Tenis

Murray se exhibe ante Federer para proclamarse campeón olímpico

  • El británico vence en tres sets al suizo (6-2, 6-1 y 6-4). Del Potro completa el podio con la medalla de bronce y deja a Djokovic sin premio, mientras las hermanas Williams conquistan su tercer oro en dobles, el segundo consecutivo.

El británico Andy Murray logró el mayor éxito de su carrera al conquistar el oro olímpico en tenis derrotando al suizo Roger Federer en la final disputada en el emblemático escenario de Wimbledon. Murray, número cuatro del mundo, se impuso 6-2, 6-1 y 6-4 a Federer, número uno. El bronce quedó en manos del argentino Juan Martín del Potro.

El escocés perdió, 28 días antes, la final de Wimbledon en ese mismo escenario ante Federer, que conquistó un séptimo título récord en el All England. Pero la situación se invirtió. Federer sólo pudo mandar en el inicio con su derecha. Eran las 14:17 del 5 de agosto y el suizo arrancaba con la misma fuerza con que cerró la final del 8 de julio. Esa fuerza se esfumó pronto, porque poco después un potente rugido de las gradas, desconocido en Wimbledon, celebró que Federer dejaba un revés en la red y Murray quebraba para 4-2. La derecha que mandaba comenzó a ser la de Murray, que en 36 minutos se llevó el primer set por 6-2 con un passing paralelo de revés a la carrera. El partido, la final, la lucha por el oro se acabaron allí. Federer no mostraba finura en su juego ni capacidad de reacción, aplastado quizás por las cuatro horas y 26 minutos que necesitó el viernes en semifinales para derrotar a Del Potro 19-17 en el tercer set.

Horas más tarde, el escocés de 25 años quedó a las puertas de sumar su segundo oro al caer en la final del dobles mixto junto a su compatriota Laura Robson ante los bielorrusos Victoria Azarenka y Max Mirnyi por 2-6, 6-3 y 10-8. Pero eso no evitó que Wimbledon fuera una fiesta.

El público, muy diferente al que congrega habitualmente Wimbledon, avizoraba el oro para Murray, y no se equivocaba. Un saque ganador le dio el partido, la final y el oro. Toda una paradoja: el tenis británico viene buscando desde hace 76 años que uno de los suyos suceda a Fred Perry como el último hombre en ganar Wimbledon. Murray ha ganado en Wimbledon, pero no ganó Wimbledon. Con este oro, Murray consigue no sólo su primer medalla olímpica sino también el primer gran título de su carrera. Federer, por su parte, ve roto su sueño de conquistar el oro en la categoría individual de unos Juegos, el único gran título que se le resiste.  

Lágrimas de oro, plata y bronce al son de Bowie

Era demasiado. Ganar el bronce, ganar el oro, perder la final, perder el bronce. Entrar en la historia olímpica y que todo eso suceda en Wimbledon. Era demasiado, sí, y por eso la definición del tenis estuvo repleta de lágrimas. Lloró el argentino Juan Martín del Potro y, con él, buena parte de los que lo acompañaban. Se le escaparon algunas lágrimas al británico Andy Murray al concretar el triunfo más grande de su vida a costa de un Roger Federer al que la mirada le quedó roja por largo tiempo. Se le notaba en los ojos al serbio Novak Djokokovic que la derrota le había roto el corazón. "Con los torneos de Grand Slam tienes cuatro posibilidades al año. Los Juegos Olímpicos son sólo una vez cada cuatro años. Duele", admitió el número dos del mundo, derrotado en la final de Pekín 2008 por el español Rafael Nadal.

Lloró Del Potro al conectar su saque ganador a 208 kilómetros por hora para sellar la victoria, pero 20 minutos más tarde seguía conmovido, casi temblando. Las palabras le brotaban con dificultad, la mirada era acuosa. "Hasta las tres de la mañana estuve llorando me parece, es la realidad", confesó. Ese llanto en la madrugada nació en la derrota del viernes ante Federer, una caída por 19-17 en el tercer set y en cuatro horas y 26 minutos de juego. "Me descargué tanto que pude recuperar energías para el último partido, creo. Llega al corazón, a uno le da mucha potencia y amor por salir a jugar estos desafíos", añadió el número nueve del mundo, que no pudo decir si el éxito es para él más importante que su título en el US Open 2009.

Federer estaba desolado. Tuvo el gesto de acomodar en el medio a un Murray desorientado a la hora de que los fotógrafos retrataran a los tres medallistas, pero al suizo se lo veía ausente, golpeado. Comprensible: 28 días después de ganar en ese mismo escenario un séptimo Wimbledon que es récord, su tenis lo abandonó a la hora de concretar el último gran éxito que se le resiste: el oro olímpico individual. Para Río 2016 tendrá 35 años, y aunque dice que bien puede estar allí, la gran oportunidad de la vida de Federer fue ésta, precisamente en el escenario que más éxitos le dio. No era de extrañar que su mirada también se enrojeciera.

Murray no se quebró como el 8 de julio, cuando millones de británicos lo vieron llorar por televisión tras perder la final de Wimbledon con Federer. Pero llegó restregándose los ojos al saludar a Federer en la red y señaló al cielo con dos dedos para dedicar su triunfo. Hizo también lagrimear a todo su banco, en el que su madre, Judy, la mujer que le hizo amar el tenis, no sabía si reír o llorar.

Y había otro protagonista, el público. Ajenos a la etiqueta de Wimbledon, espontáneos y sanguíneos, los espectadores impulsaron a Murray durante el torneo, y saludaron su triunfo con un rugido. Mientras la Union Jack sobre las espaldas de Murray y la bandera argentina cubriendo a Del Potro se rozaban, se confundían, el Heroes de David Bowie tras la entrega de medallas terminaba de ponerle la piel de gallina a todos en una tarde en la que el tenis hizo vibrar como pocas veces.

Del Potro se lleva el bronce y deja a Djokovic sin medalla

Juan Martín del Potro le dio a Argentina su primera medalla en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 al conquistar el bronce en tenis. Número nueve del mundo, Del Potro derrotó al serbio Novak Djokovic, segundo de la clasificación, por 7-5 y 6-4 en una soleada y ventosa tarde en la cancha número 1 del All England Club, sede del tradicional torneo de Wimbledon. Argentina debió esperar hasta el noveno día de competición para sumar una presea. Los argentinos no ganaban una medalla en tenis desde el bronce de Paola Suárez y Patricia Tarabini en el dobles femenino de Atenas 2004.

Del Potro fue muy sólido, recuperado física y anímicamente de la dura derrota del viernes ante el suizo Roger Federer, un 19-17 en el tercer set en cuatro horas y 26 minutos de batalla. El partido debió suspenderse por lluvia cuando Djokovic se disponía a servir 2-3. Tras una hora de pausa, se reanudó ya con sol y mucho viento. El argentino logró quebrar el servicio de su rival en el tercer punto de rotura del que dispuso en el undécimo juego. Ganó su saque y se llevó el parcial por 7-5.

Envalentonado, Del Potro tuvo una oportunidad de rotura en el juego inicial del segundo set que no pudo aprovechar. Pero en el tercero quebró el saque del serbio, que lanzó una volea de revés ancha. Un saque ganador a 208 kilómetros por hora, al ángulo, le dio la victoria y el bronce olímpico al argentino, que se quebró emocionalmente. Vencido, cayó de rodillas sobre el césped desgastado mientras el sol enceguecía a los espectadores que lo ovacionaban. Se tomó la cabeza y cerró los ojos. Se incorporó para saludar a Djokovic, pero entonces cruzó al otro lado de la red y volvió a arrodillarse, llorando. Del Potro se despidió del estadio con una bandera argentina sobre los hombros.

Las Williams conquistan su tercer oro en dobles, el segundo consecutivo

Las hermanas estadounidenses Venus y Serena Williams se impusieron a las checas Andrea Hlavackova y Lucie Hradecka (6-4 y 6-4) y ganaron la medalla de oro de dobles femenino, el segundo consecutivo después de Pekín 2008 y el tercero global en su experiencia olímpica. En la reedición de la final de Wimbledon, que también acabó con triunfo de las norteamericanas, las Williams impusieron su fortaleza a pesar de la resistencia de las checas, que procuraron cargar el juego sobre Venus, en peor momento que su hermana Serena, campeona olímpica también del cuadro individual.

Venus y Serena cerraron el partido disputado bajo techo a causa de la lluvia, en la pista central del All England Club, en una hora y 33 minutos. Es la cuarta medalla de oro que acumulan tanto Venus como Serena a lo largo de sus respectivas carreras. Campeonas en dobles en Sidney 2000, Pekín 2008 y Londres 2012, suman una más de la competición individual. Venus fue campeona olímpica en Sidney 2000 y Serena en la presente edición, en Londres.

Las hermanas estadounidenses batieron el récord de medallas de oro en el tenis de los Juegos Olímpicos, tanto del cuadro masculino como del femenino. Las norteamericanas acumulan cuatro oros cada una y superaron el registro del británico Reginald Doherty, el único que presumía de tres, al que unía un bronce. Doherty fue campeón olímpico de dobles y dobles mixto en París y después también de dobles en Londres 1908.

Ambas se sitúan, además, a un solo premio de convertirse en los jugadores más laureados en unos juegos por detrás de la británica Kitty McKane, que ostenta cinco entre Amberes 1920 y París 1924. Además, Venus y Williams se unen a Conchita Martínez, la única hasta ahora en lograr tres medallas en tres Juegos Olímpicos distintos. La española fue plata en Barcelona 1992 y en Atenas 2004 y bronce en Atlanta 1996.

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