Ironman por una apuesta

Ildefonso Román comenzó en este sacrificado mundo por un pique con un amigo En Suiza, una de los más duras, correrá su octava competición

Ironman por una apuesta
Pablo Laynez

12 de junio 2015 - 05:02

Aunque no es lo recomendable, los seres humanos normalmente primero hacen la locura y luego piensan en los pros y las contras. Así fue el comienzo de Ildefonso en su disparatada, pero increíble vida deportiva, que no se imagina sin su dosis de sufrimiento anual. Su amor al deporte, sus ganas de montar en bici y su inquebrantable espíritu competitivo le llevaron a medirse en duelo, como si de un pistolero se tratara, con un amigo que practicaba natación. En Águilas, después de ver en directo su primer triatlón, Ildefonso Román dejó paso al Coleccionistas de Ironman.

"Mi amigo Miguel y yo hicimos una apuesta a ver quién quedaba mejor en el triatlón sprint de Fuente Álamo. La verdad es que me fue muy bien, le gané y me metí en este maravilloso mundo", recuerda este hombre que comenzó subiéndose a la bicicleta para desconectar y acabó convirtiéndose en el primer almeriense en realizar un ironman. "Hice triatlón sprint, olímpico, tres medio ironman y me fui a Lanzarote en 2004 a realizar mi primer ironman profesional. Estoy muy orgulloso, abrí la puerta de este enorme desafío a los deportistas de Almería. Hoy por hoy hay almerienses que corren más que yo, pero tuve el honor de ser el primero en correrlo".

Y ya que corrió uno y se vio bien, quiso hacer el segundo. Y el tercero. Y el cuarto. Y lleva siete y va camino de ocho en Suiza. Lanzarote, Niza, Elba, Tarragona tres años y Copenhague. Siete pruebas en diez años que han convertido sus piernas en acero puro, pero que también han tenido alguna que otra secuela. Alguna física, como una operación para ponerle una prótesis de cadera, y otra psicológica como su único abandono en 2010 en Tarragona.

"Me confié en el Ironcat. Hacía mucho viento y aunque empecé bien, se me fue mucho tiempo en la bicicleta. Corrí un poco, pero decidí abandonar porque al poco tiempo tenía el siguiente ironman en Copenhague", lo que le llevó a pensar fríamente que tenía que tomarse el deporte de otra manera. Estaba tocado de su cadera, no podía entrenar como necesitaba y tomó una decisión tan importante como beneficiosa para su salud deportiva: pasar por el quirófano. "Desde 2006 tenía molestias y en 2009 me dijo un experto lo que tenía y que necesitaba operarme. En ese momento me liberé de la presión, hice mi mejor tiempo pocos días después en Tarragona [11 horas y 15 minutos], pero a partir de entonces el dolor fue tan intenso que decidí hacer caso a los médicos y operarme".

Así fue. Bisturí, prótesis y puntos en 2012. Un año de rehabilitación e Ildefonso que no aguanta más y comienza a trotar. Una vez sanada la herida, a correr. Y ya que la pierna aguanta los entrenamientos, de vuelta a la competición en Tarragona. "Perdí el miedo, quería medirme, saber cómo estaba. Fue una prueba en la que tiré mucho de cabeza, mis entrenamientos ahora son más suaves, el trabajo psicológico es el que me permite estar físicamente a tope". Más que la dureza de sus músculos, que el brillo de una copa, que las palmas de los aficionados, lo que realmente llena a Ildefonso es el relax y el placer que sufre su mente conforme va recorriendo kilómetros. Por eso se va a Suiza. "Estoy cansado del ironman comercial, de la prueba en la que se compite por dinero. Voy a nadar en un lago precioso, a subir los Alpes en bici y a correr por montañas de película". Y todo empezó con un "¿A que no te atreves?".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último