Lágrimas por Ballesteros Lochte coge el relevo de su compatriota Phelps

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El genio de Pedreña moría a los 54 años de un tumor cerebral el pasado 7 de mayo

Álvaro Quirós logró la victoria en la final europea.
Antonio Tomás (Efe) / Fernando Castán (Efe)

31 de diciembre 2011 - 05:02

Las campanas de la Parroquia de San Pedro, que tan desbocadas tañían cuando Severiano Ballesteros ganaba un gran torneo de golf, sonaron el pasado 7 de mayo a mortuos plango (lloro a difunto). El genio de Pedreña moría a los 54 años de un tumor cerebral y el deporte se vistió de luto. La noticia estremeció a España, a Europa y al mundo entero, porque Ballesteros, un golfista irrepetible, era respetado y venerado en todo el orbe.

En España la muerte de Ballesteros cayó como una losa, pese a que la opinión pública era consciente de su lucha, enconada y sin cuartel, frente a dos tumores alojados en el cerebro y detectados dos años y siete meses antes. En el Reino Unido el adiós de Severiano, su adorado Seve, fue tan llorado que hasta el Támesis debió desbordarse aquel triste día.

Los cimientos del deporte del golf sufrieron un enorme temblor. A Ballesteros, antes de la mortaja, le vistieron con la misma ropa con la que conquistó sus tres Open Británicos: pantalones azul oscuro, jersey azul marino y camisola blanca. Sus restos reposan bajo el magnolio del jardín de su casa, en Pedreña (Cantabria).

La figura de Seve Ballesteros fue glosada en todos los torneos relevantes del año, con especial acento en el Open Británico disputado en el Royal St.George inglés.

Pero el corazón del golf siguió palpitando, y en esa continuidad vital las novedades se sucedieron hasta el final de campaña.

Novedoso fue que los cuatro campeones de los torneos de Grand Slam del año lo lograran por primera vez. El surafricano Charl Schwartzel (Masters de Augusta), los dos norirlandeses de generaciones distintas Rory McIlroy (21 años) y Darren Clarke (42) y el estadounidense Keegan Bradley estrenaron en 2011 su palmarés en ese tipo de torneos.

La lista mundial fue gobernada en distintas fases por tres europeos. Comenzó como líder el inglés Lee Westwood, el alemán Martin Kaymer tomó después el relevo y otro inglés, Luke Donald, acabó el año al frente del ránking y con un inédito doblete incluido: encabezó las lista de ganancias de los circuitos europeo y estadounidense.

La decepción del golf español por no haber logrado que la Ryder Cup de 2018 se disputase en Madrid -ganó París-, se compensó con el nombramiento de José María Olazábal como capitán europeo para el duelo con Estados Unidos de 2012.

En la réplica femenina de la Ryder, la Solheim Cup, las europeas acabaron después de seis años y cuatro tentativas con el monopolio de las mejores golfistas estadounidenses en Killeen Castle (Irlanda). El concurso de la española Azahara Muñoz, que debutaba, resultó determinante.

El final de año también trajo más novedades, como el triunfo de Tiger Woods en un torneo profesional después de dos años y 26 competiciones. Tiger volvió a saborear las mieles del triunfo al imponerse en el Chevron Wolrd Challenge en el californiano campo de Sherwood, lo mismo que Sergio García hizo en Castellón, y seguidamente en Valderrama, después de tres años inédito.

En la campaña regular del Tour estadounidense el mejor fue el jugador de Charlotte Bill Haas, de 29 años, quien se impuso en la final de la FedExCup, mientras en Europa la guinda de la temporada la colocó otro español, Alvaro Quirós, el Sultán del Desierto tras vencer en la Final disputada en Dubai.

El estadounidense Ryan Lochte tomó el relevo de su compatriota Michael Phelps al frente de la natación mundial en 2011, en un año en el que los españoles fracasaron en los Mundiales de Shanghái, la cita más importante del año y destacaron en los Campeonatos de Europa de piscina corta.

La representación española en los Mundiales de China la volvió a salvar, una vez más, el equipo de natación sincronizada que ganó seis medallas, una de plata de Andrea Fuentes en el ejercicio individual y cinco de bronce entre el dúo y el equipo.

En Shanghái, Lochte subió cinco veces al escalón más alto del podio y batió uno de los dos récords mundiales, el de los 200 libre, que se han rebajado desde que en 2010 se prohibiera competir con los bañadores fabricados con material plástico. Por su parte, Phelps, consiguió siete medallas, entre ellas cuatro de oro, dos de ellas en los relevos. El nadador de Baltimore perdió los duelos directos con el de Nueva York.

En la piscina principal de esa ciudad china solo hubo una nadadora española, Mireia Belmonte, que se acercó a las medallas al ser cuarta en los 400 estilos, y un nadador, Aschwin Wildeboer, en los 50 espalda, en el mismo puesto. Melanie Costa, con tres medallas, Duane da Rocha y Erika Villaecija completaron las doce medallas españolas en Polonia. El equipo nacional nunca había sumado esa cantidad en unos campeonatos continentales de piscina corta, de 25 metros. Erika Villaecija y Kiko Hervás lograron una plaza olímpica al entrar entre los diez primeros.

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