La Batalla de Mar del Plata

La gran mayoría de los que participaron en la Copa Masters de Shanghai colocaron el cartel de favorita a Argentina en la final de la Copa Davis que este fin de semana se disputa en Mar del Plata, donde España lucha por anotarse su cuarto triunfo y el primero lográndolo como visitante, pero sin Rafa Nadal, sustituido en los individuales por Feliciano López.

Es la primera oportunidad de Argentina de lograr el título en casa, después de perder la final de 1981 en Cincinnati contra USA y de 2004 ante Rusia en Moscú, y en un momento especialmente dulce con el destello de sus dos mejores hombres, Nalbandian y Del Potro.

El sorteo decidió la suerte de esta final, la primera de habla hispana totalmente, la segunda que se disputa en Suramérica (Chile-Italia en 1976 en Santiago, con victoria italiana) y la primera eliminatoria también en la que Argentina abandona la pista de tierra batida, su territorio habitual como local, imbatida en los diez últimos años en 13 duelos, para refugiarse en la sintética y bajo techo, y medirse a un grupo de amigos, a quien se batirán a muerte.

Será quizás la batalla más enconada entre profesionales y amigos en el Estadio Islas Malvinas, donde los españoles han sido recibidos como hermanos, y donde Emilio Sánchez Vicario, capitán de España, espera encontrarse un espíritu caliente de los 11.000 aficionados que animarán al máximo a su equipo que busca su primera ensaladera después de perder dos de ellas. Sin Rafael Nadal, número uno del mundo, en las filas españolas, tras su lesión en el cuádriceps derecho el reto es ahora para David Ferrer que abre contra David Nalbandian y de Feliciano López, el «fiel escudero», como suele llamarle Emilio, contra un cansado pero ilusionado Juan Martín del Potro.