Coca-Cola, hecha aquí, desde 1953
Contenido ofrecido por Coca-Cola
Más allá de una bebida, la empresa es un motor social, económico y ambiental que impulsa el desarrollo local, apoya a las comunidades y apuesta por un futuro sostenible en España
Los consumidores de hoy buscan conexiones auténticas y locales, quieren saber de dónde vienen los productos que compran, cómo se fabrican y, sobre todo, qué impacto tienen los productos y las empresas en sus comunidades. Según Kantar, en la última década, y especialmente desde la pandemia, los consumidores prefieren los productos locales. En el conjunto del mundo, el 65% de las personas se inclina a comprar bienes y servicios de su propio país. Si esto lo trasladamos a España, el 73% de los españoles defiende la ‘compra local.
Coca-Cola, con nosotros desde hace más de setenta años
Los consumidores exigen cada vez más transparencia, responsabilidad y compromiso. No basta con tener un buen producto, se necesita una historia con propósito. De hecho, la historia de la empresa Coca-Cola es una historia de cercanía, de creación de empleo local, de innovación constante para adaptarse a los gustos del consumidor en cada momento y de apoyo a las personas y las comunidades en las que está presente.
Coca-Cola, con más de siete décadas de presencia en España, tiene mucho que contar. Una historia que comenzó en marzo de 1953 cuando se fabricó la primera botella de Coca-Cola en España, concretamente en Barcelona. En ese momento se inició un largo recorrido que nos permitió llegar poco a poco a todos los rincones del país. Más de setenta años después, podemos decir que Coca-Cola es de aquí, está hecha aquí, desde hace mucho, desde siempre.
Actualmente, Coca-Cola llega a la práctica totalidad de los municipios de España, sean grandes o pequeños y sin importar si están situados en zonas urbanas o rurales, donde están las personas, está Coca-Cola.
Coca-Cola está ahí, en la mesa de un bar donde se disfruta de una conversación en buena compañía, en la tienda de barrio donde se para a por algo rápido o a la que se acude para llenar la nevera. Pero para que esa ‘magia’ ocurra requiere de la participación de un buen número de personas que lo hacen posible. Porque lo que hacemos aquí, genera impacto aquí.
Las personas detrás de la botella
Cuando una actividad se vuelve cotidiana, es fácil olvidar todo lo que hay detrás. Para que un refresco llegue a una mesa o barra de bar, intervienen muchas personas: desde quienes cultivan y recolectan ingredientes hasta quienes los procesan y los distribuyen.
La historia de una bebida de Coca-Cola empieza en el campo, con ingredientes como frutas, plantas aromáticas o remolacha azucarera (72% cultivada en la Península Ibérica, 48% en España y 24% en Portugal). Estos productos son cosechados por agricultores comprometidos con la sostenibilidad, que además generan empleo y vida en zonas rurales con riesgo de despoblación.
Los ingredientes llegan a las seis plantas de producción en A Coruña, Bilbao, Barcelona, Valencia, Sevilla y Tenerife, y a cuatro manantiales ubicados en Lugo, Burgos, Huesca y Teruel. Allí se elaboran y envasan las bebidas, que siguen su camino gracias a una amplia red de proveedores españoles.
El 100% de las latas se fabrican en España (Comunidad Valenciana, La Rioja, Cataluña, Castilla-La Mancha, Madrid y Andalucía). El vidrio de las botellas es 57% español y 43% portugués. El 95,5% de las preformas PET se producen en España, con resina nacional en un 97,8%, especialmente en las regiones de Andalucía, Aragón y Castilla-La Mancha. De esta forma, Coca-Cola colabora con estas empresas para aumentar el uso de materiales reciclados y avanzar hacia una economía circular. También se producen en España los materiales como cartón, etiquetas y embalajes, en regiones como Cantabria, Vizcaya, Cataluña, Aragón o Madrid. Parte de estos envases son exportados a otras plantas de Coca-Cola en Europa, beneficiando a empresas locales.
Una vez envasadas, las bebidas se almacenan en ocho centros logísticos y se distribuyen por todo el país gracias a una red de transportistas y distribuidores. Los equipos comerciales visitan regularmente puntos de venta en ciudades y pueblos, asegurando la presencia del producto en bares, restaurantes (canal HORECA), supermercados, tiendas de conveniencia y kioscos.
La cadena de valor de Coca-Cola en España es un ecosistema vivo, que impulsa el desarrollo económico, fortalece el tejido y las economías rurales, promueve y apuesta por la sostenibilidad y refleja un compromiso colectivo generando empleo y riqueza locales.
Los números alrededor de la botella
Cada vez que una bebida de Coca-Cola es vendida, se activa un sistema económico que genera empleo, impulsa sectores y deja una huella positiva en la industria y el comercio. No es solo una transacción: es un motor que sostiene empleos y promueve el crecimiento local.
En España, Coca-Cola generó 525 millones de euros en valor añadido directo y 6.426 millones de euros indirectamente a través de su cadena de valor, incluyendo proveedores, distribuidores y clientes. Por cada euro que gastan los consumidores, 76 céntimos revierten en la economía española. Toda esta actividad, tanto directa como a través de clientes y proveedores, generó un pago de impuestos de algo más de 3.000 millones de euros (IVA, IAE y otros impuestos).
Su actividad genera 27 empleos indirectos por cada empleo directo, con contratos de calidad y desarrollo profesional. De esta forma, Coca-Cola actúa como un dinamizador clave en sectores como la hostelería, turismo, comercio y logística.
El movimiento que genera la botella
Con la llegada de Coca-Cola, no solo llega un producto. Es el inicio de una transformación. Más allá de su impacto económico, la empresa Coca-Cola lleva casi un siglo formando parte de la vida en España. Aunque su primera botella se fabricó en 1953 en Barcelona, ha estado presente en celebraciones, logros culturales y deportivos, y ha acompañado los cambios sociales del país. Comparte desafíos sociales y apoya activamente al tejido económico local.
Ha impulsado a bares, restaurantes y tiendas de barrio con campañas como Benditos Bares, la promoción de San Bartolo como patrón de los bares, y la instalación del primer monumento al bar en Gran Canaria. Además, promueve su modernización mediante la digitalización, el e-Grocery y nuevas tendencias como el take away.
En el ámbito cultural, Coca-Cola ha promovido iniciativas como el Concurso Nacional de Redacción Jóvenes Talentos, el Concurso de Teatro Joven Buero Vallejo y el premio de animación a la lectura María Moliner.
En zonas rurales, impulsa el emprendimiento femenino y juvenil con programas como GIRA Mujeres, que ha apoyado a más de 22.700 mujeres, y GIRA Jóvenes, que ha formado a 8.500 jóvenes, fomentando el arraigo y combatiendo la despoblación.
Su compromiso ambiental incluye proyectos de regeneración de agua en Tenerife y eficiencia hídrica en zonas agrícolas como el Guadalquivir y Alicante. Con la iniciativa de Hostelería #PorElClima, ayuda a bares a ser más sostenibles. En el proyecto Mares Circulares, ha movilizado a más de 54.000 voluntarios, recogido 2.600 toneladas de residuos, y formado a 93.000 personas en reciclaje.
En 2024, casi 1.000 empleados dedicaron 8.700 horas a actividades solidarias junto a entidades como Cruz Roja o comedores sociales. Coca-Cola promueve además el voluntariado interno mediante el programa La Magia de Coca-Cola, que permite a cada empleado dedicar dos jornadas laborales al voluntariado. A través de iniciativas culturales, sociales y medioambientales, Coca-Cola refuerza su papel como agente de cambio, apostando por un futuro más sostenible, inclusivo y equitativo. Porque nuestros refrescos dejan una huella positiva en la comunidad.
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