'Giuan', 'Trap', 'Míster': las caras del maestro Trapattoni

Más allá de sus 22 títulos como entrenador, Giovanni Trapattoni puede presumir de un hito por el que no se recibe ningún trofeo: haber entrenado a Milan, Juventus e Inter y ser un ídolo en los tres grandes clubes de Italia.

Trapattoni, que con 73 años se convirtió el domingo en el técnico más viejo en dirigir en una Eurocopa, es la principal estrella de Irlanda, que mañana busca una hazaña ante España, y un entrenador admirado allá donde estuvo -y ha estado en muchos países- por su pasión y su carácter fuerte pero afable.

Pese a su edad, es un hombre en forma. En los entrenamientos en Gdynia, en el norte de Polonia, su pequeña y delgada figura, vestida con ropa deportiva, se mueve rápido, gesticula, ríe con sus futbolistas y da órdenes en italienglish. Ayudado de su traductora, se esfuerza, trata de hacerse entender, como en el Bayern Múnich con el alemán, que dejó momentos aún hoy recordados en Youtube

Y es que su cabeza bulle de fútbol. Quiere decir tantas cosas en un idioma que no es el suyo que se atasca y termina por ser más incomprensible. "Yo ya no voy a sus ruedas de prensa, no entiendo nada", dice un periodista irlandés. Es lo que se ha dado en llamar el esperanto trapattoniano, como lo bautizó el diario La Repubblica.

Trap es vehemente y exterioriza todo. Le enfadan ciertas preguntas de los periodistas irlandeses, de los que dice que no entienden de fútbol. "Les cuesta tanto comprender. Qué quieren, claro, no tienen un campeonato, no saben", espeta en italiano. Y es que en Irlanda el rugby y los deportes gaélicos, como el hurling, son más seguidos que el fútbol, relanzado ahora con Trap, al que se ve como un abuelito entrañable pero al que se le critica que no viva en Dublín.

Trap mantiene su casa de siempre en Cusano Milanino, cerca de Milán, donde es uno más, puede ir a tomar un café o charlar con su amigo Pasquale Piccolo, del que fue socio en un negocio de reparación de tubos de escape. En el pueblo, los amigos lo conocen por Giuan. Para la prensa es Trap. Para varias generaciones de futbolistas, Míster. "Es como se le ve: directo, inmediato, sin pelos en la lengua, pero nunca ofensivo", contó de él Piccolo.

Más allá del Trapattoni persona y personaje, está el maestro del fútbol, sin el que no concibe la vida. "¿Que Guardiola ha decidido dejarlo un año para recuperar la serenidad? Yo no lo dejo ni a bastonazos. Tengo aún muchas cosas que enseñar y no dejo nunca de ponerme al día", asegura.

Esa es la clave que explica que lleve 38 años en los banquillos tras una carrera discreta como futbolista en el Milan, de la que se destaca cómo frenó a Pelé en San Siro, en la ida de la final de la Copa Intercontinental en 1963, duelo en el que anotó un gol. "Extraordinario monsieur Trap", escribió entonces L'Equipe.

Eran tiempos en los que Trap no tenía el pelo blanco, sino rubio. No fue un futbolista de fantasía, más de pelea y despliegue físico. Así se entiende quizás su filosofía como entrenador también marcada por su maestro, Nereo Rocco, el inventor del catenaccio. "Todos atrás, así se juega", dijo el primer día en Gdynia, orgulloso de que en la Juventus su mejor defensa "era el delantero centro".

Días después, replicó a todos, incluido a sí mismo. "Yo jugaba con (Michel) Platini, (Roberto) Betegga, (Zbigniew) Boniek y (Paolo) Rossi (en la Juventus) y aún dicen que soy defensivo, hicimos más goles que nadie, ésa es la historia. Y dicen que jugamos defensivo... Ahora (juego) con (Aiden) McGeady, (Damien) Duff, (Kevin) Doyle y (Robbie) Keane. No sé con cuántos jugadores ofensivos debemos jugar".

En el Milan comenzó su carrera, pero fue en la Juventus donde se hizo una figura con seis Ligas y una Copa de Europa -la recordada de Heysel en 1985- durante diez años antes de ir al Inter, donde logró otro scudetto y una Copa de la UEFA. Luego se convirtió en el primer técnico italiano en salir al extranjero. Ganó la Bundesliga en Alemania con el Bayern antes de dirigir a la selección azzurra sin éxito de 2000 a 2004. Volvió a salir para triunfar en la Liga portuguesa con el Benfica y en la austriaca con el Red Bull Salzburgo.

Desde febrero de 2008, el maestro trotamundos dirige junto a Marco Tardelli a la selección irlandesa, que no estaba en un gran torneo desde el Mundial de 2002 y que mañana busca dar el golpe ante España para convertir a Trap de nuevo en la referencia del fútbol mundial.