El Almería, en plena tercera transición con la permanencia en juego
UD ALMERÍA | Contracrónica
Primero hubo que reponerse a la baja de Sadiq, luego al parón por el Mundial -esta común a todos- y ahora el equipo intenta hacerlo tras las lesiones de El Bilal y Akieme jugándose la salvación
Hay una verdad incómoda en la que pocos han reparado en el análisis de lo que viene ocurriéndole a la UD Almería en las últimas jornadas. El equipo atraviesa por lo que podría denominarse una tercera transición y lo hace en la fase decisiva de la competición, donde se plasman los objetivos marcados al inicio de curso. Si por entonces a Rubi y su staff le tocó reinventarse para superar la marcha de Sadiq Umar con el campeonato ya comenzado y luego hubo que superar un nefasto regreso del parón mundialista, ahora ocurre algo similar desde que cayeran lesionados El Bilal Touré y Sergio Akieme.
La primera gran crisis de la campaña 2022-2023 tuvo que ver con el agujero deportivo que dejó la salida del ariete nigeriano con destino a la Real Sociedad a cambio de 20 millones de euros. El plantel, que había arrancado con buena pinta dando la cara ante el Real Madrid, empatando en Elche y derrotando al Sevilla, entró en depresión, acumulando cuatro derrotas consecutivas.
Al cuerpo técnico le costó sudor y lágrimas corregir aquel desequilibrio. Hubo retoques tácticos y también hubo que acoplar a El Bilal Touré a la forma de juego del equipo en fase ofensiva para potenciar las virtudes del atacante maliense. El 'click' llegó tras endosarle 3-1 al Rayo Vallecano, día en el que el Power Horse empezó a transformarse en un fortín por el que luego cayeron consecutivamente Girona (3-2), Celta (3-1) o Getafe (1-0).
Cuando el equipo parecía coger vuelo llegó el parón mundialista, consustancial a todos los equipos, pero que en el seno de la UDA no pareció digerirse bien al ver cortada de golpe lo que estaba siendo una gran racha como locales. La vuelta se produjo con igualada en Cádiz (1-1) y derrota casera ante la Real Sociedad (0-2), dando pie a otra racha de cuatro jornadas seguidas sin conocer la victoria, con sendos empates ante Atlético (1-1) y Valencia (2-2).
El plantel reaccionó ante un rival directo como el Espanyol (3-1), para volver a las andadas contra Rayo (2-0), Betis (2-3) y el fiasco de Montilivi (6-2). Luego, tras el espejismo contra el Barça (1-0), derrotas ante Villarreal (0-2) y Sevilla (2-1), donde se entra en otra pequeña depresión debido a las lesiones de largo alcance que provocan el adiós de El Bilal a lo que restaba de temporada y la baja de Akieme durante más de un mes, ambas piezas clave hasta ese instante en el esquema del técnico catalán.
Es entonces cuando a Rubi y su cuerpo técnico les tocó reinventarse nuevamente en lo que puede etiquetarse como la tercera transición rojiblanca en un mismo curso. Ahora se trataba de buscar un nuevo sistema que hiciera olvidar la ausencia principalmente de El Bilal (todavía pichichi del equipo) y acomodar lo mejor posible a Luis Suárez con Baptistao como compañero de fatigas ofensivas.
Y en esa ardua labor anda enfrascado el entrenador desde la visita al Sánchez Pizjuán del pasado 12 de marzo. Reforzando la retaguardia se rascaron sendas igualadas ante Cádiz (1-1) y Celta (2-2), pero el equipo ya dio síntomas preocupantes en el Vicente Calderón, donde el resultado (2-1) fue muy engañoso por lo corto del marcador pese a la gran cantidad de ocasiones que tuvieron los colchoneros.
Todo se certificaba la última jornada en el choque casero ante el Athletic Club, claro dominador del juego ante la impotencia rojiblanca para generar desde la sala de máquinas. Al término del encuentro Rubi dijo estar "satisfecho" del partido de los suyos, análisis que solo se sostiene desde el prisma de proteger al vestuario en plena lucha por la permanencia, siendo consciente de las limitaciones que padece.
Caer en el nerviosismo a estas alturas, cuando desde la dirección deportiva se apostó todo a la carta de la continuidad del de Vilassar de Mar, sería un contrasentido. Toca mantener la cabeza fría y asumir que aunque el equipo puede volver a caer en descenso si no extrae un resultado positivo de Getafe, el calendario de los indálicos resulta ciertamente benévolo en comparación del que tienen por delante sus rivales directos. Así, las visitas al Power Horse de Elche, Mallorca o Valladolid pueden resultar trascendentales para no tener que jugárselo todo a una carta en la última jornada en el feudo del Espanyol.
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