Churros con tradición futbolera
De la tierra
Paseando cualquier mañana por la Calle Santiago, un delicioso olor a churros recién hechos atrae a todos los viadantes que por allí circulan. Mucha gente se amontona, entre las mesas y la barra de un pequeño kiosquillo que ha ido creciendo con el paso del tiempo, degustando un café con leche bien caliente y unas porras bien doradas y tostadas. Allí, con unas gafas para ver de cerca y haciendo las cuentas para saber cómo ha ido la mañana, espera una de las personas que más lucha por el fútbol sala almeriense.
Luis Marín lleva toda su vida entregada a este deporte. Desde que comenzó a jugar en 1978 hasta estos días, en los que se ha volcado con los actos navideños de su club, no ha dejado de dedicarle un minuto al fútbol sala canterano almeriense.
"Después de jugar tres años, comencé a llevar un equipo, el Pub Aqualum. En 1984 empecé como entrenador del Divina Infantina. En esta etapa viví los mejores momentos. Ahora, desde 2003, estoy en la Junta Directiva del Kiosco Luis Marín, pero tengo ganas de desconectar un poco, de dedicarle algo más de tiempo a mi familia y a otros deportes [como el golf, del que es un especialista]". Por mucho que le cueste a Luis, su salida no es tan fácil, entre otras cosas, porque "mi mujer es la presidenta del club y mi hijo el vicepresidente", afirma.
Es verdad que el ritmo de vida que llevaba Luis era agotador, pero no menos cierto es que el fútbol sala necesita personas así. "En el Divina Infantita, además de mi trabajo, entrenaba todos los días de cuatro a siete de la tarde. Acababa muy cansado. Desde que fundamos el Kiosco Luis Marín estoy un poco más suelto. Eso sí, nuestro proyecto de futuro es importante. Tenemos desde las Escuelas de Fútbol Sala de tres años, hasta los equipos juveniles. Nuestra filosofía es la formación de los jugadores, por encima de los resultados. Queremos que todos los niños jueguen", dice.
Además, desde hace un año, firmaron un acuerdo con el Boulevard F.S. para que los "juveniles" que terminasen ciclo pasasen a "Primera Nacional", bien A como ahora bien B como la temporada pasada, y no se "perdiesen" en el camino. "Este año, por ejemplo, han pasado ocho jugadores del Liga Nacional al senior. A nivel de fútbol sala, sólo me gustaría ser filial de este equipo porque tenemos una forma de pensar muy parecida", explica.
Muchos de los habituales clientes que Luis tiene por las mañanas, son ya amigos y las charlas futboleras no tardan en aparecer cuando han apaciguado su picor de estómago con el primer churro. "Sobre todo, hablamos de fútbol los fines de semana. Aquí, vienen muchos de los jugadores del conjunto de veteranos que también tenemos en competición. Incluso los más pequeños, antes de viajar a algún pueblo de la provincia para jugar, desayunan en el kiosco para crear más ambiente de equipo", finaliza.
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