Automovilismo

Álvaro Hernández, el discípulo roquetero del Nano

  • El Alonso Kart Racing Team ficha al roquetero Álvaro Hernández de 16 años

  • El joven piloto del Club Racing Almería tiene un don para conducir y para poner a punto su propio vehículo

Con 14 años, el dorsal 14 y un 14 de julio, Fernando Alonso se proclamó campeón del mundo de kárting. No es el título que le llevó al estrellato, pero siempre que se le pregunta por él, sus palabras denotan el especial cariño que le traen aquellos recuerdos. Veinticinco años después, el deseo del asturiano es que un piloto de su equipo levante su misma copa. ¿Y por qué no podría ser el roquetero Álvaro Hernández?

Con esa misma intención le fichó el Alonso Kart Racing Team, conjunto creado por el Nano hace un año. Álvaro, del Club Racing Almería, es un prodigio del motor pese a tener sólo dos años más que el asturiano cuando se proclamó campeón mundial. Los magos del deporte están tocados con una varita mágica y los expertos del motor creen que depositó sus mejores dones sobre el roquetero. Por algo es bicampeón andaluz y los ojeadores del equipo alonsista se fijaron en él para que vistiera de azul y amarillo en Campillos (Málaga) la semana que viene.

Además de su buenas dotes al volante, el roquetero va a correr en casa y eso hace ser optimistas al equipo y a la familia. De hecho, Álvaro va a ser el único español en categoría sénior del Alonso Kart Racing Team, lo que indica que no lo han metido de relleno, sino que confían en que dé la sorpresa. “Álvaro está ilusionadísimo”, comenta su padre Ángel, que es albañil, pero le ayuda con la mecánica.

En los comienzos de Fernando Alonso figura este título mundial por el que luchará Álvaro

Sí, le ayuda. Sólo le ayuda. Con 16 años, Álvaro maneja tan bien el volante del kart como la llave inglesa para reparar los problemas de motor. “ El niño es un genio, no es normal que con su edad sepa tanto de mecánica y ponga a punto su vehículo. Se quita sus ruedas, se arregla sus frenos, monta todo necesario y luego a correr. A un Campeonato de Andalucía van dos o tres mecánicos por piloto, pues Álvaro se pone su mono de mecánico, arregla los problemas, se lo quita, se pone el mono de piloto y a correr”, dice entre asombrado y orgulloso su padre.

El futuro parece dorado si es capaz de superar las dos piedras que hay en el camino. Por un lado, la normativa impone que Álvaro tenga que correr con quince kilos menos de lo que está acostumbrado en los Campeonatos de Andalucía, eso supone una pérdida de unos tres segundos. Por otro lado, el más complicado. Son dieciséis mil euros los necesarios para saltar a la pista en este Mundial de Karts, un disparate para una familia humilde. “La gente se ha implicado mucho con nosotros, estamos agradecidísimos a todos. Teníamos nuestras dudas, pero se nos quitaron cuando Juan Ángel Ruiz, empresario de Kart en Almería, nos dijo que adelante”, indica el padre.

El jueves que viene, Álvaro disputará los clasificatorios y confía en colarse entre los treinta y seis finalistas. Luego, a disfrutar y soñar. ¿Compararlo con Fernando Alonso? “Ahora mismo sólo sé que es un orgullo para Almería que Álvaro esté ahí”.

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