Mueren en la orilla
Granada CF - UD Almería | La crónica
Serio partido en defensa del Almería, que pierde el premio del empate en la última acción por un despiste defensivo de Romera
Los de Fran Fernández, sin dominar, merecieron el punto
Esfuerzo encomiable sin premio para los almerienses. Así podría resumirse el derbi de Los Cármenes, que deparó un duelo de alta intensidad por parte de ambos conjuntos, en el que aunque los nazaríes llevaron el peso de la posesión, lo cierto es que no acabaron de mostrarse superiores a los indálicos por mucho que nombre por nombre la confección de su plantel así lo atestigüe.
Planteó Fran Fernández en la ciudad del poeta una defensa adelantada con la intención de evitar el buen juego que los locales suelen desarrollar entre líneas y en buena medida lo logró, exceptuando ciertos desajustes que fueron corrigiéndose conforme avanzaba el duelo.
Uno de ellos se produjo nada más iniciarse el choque. Un balón en largo desde la zaga granadina conectó con Vadillo, que le ganaba la espalda a Saveljich para acabar disparando cruzado en exceso. Fue el único lunar del argentino en todo el partido, maquillado con creces gracias a su gran aportación ofensiva en las acciones a balón parado y por el buen entendimiento mostrado con Owona como pareja en el eje de la zaga.
El compromiso en este Almería es indiscutido y requisito imprescindible para que cualquiera que entre en el once pueda tener continuidad. El Granada basó su buen arranque en bascular el juego por el costado de Andoni, que sufrió ante las acometidas de Vadillo hasta que ajustó bien con Saveljich los espacios.
En la primera mitad fueron más patentes esos desequilibrios ante un rival, el dirigido por Diego Martínez, con inusitada intensidad, que no daba un balón por perdido, quizá la gran diferencia con el equipo ramplón y anodino del curso pasado, que pasó sin pena ni gloria por la categoría pese a tener grandes nombres en nómina.
El agujero de los unionistas, que tal vez fuera la clave del encuentro, radicó en el discreto papel que ayer asumieron Yan Eteki y De la Hoz en la zona ancha en la generación de juego, volcados en la contención. Quizá por el hecho de estar más aplicados en tareas defensivas perdieron el norte de equilibrar al equipo de cara al área rival y eso se palpó. El ataque posicional se trabaja, pero continúa siendo una asignatura pendiente.
Como quiera que costaba generar peligro a través de jugadas hilanadas y combinativas, el Almería probó fortuna con disparos desde fuera del área, como el protagonizado por Real justo tras la reanudación, que requería la intervención de Rui Silva, o contragolpes como el montado tras una recuperación del propio Real, que concluía con apertura a banda de Álvaro Giménez sobre Corpas y paradón de Rui Silva a disparo del jiennense tras recortar a su marcador.
La producción ofensiva del Granada era más limpia, con Montoro en plan estelar en la distribución, bien secundado por Vadillo y Fede Vico en las bandas. Un buen pase filtrado por el gaditano a Rodri obligaba a René a hacer un paradón para evitar el 1-0, salvando también el meta de El Bosque un cabezazo de Montoro a centro de Quini.
El Granada merodeaba con peligro el área visitante y en esa fase del encuentro el Almería apenas inquietaba con sus ataques pese a tener a Chema en el verde desde el 66' y a Narváez desde el 72', que se toparon con la seriedad defensiva nazarí simbolizada en la dupla Martínez-Germán.
El envite se encaminaba al 0-0 cuando Romera se durmió en los laureles, permitiendo que Quini se le colase por la espalda en el segundo palo para cabecear dentro del área pequeña un centro de Vico y batir a René. Duro castigo para los merecimientos de unos y otros, pero el fútbol profesional no perdona los despistes.
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