La Orquesta Barroca Catalana, ovación a la andaluza

El público acabó aplaudiendo con ritmo la exquisitez de la agrupación El bajo =fascinó por su calidad y expresividad

El Patio del Castillo completó su aforo con la actuación de la Orquesta.
Fran Murcia Vélez-Blanco

01 de agosto 2014 - 01:00

Si había una agrupación que levantaba expectación era la Orquesta Barroca Catalana y los asistentes recibieron su premio. Un concierto instrumental con una ejecución fantástica y una interpretación de sus solistas que llevaron al público a aplaudir cada pieza durante varios minutos.

Los grandes protagonistas durante distintas partes de la noche fueron: Marina Comas (flauta), Iván Alcazo (oboe) y Pau Bordas (bajo). Los intérpretes convencieron al público mostrando sentimiento en cada nota y mucha fuerza a la hora de expresar con su música.

El programa estaba compuesto por Ouverture en Mi menor de G. Ph. Telemann; Salve Regina en Sol menor para bajo, cuerdas y continuo, y Concierto para flauta en Si bemol mayor de Manuel Pla; y la obra In Festo Purificationis Marí

a de J. S. Bach.

El bajo demostró su afinación y calidad vocal en cada nota en la que su voz expresaba algo. Llegó tanto al público presente en el Castillo de Vélez-Blanco que, después de su intervención, el público aplaudió de forma muy enérgica. El solista pudo improvisar ornamentaciones.

El concierto se llenó de música de calidad, desde las viejas estructuras barrocas hasta los nuevos aires del clasicismo, pasando por algunas piezas más religiosas. De ritmos más trepidantes a más solemnes, todo siempre acompañado de un conocimiento profundo de cada pieza.

La flauta fue otra de las grandes protagonistas de la noche con un virtuosismo que conseguía llenar el escenario y el sonido llegaba a los distintos recovecos del Castillo. Al contrario que la noche anterior, la noche en este monumento emblemático fue fantástica y todo el mundo pudo disfrutar con plenitud del espectáculo.

Se podían ver miradas cómplices entre los componentes de la Orquesta Barroca. Para finalizar, se interpretó una pieza escrita para la Purificación de María y presentación de Jesús al Templo de Jerusalén. El público agradeció la entrega con un sonoro aplauso que derivó en una ovación con ritmo andaluz. Los músicos realizaron un bis que acabó levantando al público de sus asientos de forma inmediata.

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