Muchos aficionados rojiblancos se preguntan a estas alturas de curso, recién comenzado el mes de julio (cuando normalmente empezaba a moverse el mercado de fichajes antes de que la pandemia le diera la vuelta a todo como a un calcetín) qué ocurrirá con Juan Muñoz, una de las gratas sensaciones de la presente temporada. 

El ariete sevillano llegó en el último suspiro del mercado veraniego y no sin polémica, ya que su etapa previa en el conjunto indálico había dejado bastante que desear. Todo profesionalidad, el utrerano prefirió el contrato a préstamo que le ofrecía la UD Almería descartando otros como Las Palmas cuando en ese instante el proyecto almeriense de Turki Al-Sheikh estaba dando sus primeros pasos y era un melón por calar. Tenía una espina clavada que quería quitarse y por eso optó por regresar al Estadio de los Juegos Mediterráneos.

Los números hoy hablan por sí mismos, siendo Muñoz el segundo artillero del equipo con ocho dianas (igualado con Lazo y solo por detrás del pichichi Darwin) y el jugador número 12 en minutos disputados, ejerciendo en incontables ocasiones como revulsivo saliendo desde el banquillo. A esos datos fríos hay que unir lo bien que se complementa con el uruguayo en la punta de ataque (dejando al margen el choque ante el Sporting) y el rol que ejerce como enganche entre la media y la delantera para filtrar ese último pase entre líneas, algo de lo que solo son capaces aquellos jugadores que ven el pasillo donde otros solo atisban un bosque de piernas.

El Leganés supo ver el pasado verano el potencial que atesoraba tras materializar en el Alcorcón 13 tantos y lo reclutó para sus filas, haciéndose con sus servicios hasta 2023 y cediéndolo finalmente a la UD Almería al objeto de mantener su progresión. La nueva política del Almería a nivel de cesiones es taxativa, solo se llevan a cabo si el jugador en cuestión llega con opción de compra, y ese fue el caso de Juan Muñoz.

Muñoz es el jugador número 12 del plantel en cuanto a minutos y un ariete diferencial por las cualidades que atesora

El día de su presentación la entidad rojiblanca únicamente se limitó a confirmar que existía dicha cláusula, sin aclarar si estaba supeditada al ascenso (como ocurre con la gran mayoría de cedidos en la ventana invernal) o era una opción reservada a lo que decidiera la dirección deportiva unionista. El detalle no es baladí, pues si su continuidad dependiera solamente del ascenso, en caso de que este no se produjera el Leganés tendría la potestad de recuperarlo sin más.

El conjunto pepinero es penúltimo clasificado de Primera, a nueve puntos de la salvación, y todo apunta a que el próximo curso regresará a la categoría de plata, por lo que no es de extrañar que su secretaría técnica cuente en sus planes con Juan Muñoz de cara al próximo curso, pues se garantizan a un futbolista ya curtido en una división muy compleja.

La buena noticia es que, tras realizar las pertinentes consultas a lo largo de la jornada de hoy, fuentes de la UD Almería aseguran que en el caso de Muñoz el club tiene la prioridad de decidir si lo adquiere en propiedad abonando la cantidad estipulada (cifra que no ha trascendido públicamente) o por el contrario opta porque retorne a Butarque. Esto explicaría que la entidad se haya movido en semanas anteriores realizando renovaciones, ampliaciones de contrato e incluso ejecutando cláusulas de compra como la de Lazo y todavía no haya movido ficha por Muñoz. 

En cualquiera de los escenarios que se produzcan, bien con ascenso a Primera o bien si toca seguir un año más en Segunda, el delantero utrerano parece una opción muy interesante para uno de los tres puestos de la delantera por las características que atesora, bastante difíciles de encontrar en el mercado, más aún que ya se ha adaptado a un club, con su entorno y ambiente, al que en un primer momento le costó bastante. Un valor seguro, en fin, sobre el que el Almería tiene la sartén por el mango en caso de tener clara su continuidad.