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Londres, un oasis tras años de tensiones olímpicas

  • La tranquilidad con la que se han desarrollado unos Juegos en los que inquietaba la seguridad contrasta con los problemas de las tres olimpiadas previas a la londinense.

Hazañas, fracasos, risas, lágrimas. El guión de los Juegos Olímpicos es el mismo desde hace décadas, pero hay un elemento que los venía marcando desde hacía tiempo y que en Londres 2012 estuvo ausente: la tensión. Fueron quizás los primeros Juegos de otoño de la historia, porque a lo largo de sus 17 días las temperaturas estuvieron en torno a los 15 grados de promedio. Sólo en el inicio y en el final hubo algo de calor en el desconcertante verano londinense.

Poco le importó eso a los locales, entusiasmados ante la mejor campaña olímpica en 112 años, y también ante las hazañas de nombres como el nadador Michael Phelps o el velocista Usain Bolt, dos de los que marcaron los Juegos. Jacques Rogge, el máximo responsable del olimpismo, no fue parco con los elogios a la cita organizada por Sebastian Coe. Los Juegos "refrescaron absolutamente" al movimiento olímpico y fueron "absolutamente fabulosos", aseguró. Por la noche, en la ceremonia de clausura, los definió como "felices y gloriosos".

Un alivio para el presidente del COI, al que el mes pasado, durante una entrevista en Lausana, se le preguntó si no extrañaba "un poco de acción" de cara a Londres, comparando los meses previos de Londres 2012 con los vividos antes de Pekín 2008. Rogge rió y aseguró que siempre hay temas de que ocuparse. Pero lo cierto es que esos temas fueron nimiedades, si se los compara con los que él mismo o su predecesor, el español Juan Antonio Samaranch, se encontraron en Juegos anteriores.

En Atlanta 96 destacaron la excesiva comercialización y cierto cargo de conciencia por no haberle dado la sede a Atenas en el centenario de los Juegos de la era moderna. Y desde el momento del atentado con bomba en el Parque Olímpico del Centenario, con dos muertos y 111 heridos, aquellos Juegos quedaron manchados con sangre. Ocho años más tarde, ya en Atenas, la organización llegó con la lengua afuera en cuanto a instalaciones y logística, lo que preocupó al COI. Fueron Juegos impecables, pero la tensión no cedió hasta la clausura.

Qué decir de Pekín 2008, los Juegos más politizados y tensos en mucho tiempo. La cuestión del Tíbet llevó a Jacques Rogge, el recatado presidente del COI, a las declaraciones más audaces que haya hecho en su mandato. Pekín lo frenó en seco con la misma grandiosidad aplastante que exhibió también en los Juegos. Hay que remontarse quizás a Barcelona 92 y Sydney 2000 para encontrar Juegos que discurrieran en el ambiente de alegría y serenidad que ofrecieron los de Londres, la primera ciudad en la historia en haber sido tres veces sede: 1908, 1948 y 2012.

La mayor operación militar en suelo británico en tiempos de paz enmarcó los 17 días de la cita, que muchos medios británicos venían insistiendo desde hacía meses en que podía ser caótica. Al final, algunos de esos medios admitieron haberse quedado sin argumentos. "Dios es londinense. No hay otra explicación", llegó a escribir The Times durante unos Juegos marcados por un generoso despliegue de pop-rock británico en la ceremonia inaugural y en todos los escenarios.

Juegos ganados por Estados Unidos, otra vez arriba en oros y medallas tras el empuje de China en Pekín, cuando sumó más oros que los norteamericanos. Terceros quedaron los británicos, y cuartos, los sorprendentes surcoreanos. Verdaderos Juegos del tercer milenio, con tweets que complicaron a deportistas hasta ser expulsados por haber hecho comentarios inapropiados y una histórica derrota de la televisión: por primera vez, la audiencia combinada de Internet y teléfonos móviles superó a la de la televisión.

Arabia Saudí, Brunei y Qatar, los últimos países anclados en el pasado, permitieron a sus mujeres participar en los Juegos, aunque la representante saudí en el judo lo hicera por brevísimos instantes antes de ser eliminada en primera ronda. El boxeo, con presencia femenina por primera vez, también marcó un hito. De los 204 países participantes menos de la mitad (85) se subieron a un podio, y apenas 55 festejaron un oro. Tras extinguirse el fuego olímpico en Londres, llega el turno de Río 2016, los primeros Juegos de la historia en Sudamérica. Un "nuevo territorio" con escenarios espectaculares, pero que, partiendo ya del hecho de que su presupuesto es aún inexistente, promete tanta excitación como incertidumbres.

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