Media hora de ensueño

ATLÉTICO DE MADRID 2-1 UD ALMERÍA | El Acta de Vivancos

No exijo que la UDA le hubiese jugado de tú a tú a los de Simeone, pero que no nos nublen la vista con los últimos minutos y aquel fuera de juego que evitó el penalti a favor o la más que discutible falta dentro del área a Arnau

Los jugadores celebran el tanto del empate en el Metropolitano
Los jugadores celebran el tanto del empate en el Metropolitano / Kiko Huesca / Efe
Ramón Gómez-Vivancos García

Almería, 16 de abril 2023 - 22:20

Sí, el Atlético está en forma y su juego en nada se parece al de la primera vuelta. Pero a veces da la sensación de que es preferible caer por dos o tres tantos en estadios como el Metropolitano habiendo tenido algunas más opciones. En román paladino, habiendo competido. En realidad se cayó en el mismo error de gran parte del decisivo choque ante el Valencia, cuando desde estas líneas se advirtió de la falta de fluidez para crear opciones ofensivas.

Y uno se pregunta, ¿por qué lleva la UDA tantos goles a favor con respecto a la mayoría de equipos que le acompañan en la parte baja de la clasificación? Quizá por dos motivos, uno debido a los delanteros resolutivos con los que se cuenta. No solo ha sido uno de ellos, sino que varios atacantes han logrado perforar la meta contraria. Otro motivo está claramente en el éxito del balón parado, al amparo de la fortaleza aérea de los centrales rojiblancos.

Entonces, ¿qué pasaría si el juego del conjunto de Rubi fuese más fluido? O sea, ¿si más de un Melero estuviera en la parcela central? A buen seguro que los delanteros habrían podido tener más opciones todavía, porque a este Almería le bastó llegar en contadas ocasiones al área rival en el Metropolitano, el estadio más complicado en la actualidad, para asustar en poco más de diez minutos a un Atlético de Madrid que si ahora estuviera en Champions daría guerra.

Aun adoleciendo una y otra vez de una creación de juego continuada, la UDA pervive en esta campaña tan reñida por no descender. Ante el Atlético se debería haber optado de nuevo por el juego ofensivo directo a los espacios, pero Rubi se empeña en sacar el balón raseado con unos jugadores que no son aptos para ello. Sin ese boquete en forma de gran laguna, este conjunto se asemejaría a esos equipos que salvaban la categoría con solvencia durante tantas temporadas como el Osasuna de antaño o aquel buen Alavés que incluso llegó a triunfar en Europa.

Dejando a Samú casi en solitario para distribuir el juego, no suceden más cosas negativas porque Dios parece ser rojiblanco. Zapatero a tus zapatos, porque el centrocampista luso acompañado de un buen pelotero sí brillaría en lo que sabe hacer, ser perro de presa. No exijo que la UDA le hubiese jugado de tú a tú a los de Simeone, pero que no nos nublen la vista con los últimos minutos y aquel fuera de juego que evitó el penalti a favor o la más que discutible falta dentro del área a Arnau.

Repito una vez más, frente al Valencia bastaron quince minutos de juego ofensivo y creativo para vencer, pero si tanto va el cántaro a la fuente un día se rompe, máxime si se fía todo a los partidos en el Power Horse Stadium. Es cierto que venciendo casi todos esos choques en casa la salvación estaría al alcance de la mano, pero no siempre se puede emular a aquella AD Almería que cuando ganó su primer y único partido lejos del Franco Navarro, en Vallecas, ya estaba salvada con los partidos disputados en el fortín del barrio de Torrecárdenas.

Todavía en mi retina queda aquella primera media hora que presencié in situ en el epílogo de 1979 ante el Athletic de Bilbao, en la primera temporada de la AD en Primera. Tres a cero en 30 minutos para acabar venciendo por cuatro goles a dos. Esa salvación forjada en casa fue de mantequilla, sin base futura alguna, pero la que se pudiera lograr en la presente campaña sería todo lo contrario. ¿Qué tal otra media hora de ensueño? Rubi, basta de manosear el esférico, sis plau...

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