que no han podido acompañar a sus seres queridos y que han tenido que tomar muchas decisiones en torno a la muerte en cuestión de horas. Ha sido muy duro ver su sufrimiento, sobre todo en aquellas familias que han despedido a seres queridos a los que les sorprendió una muerte inesperada o un final de la vida tras años de lucha contra un cáncer”.
No obstante, dentro del cambio radical que han tenido que acometer, en todos los sentidos, “ha intentado humanizar al máximo cualquier servicio, incluso los difuntos permanecían en las salas de velatorio pese a no haber velatorio y muchas familias (alrededor del 70% aproximadamente) han seguido solicitando flores como una muestra de cariño y para que el difunto tuviera compañía de una forma simbólica”, asegura Valdivia.
El gerente del Tanatorio Mediterráneo, Juan Carlos Ortiz, ha querido agradecer la gran labor que han realizado en el Hospital Universitario Torrecárdenas a la hora de preparar a los difuntos, envueltos en una solución de hipoclorito sódico, un desinfectante extremo que garantiza la no propagación del coronavirus, y sudarios especiales, para la recogida por parte de la funeraria. “No se si lo hacen igual en otros hospitales pero en concreto en Torrecárdenas han seguido un protocolo muy bueno que nos ha dado mucha seguridad a la hora de prestar los servicios en estos meses de pandemia”.
Tanatorio Mediterráneo sin embargo indica que de las defunciones que han atendido tan sólo en una han puesto un centro de flores. La mayoría de las personas optaban por rechazar este servicio y además también lo aconsejaba la empresa “para evitar cualquier riesgo, por mínimo que fuera”. Juan Carlos Ortiz destaca el comportamiento “muy respetuoso” de todas las familias a la hora destacar las nuevas normas, como es el caso de no poder celebrar una misa y sí un breve responso, o no poder velar a su ser querido o incluso ni siquiera poder despedirse nadie de él por haber fallecido a causa de la COVID-19 ya que los allegados tenían que guardar una cuarentena”. Explica que en esta última situación tan triste se han visto un total de siete familias a las que han atendido en toda la provincia.
Una cuestión importante en los servicios que tanto Tanatorio del Sur como Tanatorio Mediterráneo han ofrecido en estos días es la posibilidad de dejar en depósito las cenizas, tras la cremación, para que una vez que se normalice la situación y con más calma la familia pueda organizar un funeral para despedir los restos con las personas que quieran asistir. En este sentido también indican un incremento de incineraciones respecto al mismo periodo del año anterior.
Juan Carlos Ortiz ha querido hacer hincapié en la “profesionalidad del sector funerario” y no solo ahora en esta difícil situación. En este sentido, recalca que “siempre están preparados y con un estocaje suficiente para un año, como mínimo, en cuanto a ataúdes, urnas y material de protección para los trabajadores”.
Desde el primer momento, los tanatorios han optado por preservar ante todo la salud de los trabajadores, “si la plantilla se contagia será complicado atender la demanda”, sentencian desde ambas empresas de Almería.
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