En la temporada 2018/19 la UD Almería contó por primera vez con un equipo femenino, convirtiéndose en todo un hito histórico en el fútbol almeriense. Entre aquellas afortunadas que pudieron comenzar a vestir los colores rojiblancos se encontraba Anita París, quien a día de hoy sigue disfrutando en el equipo de su tierra después de cinco años.

La centrocampista almeriense es una de las pocas jugadoras, prácticamente se pueden contar con los dedos de una mano, que han permanecido en la entidad desde entonces. Una situación que difícilmente podía llegar a imaginar cuando lució por primera vez el escudo de esta UD Almería y mucho menos habiendo llegado hasta la categoría de bronce.

A pesar de ser la capitana del conjunto rojiblanco, Anita París menciona que "que dentro del equipo, aunque lleve el brazalete, somos unas cuantas las que representamos a esos valores y ese carácter y es bonito". Algo que no impide que suponga toda una responsabilidad, siendo una de las cabezas más visibles del plantel indálico.

"Cuando empecé no tenía para nada en mente estar donde estamos ahora mismo. Son dos ascensos, que se dice pronto, pero que lleva mucho trabajo detrás", atestigua la capitana rojiblanca. Pero no han sido años fáciles para Anita París, quien tuvo que superar la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha en su primera temporada.

Una primera campaña de la que asegura que "le traen unos recuerdos súper bonitos" cuando se le muestran imágenes de aquel histórico curso, no dudando en señalar que "fue un año increíble, trabajamos duro y se apostó muchísimo por el fútbol femenino".

Anita París se mira el brazalete de capitán que luce en su brazo izquierdo.

Un regreso a Almería por "una situación familiar" que le llevó a pasar del fútbol sala, donde militaba en la máxima categoría con el murciano Jimbee Roldán, al fútbol. Cinco años en los que se enorgullece de "conocer gente que se lleva a día de hoy y forma parte de su vida", así como ha podido adquirir "otros valores distintos a los del fútbol sala.

Pero ahora, centrada en lograr la permanencia en Segunda RFEF, es consciente de la delicada situación que atraviesa el equipo en el complicado reto de la salvación. Semanas que han sido aún más duras porque "por desgracia por una sanción ha estado apartada de los terrenos de juego y los resultados no han acompañado".

Así, lamenta "no haber conseguido puntuar en un partido que lo que necesitaban ya que el rival directo por el descenso -el Unión Viera- ha puntuado contra el equipo que quedó descalificado de la competición" añadiendo que "ahora van remando a contrarreloj" después de encadenar su quinta derrota consecutiva. 

A pesar de no pasar por el momento más idílico, la capitana rojiblanca no duda en hacer referencia al 'Almería nunca se rinde', explicando que "tienes que trabajar el doble, luchar el doble, confiar el doble y unirte el doble". "Creo que nosotras estamos poniendo todo de nuestra parte para conseguir salir de esta situación", afirma al preguntarle como se afronta esta complicada etapa de la temporada.

Además, París añade que "ascendimos un poco a última hora, el equipo no se ha podido reforzar de la manera que hubiese necesitado para competir en una categoría como es Segunda RFEF que es semi profesional". A pesar de ello manifiesta que "se ha juntado veteranía y juventud, descaro y experiencia y estamos haciendo un año dentro de lo que cabe bastante asequible".

Sobre el ascenso comenta que "no se esperaba ya al ser tan tardío, pero creo que hicimos muchos méritos para para que el se hubiese conseguido de manera natural, no porque un equipo rechazará la plaza". Pero llegar hasta esta Segunda RFEF es "un honor y un orgullo pertenecer a este equipo y llevarlo a la categoría en la que estamos".

Anita París se dispone a dar un pase durante un partido disputado esta temporada.

Habiendo podido saborear las mieles de la élite en el fútbol sala, Anita París señala soñar con que en un futuro "el Almería femenino pueda estar en la máxima categoría del fútbol". Igualmente le gustaría poder jugar algún día en el Power Horse Stadium, otrora Estadio de los Juegos Mediterráneos, más tras no haber podido hacerlo por lesión en la única ocasión que las rojiblancas han disputado ahí hasta la fecha.

Sobre aquel encuentro contra el Granada, en el primer año de existencia del Almería femenino, indica que "fue duro, lo pasé regular porque al final es un sueño jugar en el estadio de tu ciudad, con tu gente apoyándote y jugándote tanto como en ese momento". De esta manera, afirma que es una espinita y espera que "en algún momento el femenino pueda volver a disfrutar de jugar partidos en el estadio".

Por último, la capitana del Almería femenino recuerda su paso por la élite del fútbol sala. "Fueron dos años increíbles, los veo y me da mucha felicidad, mucha alegría. Es que competir cuando eres competitiva, cuando te gusta el deporte, cuando tienes sueños", manifiesta Anita París. Pero no todo fueron momentos fáciles, teniendo que atravesar una situación tan compleja y delicada como el tener que superar un cáncer, asegurando "el deporte ha sido un pilar fundamental para poder superar ese trance".