Íñigo Eguaras, que hoy recibía 'pasillo de collejas' de sus compañeros durante el entrenamiento por haber cumplido 31 primaveras, ha sido el encargado de atender a los medios del club para analizar la importante visita a Sevilla del domingo cuando el equipo ha vuelto a pisar la zona de descenso. El centrocampista navarro espera que vuelva a surgir el carácter del grupo en situaciones difíciles y lamenta que no sean capaces de enlazar dos victorias consecutivas.

La competitividad por la permanencia está resultando más dura que nunca... 

Cuando parece que das un paso al frente, otra vez te metes ahí abajo porque está todo muy igualado, con muchos equipos en la zona por entrar en descenso. Tenemos una final el domingo ante el Sevilla y esperemos dar la cara sacando un buen resultado.

Han estado dos veces antes en descenso, ¿pesa ya esa mochila?

Es una situación que no quisiéramos estar. Va a ser complicado porque son muchos equipos en la zona roja y la victoria que esperábamos no se dio. Iba a darnos mucha moral para respirar, pero el equipo está capacitado para salir de esta situación.

El Sevilla está muy apurado, pero ya se le ganó en la ida.

Está claro que podemos hacerles daño, tenemos esa referencia de la ida, pero debemos dar una versión mejor porque las sensaciones del último partido no fueron las que queríamos pese a venir de un día histórico al ganarle al Barça. Iremos con ilusión y ganas a competir.

¿Piensa que el Sevilla se ha metido en una guerra que no es la suya?

Va a ser un ambiente un tanto complicado, tanto para nosotros, porque nos cuesta muchísimo ganar fuera de casa y para mantenerse no todo pasa por ganar en casa, y también para ellos. En su situación el público también mostrará su enfado tras la derrota del otro día y será un ambiente algo hostil.

¿El 6-1 encajado ante el Atlético jugará a su favor en contra?

Saldrán a comernos después de esa derrota. Es un momento complicado porque no se pensaban estar abajo a estas alturas de la Liga teniendo un nivel altísimo. Hay que evitar que al principio no pase nada a favor de ellos y alargar el partido para llevarlo a nuestro terreno.

¿Lograr el 0-1 serviría para hugar en su herida?

El primero que dé un susto le van a entrar los nervios, ese runrún de ponerse otra vez por detrás, pero no pensamos en ello, sino en hacer un partido serio, concentrados y metidos los 90 minutos para aprovechar las ocasiones porque fuera de casa no te perdonan.

¿Ve factible lograr la primera victoria a domicilio en el Sánchez Pizjuán?

Es un escenario donde el Sevilla siempre ha dado muchas alegrías, pero también queremos demostrar que podemos ganar a grandes fuera de casa dando un paso al frente de no querer estar abajo. Nos daría una moral enorme ante el Cádiz, que es otra final.

¿Cómo ve al equipo anímicamente?

El resultado afecta, viendo el partido contra el Barça y sabiendo que nunca se le había ganado el estado de euforia era terrible, pese a intentar tener los pies en el suelo. El déficit está en que no somos capaces de lograr dos victorias seguidas, eso hace que nos asomemos a la salvación. Creíamos que sacaríamos algo muy positivo, queríamos seguir la línea, pero no se dio ni el resultado ni las sensaciones.

¿Espera un partido de control o será imposible no contagiarse del ida y vuelta?

Si les pillamos cuando menos se lo esperen se abrirá más el partido y tendremos más espacio para hacer daño. Pero van a salir a presionar mucho para meternos en nuestro campo, debemos ser un bloque muy fuerte y aprovechar las ocasiones.

Abajo todo está en un pañuelo...

Ahora es cuando realmente debemos demostrar que queremos estar en Primera. El año pasado en Segunda hicimos una temporada brutal con ese ascenso y al principio siempre cuesta el cambio. Han pasado meses y el equipo está asentado, debemos dar un paso al frente, quedan jornadas y hay más equipos metidos en el ajo. Ganas y sales, lo pierdes y te vuelves a meter. Hay que afrontar la situación sabiendo que hay nivel para estar en Primera.