Deporte y salud

La consulta del especialista

Muchos autores afirman que una persona de 65 años que haga ejercicio a diario tiene una mayor capacidad física que otra de 45 que no realice ninguna actividad · Aporta beneficios a nivel cardiovascular, psicosocial...

Realizar deporte permite mejorar la elasticidad muscular, entre otras muchas cosas.

03 de diciembre 2012 - 05:02

EL deporte es una actividad cada vez más presente en nuestra vida diaria. Los cánones de belleza impuestos por la sociedad actual, el buscar hábitos de vida más saludables a cualquier edad tienen parte de culpa. Sin embargo, este auge no es gratuito y tiene aparejado el aumento en la incidencia de patologías deportivas como son las típicas lesiones ya sean articulares, musculares, tendinosas o ligamentosas.

Esto también ha creado nuevas demandas y situaciones que no estaban recogidas de forma específica en los conceptos de la medicina tradicional. De ahí que los profesionales implicados en el diagnóstico y tratamiento de estas dolencias (médicos de atención primaria, médicos deportivos, traumatólogos y rehabilitadores) deban estar actualizados y en permanente revisión para procurar una recuperación del deportista eficaz y rápida.

Beneficios del deporte para el organismo

1.- Aparato locomotor:

-Mayor aporte de calcio al hueso. Si el músculo es fuerte y está sometido a ejercicio, éste tiende a fortalecer la zona de inserción en el hueso, aumentando la resistencia ósea tras una caída o un golpe.

-Fortalecer las articulaciones, previniendo esguinces y lesiones articulares.

-Favorece la nutrición del cartílago articular, mejorando la clínica de la artrosis.

-Mejora la actitud postural. Aumenta el tono muscular de toda la musculatura del tronco y abdominal entre otras, evitando y retrasando la aparición de hernias y protusiones discales.

-Favorece el crecimiento y desarrollo del aparato locomotor en el deportista en crecimiento.

-Aumento de la masa muscular, de su fuerza y de su vascularización, mejora la elasticidad muscular.

-Mejora la coordinación muscular previniendo las caídas.

-Disminución de la grasa corporal.

-Mejora el consumo de oxígeno, retrasando la aparición de fatiga y cansancio, reduciendo drásticamente muchos dolores difusos.

2.- Aparato cardiovascular.

-Aumento de la masa muscular del corazón (miocardio). El músculo del corazón se hace más resistente y aumenta en volumen y fuerza. De esta forma, se previenen episodios de insuficiencia cardíaca o infarto.

-Disminución de la frecuencia cardíaca en reposo y con ejercicio. Un corazón más grande podrá impulsar más sangre en cada latido. Un corazón más fuerte podrá impulsar con más potencia la sangre. Un corazón menos graso será más eficiente en cada latido.

-Mejora del retorno venoso (previene varices). Las paredes de las venas se hacen más resistentes y duras y de esta manera se evita que se dilaten y se provoquen varices.

-Menor tendencia a formar trombos en arterias. El tono de las arterias es mayor que en el paciente sedentario. Además, debido a la reducción del colesterol "malo" y un incremento del colesterol "bueno", también se reduce el riesgo de sufrir la formación de una placa de ateroma que a la larga crea un trombo.

-Mayor capacidad inmunitaria, disminuyendo la aparición de catarros e infecciones, sobre todo, de las vías respiratorias.

-Mejora de la circulación periférica.

3.- Aparato respiratorio.

-Respiraciones más profundas, mayor contracción de los músculos respiratorios, aumento de la capacidad vital que es la cantidad máxima de aire que cabe en los pulmones tras una inspiración máxima.

-Menor número de respiraciones por minuto.

-Mayor resistencia de los músculos respiratorios, lo que provoca una mejor tolerancia al ejercicio y esfuerzo. Cuando necesitemos una mayor aportación de oxígeno, nuestros pulmones podrán llevar a cabo esa tarea, sin toses y sin ahogamientos.

4.- Nivel metabólico.

-Mantenimiento de niveles de glucosa, mejor tolerancia y disminución de producción de insulina. En el paciente diabético, suele reducir el número de unidades de insulina o de medicación antidiabética oral, reduciendo los niveles de glucosa y de hemoglobina glicosilada.

-Dificulta el almacenamiento graso, facilita su movilización, reduciendo el peso corporal.

-Mejor respuesta al estrés al disminuir las catecolaminas, como la adrenalina. Esto, de forma indirecta, reducirá la tensión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria.

-Aumenta el metabolismo de riñón e hígado, depurando todos los tóxicos del organismo así como los productos de desecho como son los radicales libres, que son los primeros responsables de producir la mutación de las células sanas y convirtiéndolas en células tumorales.

-Aumento del HDL y descenso del LDL. El HDL es el colesterol "bueno", que reduce la incidencia de sufrir un ataque al corazón o un infarto o trombosis cerebral. El LDL es el colesterol "malo", es el que provoca la arterioesclerosis y acumulación de placas de ateroma en las paredes de las arterias, sobre todo de las coronarias.

-Aumento del peristaltismo, reduciendo la posibilidad de estreñimiento.

5.- Psicosocial.

-Aumenta la sensación de bienestar, autoestima, entusiasmo, confianza, imagen corporal, funcionamiento intelectual.

-Disminuye ansiedad, depresión, tensión, hostilidad. Mejora el control del estrés personal y laboral.

-Aumenta la capacidad de concentración.

-Mejora la vida sexual, aumentando el deseo y la capacidad de mantener relaciones sexuales.

-El ejercicio favorece la aparición de endorfinas que son las sustancias encargadas de la analgesia y el alivio del dolor tras un esfuerzo, y responsable de esa sensación de cansancio placentero tras un ejercicio intenso.

Muchos autores afirman que una persona de 65 años que haga ejercicio físico a diario tiene una mayor capacidad física y vital que una persona de 45 años que no realiza ninguna actividad física. Dependiendo de cada persona, eso sí.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último

La Almería de Moreno

Feliz Navidad