Transformando la Comarca del Almanzora. Concentrar para prosperar
Desarrollo comarcal
Por primera vez en la historia, en el siglo XXI, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades.
Tendencia en aumento que debe ser tenida muy en cuenta a la hora de planificar el futuro de nuestros territorios, comarcas y municipios
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El pasado mes de octubre, el Instituto Internacional San Telmo presentó la “Cátedra de Desarrollo Comarcal” en una jornada celebrada en Olula del Río bajo el título “Presente y futuro del Valle del Almanzora. Aprendizajes para otras comarcas”. Una iniciativa muy acertada para impulsar el desarrollo de la España rural, que comenzó con buen pie al elegir el Valle del Almanzora como punto de partida.
Durante la jornada se plantearon diversas ideas sobre el futuro de la Comarca del Mármol, la mayoría centradas en el ámbito empresarial y económico. Sin embargo, apenas se abordó un aspecto clave: la calidad de los espacios urbanos, que influye de manera decisiva en el bienestar de las personas y en su elección de dónde vivir.
Contar con empresas que generen empleo de calidad —como es el caso de Cosentino, referente internacional— es esencial, pero no suficiente, para fijar población. El desarrollo comarcal requiere también espacios atractivos, servicios sólidos y entornos habitables que inviten a permanecer.
La experiencia demuestra que, cuando estos elementos faltan, sucede lo que ya ocurre en el Almanzora: una parte significativa de quienes trabajan en la comarca residen en otras ciudades como Almería, Mojácar, Vera o Baza.
Concentrar para prosperar
Fijar población exige núcleos urbanos con suficiente tamaño y dinamismo para generar sinergias, promover servicios, atraer talento y ofrecer una vida cómoda y estimulante.
Uno de los principales problemas del Almanzora es su dispersión poblacional. Albox (12.510 habitantes), su municipio más habitado, no alcanza la masa crítica necesaria para actuar como locomotora comarcal y, además, se ubica en uno de los extremos del valle.
Por otro lado, la conectividad con Almería capital y su puerto es vital. El punto más próximo a la capital se sitúa en la conurbación Macael–Olula–Fines, que debería convertirse en el verdadero corazón del Almanzora. Una autovía que permitiera realizar el trayecto en poco más de media hora sería un salto estratégico para la comarca.
Tres vectores para el desarrollo
El crecimiento de esta conurbación debería apoyarse en tres ejes principales:
- Desarrollo empresarial
- Espacios urbanos de calidad
- Servicios generales modernos y eficientes
Sin profundizar en cada uno de ellos, conviene destacar algunas ideas sobre los dos últimos.
Espacios urbanos y servicios que generen vida
El diseño de espacios urbanos de calidad debe abarcar tanto la mejora de los tejidos urbanos existentes como la creación de nuevos desarrollos que consoliden la conurbación.
Una posibilidad sería impulsar un nuevo ámbito urbano común, equidistante entre los tres municipios, articulado en torno al río Almanzora mediante la creación de un parque fluvial con usos residenciales, culturales y de servicios. Un espacio atractivo, sostenible y simbólicamente central.
En cuanto a los servicios generales, resultan prioritarios un hospital comarcal y un centro universitario asociado —ya sea a la Universidad de Almería o a alguna institución privada— que imparta formación vinculada a la industria y, en particular, a la piedra natural, desde los procesos técnicos hasta su vertiente más artística.
Un nuevo centro de gravedad para el Almanzora
Convertir la conurbación Macael–Olula–Fines (14.182 habitantes) en el centro neurálgico de la comarca —por su tejido empresarial, su calidad urbana y su oferta de servicios— transformaría el Almanzora en los próximos años. Podría consolidarse como un polo tecnológico-industrial de referencia en el sureste español, capaz de generar riqueza y oportunidades más allá de sus límites.
El desarrollo equilibrado de esta conurbación irradiaría prosperidad al conjunto de municipios de la comarca, contribuyendo no solo al bienestar de la misma sino al de la provincia de Almería y al de las provincias vecinas.
El futuro del Almanzora podría fortalecerse a través de esa mayor integración entre Macael, Olula y Fines. No tiene que llegarse a una fusión administrativa completa como en el caso de Don Benito y Villanueva de la Serena en Badajoz aunque, en un futuro podría ser un objetivo para otras generaciones.
Se trataría de iniciar ya la creación de un modelo urbano que vaya más allá de una mancomunidad o un área metropolitana, que respete y mantenga la identidad cultural y social de cada municipio, pero que sea capaz de aprovechar el potencial conjunto de sus habitantes y de su territorio común.
En definitiva, una conurbación o núcleo urbano avanzado donde la población conjunta supere la barrera actual de los quince mil habitantes, alcanzando una masa crítica suficiente para convertirse en el auténtico centro de la comarca del Almanzora. Un espacio con fuerza suficiente para atraer nuevas inversiones y mejores servicios que generen nuevas oportunidades y refuercen la identidad comarcal, sin renunciar a la singularidad de cada localidad. Se trata de sumar para crecer, de concentrar para prosperar.
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CONTENIDO OFRECIDO POR DIPUTACIÓN DE ALMERÍA