El Almería B se asegura depender de sí mismo en la última jornada del grupo 9 de Tercera RFEF para asegurarse su pase al play off por el ascenso, tras la goleada infligida este domingo al Atlético Porcuna. Si el Torredonjimeno pierde en su campo ante el Huétor Tajar (20:00 horas), la entrada en la fase decisiva sería matemática, sin necesidad de esperar a la próxima jornada, cuando el filial visitará al ya campeón y ascendido Juventud Torremolinos

El partido se puso de cara muy pronto para los chicos de Óscar Fernández, que en el minuto 9 ya ganaban gracias a un tanto del Pichichi del equipo y de todo el grupo 9, Carlos Gilbert. El catalán recogió un balón suelto tras un rechace y batió sin problemas a Adrián para coloca el 1-0 en el marcador.

Tocaba gestiona bien los siguientes minutos e intentar ampliar la renta para doblar la tranquilidad. El filial lo hizo a través de la capitalización del control de la pelota, lo que le permitió mantener alejado de la meta de Fuoli a los jienenses. 

Pasado el cuarto de hora pudo llegar el segundo con un cabezazo que se fue fuera y justo después Núñez avisó de sus intenciones ofensivas en una acción en velocidad que finalizó con un disparo levemente desviado. No perdonaría en la siguiente de la que gozó el hispano dominicano, que recortó a la perfección ante el portero y lo batió cuando el encuentro superaba la media hora (31').

La lata se había abierto y en media hora parecía el partido resuelto, pero el filial quería más, y antes del descanso anotaría el tercero, esta vez gracias a un remate inapelable del central Cuenca a la salida de un córner.

El festival goleador siguió tras el descanso y el cuarto tanto también tuvo que ver con un córner, pero esta vez en contra, y que originó una contra perfectamente ejecutada por los rojiblancos, y culminada por Rojas a pase de Gilbert (51'). Sería precisamente Rojas el asistente  de Aitor Puñal en el quinto, que llegó acto seguido (53').

El Almería B bajó algo la intensidad y ambos equipos agotaron sus cambios a la espera de la llegada del pitido final, que se produjo sin que la 'manita' conseguida ya se alterara.